- Descubrimiento de Australia
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Descubrimiento de Australia
El descubrimiento de Australia fue un acontecimiento oscuro y poco concreto debido al posible conocimiento que pudieron tener los españoles sobre la isla. No obstante serían los ingleses y holandeses los precursores de la exploración de su interior.
Tras mitigarse progresivamente el impulso que españoles y portugueses dieron durante los siglos XV y XVI, a los descubrimientos geográficos y los viajes de exploración, la existencia de Australia permaneció durante largo tiempo como un hecho vago e indeterminado. Es probable que a fines del s. XVI se divulgase ya entre marinos y geógrafos cierta información, debida en especial a la actividad de los portugueses y referente a la presencia de una gran isla al sur de Java, incluso con las características de las costas orientales de esta tierra. Hasta cierto punto, en efecto, Australia se presenta como una de las partes más aisladas del globo, alejada de las rutas tradicionales, mientras que el aspecto de sus territorios, diseminados a una lado y a otr , es desolado e inhospitalario. Faltaban, por lo tanto, todos aquellos incentivos comerciales y financieros que habían inducido a tantos navegantes a temerarias expediciones.
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Aproximaciones al continente.
Por otra parte, la teorías de los antiguos, que suponían la existencia de un continete en los antipodas del habitado, habían engendrado cierta confusión entre verdad y fantasía que causaba incertidumbre incluso entre los datos que se conocían con certeza. A ello se sumaba la prudente cautela poítica y diplomática de los Gobiernos mejor informados en lo que se refiere a revelar la ubicación exacta de la tierras descubiertas al sudeste de Asia, por temor a que otros pudieran apoderarse de ellas. No obstante haber sido un español, Luis de Torres el primero en surcar, en 1606, el estrecho que separa Nueva Guinea de Australia y que hoy lleva su nombre, los verdaderos protagonistas de la exploración del que todavía era entonces misterioso continente fueron hombres de nacionalidad inglesa y holandesa. Por lo tanto, la inserción de Australia en el ámbito de la colonización europea aparece como hecho sintomático de la nueva fase histórica que se había iniciado en Europa al afirmarse como potencias marítimas los Países Bajos primero e Inglaterra poco después.
En sus empresas coloniales, dichos Estados demostraron una capacidad organizadora muy notable y afanes económicos mucho más evolucionados que la simple codicia de metales y piedras preciosas. Por este motivo, la exploración de Australia procedió con métododo, fue dirigida con cierto interés científico y resultó menos gravosa.
Durante el s. XVI, un grupo numeroso de navegantes holandeses recorrió con discreta regularidad esta parte del globo. Willem Janszoon costeó la península del Cabo York y fue, probablemente, el primero en tocar las playas australianas: Dirk Hartogszoon llegó en 1616 a las costas occidentales; Gerrit De Witt, Pieter Nuyts y Frans Thijszoon arribaron a otros puntos en 1627 y 1628.
Sin embargo, entre tantos navegantes holandeses destaca, por la amplitud de sus viajes, Abel Janszoon Tasman, quien tras salir en 1642 de Batavia, con un recorrido de 500 millas descubrió la isla de Van Diemen y Nueva Zelanda y en un segundo viaje, el golfo de Carpentaria, contribuyendo con ello, de modo decisivo, a definir la configuración geográfica exacta de aquella parte de Oceanía. Tasman, por otra parte, no titubeó en tomar posesión oficial, en nombre de su Gobierno, de los territorios donde había desembarcado, pero sus compatriotas dejaron caducar el derecho de propiedad y ello redundó en ventaja para los ingleses. El especial interés de los holandeses por este género de actividad marinera se debía a la independencia que finalmente habían conseguido, que les permitía ejercer en beneficio propio aquellas iniciativas comerciales en las que durante tanto tiempo sólo habían podido actuar como intermediarios. La expansión de sus negocios les impelía a buscar soluciones a problemas de tipo técnico. Para superar tales inconvenientes, que consistían en la posibilidad de unir Java con el Cabo de Buena Esperanza, y en la búsqueda de estas soluciones se toparon con Australia y un poco más tarde comenzó su exploración.
Exploración de la isla
El 19 de Abril de 1770, el explorador James Cook, que venía de Nueva Zelanda desembarcó en el extremo Sur de la costa australiana e inició una detenida exploración durante la cual recorrió centenares de millas a lo larago de playa jamás visitadas hasta entonces, hasta llegar, el 21 de Agosto, al cabo York y comprobar, finalmente, al cruzar el estrecho de Torres, que Nueva Guinea y Australia eran dos islas separadas. En el transcurso de su viaje, Cook , que pasó por numerosas peripecias, como por ejemplo cuando su navío embarrancó y tuvo momentos de grave peligro. Cook no se limitó a la exploración superficial del continente sino, que detalló minuciosamente las profundidades del mar, estudió el clima, la configuración del suelo, la flora y la fauna, estableció contacto con los indígenas, redactó unas memorias interesantes y agudas que despertaron profunda curiosidad en su patria e impuso el dominio británico en aquellos territorios con todos los requisitos de la legalidad.
Primeros pobladores europeos
Gracias a la coincidencia de haber podido explorar la parte más rica de la isla, contribuyó en no poca medida a la prospección de las enormer posibilidades económicas y de las cospicuas ventajas que se derivaban del control de aquella parte del globo. En efecto, poco despés de terminarse la misión de Cook, se instaló allí el primer núcleo europeo, formado por un grupo de reclusos condenados a trabajos forzados. Puesto que no había ya posibilidad de proceder a la deportación de delincuentes a alas colonias americanas, los ingleses los comenzaron a enviar a Australia, donde un millar de presos llegaron a Botany Bay Después de iniciada la población europea, ésta se vio envuelta en numerosos problemas, como la escasísima rentabilidad de los cultivos, pero consiguieron afianzarse en los puntos donde la tierra era más fértil y se podía criar ganado. Las misiones científicas se mantuvieron, pero se centraron en el interior del territorio.
Segunda etapa de exploración
En esta etapa cabe destacar la travesía de dos mil kilómetros en el gran desierto de Victoria y la del gran desierto de arena, realizada por Edward John Eyre desde la Gran Bahía Australiana hasta King George's Sound. Con el descubrimiento de yacimientos de oro, provocó la inmigración masiva de personas y la supresión del régimen penitenciario.
Véase también
Referencias
Bibliografía
Notas
Categoría: Historia de Australia
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