- Diego López II de Haro
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Diego López II de Haro
Diego López II de Haro dicho el Bueno o tambien el Malo (a. 1162 - 16/10/1214). Hijo de Lope Díaz I de Haro, conde de Nájera (a. 1126-1170) y de la condesa Aldonza. Fue un magnate de primera importancia en el reino de Castilla durante el reinado de Alfonso VIII (1158-1214). Desempeñó un papel decisivo en el ascenso del linaje Haro así que en la construcción de la identidad nobiliaria de este grupo, que iba a dominar la sociedad política castellana, y después castellano-leonesa, durante todo el siglo XIII. Una lucha de propaganda alrededor de este personaje clave entre sus sucesores y la monarquía en un momento de graves disturbios políticos condujo, a finales del siglo XIII, a la elaboración de una imagen negra y de una leyenda dorada, que acabaron en la elaboración de sus apodos opuestos.[1]
Contenido
Papel en la corte de Alfonso VIII de Castilla y estrategia del exilio
No siguió la corte real con asiduidad antes de 1178, quizás por la influencia que allí ejercía los ricoshombres de la familia Lara. Entre 1179 y 1183, se exilió por primera vez en Navarra. Volvió a la corte castellana en posición de fuerza, obteniendo el oficio de alférez, uno de los dos más prestigiosos con el de mayordomo mayor. El ascenso de sus parientes en el reino vecino de León le abrió nuevas oportunidades en 1187, cuando su hermana Urraca López casó con el rey Fernando II. Dejó entonces el reino de Castilla, pero la suerte de su familia en León acabó al año siguiente, con la muerte del rey. Pero había adquirido un crédito suficiente en Castilla para poder negociar su vuelta en condiciones favorables: el oficio de alférez y todos sus gobiernos le fueron devuelto. Al mando de la retaguardia, participó en la batalla de Alarcos contra los Almohades en 1195, y a la defensa del territorio después de la derrota castellana. Le apartó el soberano a partir de 1199, cuando le quitó el oficio de alférez para provecho del conde Alvaro Núñez de Lara. Diego López se exilió una tercera vez entre 1201 y 1206, pasando al servicio de Navarra, y después de León. Se había vuelto sin embargo imprescindible para el soberano castellano. Este, en su primer testamento de 1204, reconoció que le había perjudicado, e intentó enmendar estos actos. Cuando Diego López decidió volver en Castilla, en 1206, Alfonso VIII puso de nuevo su confianza en él como alférez, antes de pasar de nuevo el cargo a Alvaro Núñez en 1208. Aquel mismo año, el rey nombró a Diego López uno de sus cinco albaceas. En 1212, le puso al mando de uno de los tres ejércitos cristianos en la batalla de Las Navas de Tolosa que permitió derrumbar la potencia almohade en Al-Andalus. El cronista Juan de Osma pretendió que el soberano veía en el un futuro regente del rey niño Enrique. Pero Diego López II murió algunas semanas antes de Alfonso VIII.
Cargos de gobierno
Su primer exilio en 1179-1183 le permitió obtener del rey los territorios que había gobernado su padre, La Rioja, Castilla la Vieja y Trasmiera. Obtuvo además la tenencias de Asturias (de Santillana) y de la Bureba. Después de su segundo exilio, extendió todavía más su zona de poder en el nordeste del reino de Castilla, llegando a gobernar "de Almazán hasta el mar" (1196). En 1204, par incitarle a volver en Castilla, Alfonso VIII le reconoció la propiedad de la totalidad de Vizcaya, un territorio vasco que sus antecesores habían gobernado en el siglo XI. Ese acto marcó quizás la conversión definitiva del territorio en un feudo inalienable que iba a constituir la base de poder de los Haro en el siglo XIII. Añadió Durango en 1212, poco después de la batalla de Las Navas de Tolosa. Dio un paso decisivo en la patrimonialización de estas tenancias cuando empezó a compartirlas con su hijo, Lope Díaz II. Este gobernó Castilla la Vieja a partir de 1210, Asturias de Santillana a en 1211, y Álava en 1213.
Archivo:Tenencias Diego López II.jpg
Construcción de la identidad nobiliaria
Reforzó el papel del jefe de familia entre sus parientes, acelerando el paso de una concepción "horizontal" del grupo familiar a una organización "vertical", constituyendo un linaje. Fue el primero de su familia que usó el apellido Haro, lo que consta en los documentos a partir de 1184. Fue también el inventor probable de su símbolo heráldico, el lobo con un carnero en la boca, que consta en su sello de 1198.
Un personaje mitificado
La memoria de Diego López II padeció rápidamente de ataques. Ya en 1216, durante la regencia de los hermanos Lara, cuando Lope Díaz II intentaba desempeñar un papel político, un documento de la cancillería real le calificó de señor malo. La imagen de Diego López construida hacia 1240-1241 por el cronista Rodrigo Jiménez de Rada, el arzobispo de Toledo que le había conocido, era ya muy ambivalente. Este criticaba sobre todo su estrategia del exilio que le conducía a enfrentarse con su soberano. Las sepulturas de Diego López y de su esposa, Toda Roiz, en el claustro de los caballeros del monasterio de Santa María de Nájera, fueron labradas en la segunda mitad del siglo XIII: atestiguan el interés particular de los Haro para este antecesor fundador del linaje. Durante los años 1270-1280, cuando Lope Díaz III se enfrentó con el rey de Castilla y León Alfonso X el Sabio en revueltas nobiliarias cada vez más abiertas, los intelectuales de la corte atacaron directamente la memoria de este Diego López "dicho el Bueno", a quien atribuyeron por primera vez una responsabilidad en la derrota de Alarcos. Fue quizás para contestar a este ataque que escritores favorables a los Haro imaginaron un mito simétrico para devolverle a la monarquía esta responsabilidad moral. Se inventó efectivamente a finales del siglo XIII la historia de la Judía de Toledo, qui imputaba la derrota de Alarcos al pecado de Alfonso VIII. Durante los años 1340, las obras del conde portugués Pedro de Barcelos, la Crónica Geral de 1344 y los Livros de linhagens plagaron de mitos la la biografía de Diego López II. Introdujeron temas literarios de la materia de Bretaña (el ciclo arturiano) o de la materia de Francia (la épica tradicional), para convertirle en una figura ambigua, en un intento pseudo-histórico de síntesis entre su imagen negra y su memoria dorada. A mediados del siglo XV, Lope García de Salázar, en su Cronica de Vizcaya, acabó señalando esta oposición, imaginando, frente al apodo "el Bueno" que existía desde finales del siglo XIII, un apodo opuesto, "el Malo". Su imagen conoció todavía más desvios posteriores, para obedecer a los intereses de los genealogistas nobiliares en el siglo XVI, y despues, a partir del siglo XVII, a los historiadores vascos. Esta vez, era el mito del "feudo independiente" de Vizcaya que alimentó las controversias entre los fueristas, y posteriomente los nacionalistas vascos, y sus contradictores, hasta la primera mitad del siglo XX.
Matrimonios y descendencia
Casó con Toda Pérez de Azagra, hija de Pedro Rodríguez de Azagra, matrimonio del que nacieron:
- Lope Díaz.
- Lope Ruiz de Haro: formó la línea de los señores de los Molares.
- Pedro Díaz de Haro: señor de Cárcar por consideraciones de su madre y abuelos maternos. Entre 1236-1239 (Sto. Domingo de la Calzada) Petrus Díaz junto con su mujer Elvira Gómez, con el consentimiento y voluntad de Doña Urraca "cometisse et abbatisse de Cannas, sororis mee", dona dos solares poblados en Pino de Yuso. Esto demuestra que la abadesa fue su hermana Urraca Díaz, no su tía, la Reina Urraca López de Haro.
- Urraca Díaz de Haro casó con el conde Álvaro Núñez de Lara y, una vez viuda, fue abadesa en Cañas.
- Aldonza Díaz de Haro: casó con Rui Díaz de los Cameros.
- María Díaz de Haro: casó con el conde Gonzalo Núñez de Lara.
- Teresa Díaz de Haro: casó con su primo el infante don Sancho de León, hijo del rey Fernando II de León.
- Mencia Díaz de Haro: casó con Álvaro Díaz de Cameros, hermano del marido de su hermana Aldonza.
Véase también
Referencias
- ↑ Ghislain Baury, "Diego López 'le bon' et Diego López 'le mauvais' : comment s'est construite la mémoire d'un magnat du règne d'Alphonse VIII de Castille", Berceo, n°144, 2003, p.37-92. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=698041
Predecesor:
Lope Díaz I de HaroSeñorío de Vizcaya
1170 – 1214Sucesor:
Lope Díaz II de HaroCategorías: Nacidos en 1140 | Fallecidos en 1214 | Señores de Vizcaya | Nobles de España | Haro (familia)
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