Diego de Sandoval y la Mota fue un conquistador español del siglo XVI. Nació en la Villa de Santa Olalla, Diócesis de Toledo, alrededor de 1505, en una familia hidalga.

A los 17 años pasó a Indias (1522). Estuvo primero en México y con sus propias armas y caballo siguió a Pedro de Alvarado a la conquista de Guatemala. Participó en la fundación de Santiago de los Caballeros y luego avecinó en Cuzcatán.

En 1533, embarcó con el Adelantado Alvarado rumbo a Quito. Primero arribaron a las costas de Manabí, cruzaron las selvas del río Guayas y siguieron a la sierra entrando por la región de Liribamba, donde Sandoval se unió a los tercios de Benalcázar, después de que Alvarado pactó la entrega de sus hombres con Almagro, y se prometiera un pago de cien mil pesos de oro. Ahí nació una gran amistad entre Sandoval y Benalcázar (fundador principal de Quito) y juntos avanzaron a combatir a Rumiñahui en el norte. Primero lo buscó con Diego de Tapia (que junto a Ampudia fueron primeros alcaldes de San Francisco de Quito) por la regiónes de Santo Domingo de los Colorados, Pifo y el Quinche. De allí siguió a las sierras de Latacunga con Juan Márquez persiguiendo a Soposopagua, un cacique indígena.

El 6 de diciembre de 1534 figuró entre los primeros vecinos que recibieron solares en la villa de San Francisco de Quito. Al siguiente año fue con Benalcázar a recoger a los pocos españoles que habían quedado en Santiago (hoy Santiago de Guayaquil). Fueron hacia San Miguel de Piura. Cuando pasaban por la provincia de los Cañaris encontraron a un grupo de hijas de Huayna Cápac. Sandoval recibió de regalo a una de ellas, llamada la Colla, que fue bautizada con el nombre de Francisca, que vivió con él sin casarse. Después regresó a Quito.

Fue llamado por Francisco Pizarro a Lima, pero sucedió que al llegar a esa capital tuvo que romper el cerco que los indígenas tenían. Trepando el cerro de San Cristóbal con sus tropas los desalojo, hecho que el rey después le reconoció en su escudo de armas. Regresó en busca de más hombres de guerra a Quito, pero Pedro de Puelles, que dirigía el Cabildo, se le opuso. Tuvo que reclutar quinientos aguerridos indígenas del Cañar (de su encomienda) para volver al Perú, donde el alzamiento del Inca Manco mantenía a los españoles a la defensiva.

En 1537 presentó ante el Cabildo de Quito su título de Alférez, que le permitía llevar la bandera de Su Majestad. En 1538 recibió un Amparo de Pizarro en la posesión de sus indios Cañaris (la encomienda antes mencionada).

En 1545 casó con Catalina Calderón de Robles en quien tuvo dos hijos y numerosos descendientes en Quito. El 47 asistió al llamamiento de Pedro de la Gasca contra Gonzalo Pizarro, pero tuvo que regresar pues hubo problemas en us tierras. En 1548 viajó a Lima, fue premiado nuevamente con las Encomiendas de Mulaló y Pomásqui y de regreso a Quito con su familia, realizó con Pedro Muñoz la visita a Indios en 1549.

En 1577 le fue confirmada su Encomienda en Mulaló por dos vidas y el 29 de Mayo de 1580 hizo su testamento en Quito ante el Escribano Juan Carrillo, murió poco después en casa de su yerno el Cpt. Miguel Fernández de Sandoval y fue sepultado en la Capilla de San Juan de Letrán (que el mandó a construir junto a La Merced). Sus tierras de Mulaló fueron divididas por su orden y entregaron una parte de ellas a los indios; su inmensa fortuna pasó a sus dos hijas.

Su confesor Fray Luís de la Cuadra, se encargó que cumpliera el testamento y fundó un Mayorazgo a favor de su hija Ana y sus descendientes que llevaran su nombre y apellido. Su casa estaba junto a la de Juan Londoño y daba al Monasterio de las Monjas Conceptas y a la Casa de la Audiencia.

Referencias

• http://www.diccionariobiograficoecuador.com/tomos/tomo9/s2.htm
• Gonzáles Suárez, Federico, "Historia General de la Republica del Ecuador (3ª edición)", 1964, Ediciones Esfel. Pág. 224, 242-243
• Jurado Noboa, Dr. Fernando - “ - Quito - Ecuador