- Un Réquiem alemán (Brahms)
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Un Réquiem alemán (Brahms)
Un Réquiem alemán (Ein deutsches Requiem) Op.45 de Johannes Brahms no es propiamente un Requiem en el sentido litúrgico; no tiene ninguna relación con la Misa de difuntos, ni siquiera tiene una intencionalidad sacra. Como se desprende de su título no se trata de un simple Requiem, sino de "Un Requiem alemán", esto es, un "a modo de Requiem al gusto alemán". Podría decirse que es una cantata fúnebre con ciertas evocaciones del oratorio, una obra más concertística que religiosa. Representa un canto a la muerte y a la resurrección dedicado a la memoria de su madre y a la de Schumann. El Requiem Alemán está escrito para soprano, barítono, coro mixto y orquesta.
En sus siete partes recopila textos bíblicos afines con el tema, como una libre meditación sobre la muerte. Son estos sus títulos:
- Chor: „Selig sind, die da Leid tragen“
- Chor: „Denn alles Fleisch, es ist wie Gras“
- Bariton (Solo) und Chor: „Herr, lehre doch mich“
- Chor: „Wie lieblich sind deine Wohnungen“
- Sopran (Solo) und Chor: „Ihr habt nun Traurigkeit“
- Bariton (Solo) und Chor: „Denn wir haben hie keine bleibende Statt“
- Chor: „Selig sind die Toten“
El 1 de diciembre de 1867 se programa en Viena un concierto en memoria de Schubert, ocasión que se aprovecha para la presentación de los tres primeros movimientos de Un Requiem alemán. Se cuenta como anécdota que el encargado de la percusión, supuestamente vendido a Wagner, enemigo de Brahms, reventó la obra a timbalazos extemporáneos. Por esta u otra razón, el anticipo de estreno no tuvo éxito.
La obra se estrenó completa y definitivamente el día 10 de abril de 1868, día de Viernes Santo, en la catedral de San Pedro de Bremen. Esta vez sí constituyó un éxito grandioso. Se repuso otro Viernes Santo de 1871, también en la catedral de Bremen, como homenaje fúnebre a los caídos en la guerra franco-prusiana dentro de un contexto marcadamente nacionalista.
Tras las tres primeras partes, de tono sombrío y dramático, el nº4 crea un cierto contraste de serenidad, que se encuentra también en el nº5, con sus magníficos solos de soprano. Muy complejo en su organización, el nº6, donde se alternan barítono y coro, termina con una fuga. El nº7 termina el Requiem Alemán en un clima de beatitud.
Como queda claro en el título, el Requiem alemán no fue escrito con propósitos exclusivamente litúrgicos, aunque se invoca el nombre de Cristo. Brahms elige la letra con minucioso cuidado partiendo de la Biblia luterana, incluidos los escritos apócrifos.
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Categorías: Réquiems | Composiciones de Johannes Brahms - Chor: „Selig sind, die da Leid tragen“
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