- Exilio español en México
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Exilio español en México
Las primeras oleadas de refugiados españoles de la guerra civil llegaron a México en los buques Sinaia, Ipanema y Mexique. Los historiadores estiman que México acogió a cerca de 25,000 refugiados españoles entre 1939 y 1942, gran parte durante el gobierno del Presidente Lázaro Cárdenas del Río.[1] De estos refugiados se estima que la "inmigración intelectual" o de "elite", se conformaba de aproximadamente un 25% del total. Se destaca también que en mayor número llegaron además: "competentes obreros y campesinos", así como militares, marinos y pilotos, hombres de Estado, economistas y hombres de empresa.
Pero fue desde 1937 que comenzaron a llegar los primeros grupos, alrededor de quinientos niños invitados por las autoridades mexicanas para protegerlos de los desastres de la guerra, y una treintena de intelectuales para quienes se fundó la famosa Casa de España en México, de manera que pudieran realizar investigaciones y trabajar en su especialidad lejos del ambiente bélico.[2]
De acuerdo con la doctora Clara Lida:
“fue a Daniel Cosío Villegas -encargado de negocios en Portugal, a quien antes que a nadie, se le ocurrió la idea de que México debía acoger a científicos e intelectuales españoles, para que continuaran sus actividades, mientras la República Española luchaba contra el fascismo y se decidía el futuro de España y en previsión de que la República fuese derrotada”.[3]
Dice Antonio Alatorre, el académico con más antigüedad en El Colegio de México (Colmex):
“La tarea que hicieron es de un valor absolutamente inapreciable, había que ver renglón por renglón qué ha sido México antes y después de estos grandes hombres”. [4]
Los refugiados ayudaron a crear "La Casa de España en México", hoy llamada "El Colegio de México" y el "Fondo de Cultura Económica", así como a reforzar el profesorado de la "UNAM" y el "IPN". Entre otras muchas aportaciones de los científicos españoles refugiados fue creada la revista Ciencia, fundada por Ignacio Bolívar.
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- El exilio español enriqueció al continente americano con la llegada de filósofos como María Zambrano, los poetas León Felipe, Luis Cernuda y Juan Rejano, narradores como Francisco Ayaña y Max Aub, quienes alejaron con buen humor la pena del destierro.[5]
Dice Fernando Gamboa:-
- "Entre los muchos que ya no viven, un gran número de ellos honró nuestro suelo con sus restos mortales. Recuerdo con fervor y rindo mi tributo a Luis Buñuel, Rodolfo Halffter, Remedios Varo, Roberto Fernández Balbuena, quien junto con Sánchez Cantón, Alberti, Renau y Ceferino Colinas, salvó los tesoros del Museo del Prado, transportando sus colecciones a Ginebra, bajo el fuego de bombardeos aéreos, en un enorme convoy formado por más de treinta inmensos camiones, episodio heroico que yo presencié en Valencia en 1937. La lista es larga: los doctores Pedro Bosch Gimpera, el oftalmólogo Manuel Márquez, Enrique Díez - Canedo, Joaquín Xirau, José Giral, José Puche, Juan Comas, los entomólogos Ignacio y Cándido Bolívar, José Gaos, Adolfo Salazar, el economista Antonio Sacristán, Pí Suñer, Bernardo Giner de los Ríos, Max Aub, Emilio Prados, Eduardo Ugarte, Pedro Garfias, Luis Recaséns Siches, Eugenio Imaz, Alardo Prats, Agustí Bartra, Juan Rejano, León Felipe, Ceferino e Isabel Palencia, Ricardo Vinós, Rubén Landa, Margarita Nelken, Adrián Vilalta, Concha Méndez, Demófilo De Buen, Mariano Ruiz-Funes, el general José Miaja, el defensor de Madrid, a quien conocí en aquella heroica capital en 1937, Enrique F. Gual -que fue director de este museo-, Otto Mayer Serra, los sacerdotes católicos José Ertze Garamendi y José María Gallegos Rocafull, Juan Naves, en fin, tantas y tantas grandes figuras a quienes tuve el honor de tratar y con muchas de las cuales trabajé estrechamente y las recuerdo con veneración, sobre todo a Juan Larrea y a José Bergamín, quienes murieron lejos de México, pero que hicieron tanto por él."[6]
Aproximadamente unos 25 mil ciudadanos mexicanos según datos de la Asociación de Exiliados Españoles, podrán adquirir la nacionalidad española gracias a la Ley de la Memoria Histórica, una ambiciosa y compleja norma que aspira a reconocer y ampliar los derechos de quienes sufrieron la Guerra Civil (1936-1939) y la represión de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975).La ley se aprobó en octubre (de 2008), pero el próximo 29 de diciembre (2008) está previsto que entre en vigor una de las instrucciones del artículo siete, que regula la obtención de la nacionalidad para los hijos y nietos de los emigrantes y exiliados de la Guerra Civil y el franquismo. Según dicho artículo podrán adquirir la nacionalidad española los hijos de padres o madres nacidos en España y que actualmente viven en el extranjero, así como los nietos de personas que perdieron o tuvieron que renunciar a la nacionalidad española como consecuencia del exilio. [7]
Contenido
Referencias
- ↑ El exilio español en México se extingue setenta años después entre respeto, dolor y olvido
- ↑ La nacionalidad mexicana como protección de los refugiados españoles
- ↑ LOS CIENTIFICOS DEL EXILIO ESPAÑOL EN MEXICO: UN PERFIL tomado de: La Casa de España en México. México. Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México, 1988. p. 27.
- ↑ El crítico Antonio Alatorre subraya los invaluables aportes del exilio español La Jornada.
- ↑ Aportaciones literarias de los escritores españoles exiliados en México
- ↑ Obra plástica del exilio español en México 1939/1989
- ↑ El Universal
Bibliografía
Véase también
- Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles
- Inmigración en México
- España
- Historia de España
- Guerra Civil Española
- Inmigración española en México
Enlaces externos
- Lázaro Cárdenas y los científicos del exilio español en México
- BIOGRAFÍAS DE ESPAÑOLES REFUGIADOS COMO CONSECUENCIA DE LA GUERRA 1936-1939
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