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El hombre mediocre
El Hombre mediocre es un libro del sociólogo y médico argentino José Ingenieros, publicado en el año 1913. La obra trata sobre la naturaleza del hombre, oponiendo dos tipos de personalidades: la del hombre mediocre y la del idealista, analizando las características morales de cada uno, y las formas y papeles que estos tipos de hombres han adoptado en la historia, la sociedad y la cultura.
Tuvo gran influencia en la juventud latinoamericana de su tiempo y en especial en el movimiento de la Reforma Universitaria iniciado en 1918.
Contenido
Los tipos de hombres
José Ingenieros dice que "no hay hombres iguales", y los divide a su vez en tres tipos:
''El hombre inferior, el hombre mediocre y el hombre superior'', pero no arremete contra los dos primeros, sino que hace ver a los tres y exalta al segundo.
El mediocre
El hombre mediocre es incapaz de usar su imaginación para concebir ideales que le propongan un futuro por el cual luchar. De ahí que se vuelva sumiso a toda rutina, a los prejuicios, a las domesticidades y así se vuelva parte de un rebaño o colectividad, cuyas acciones o motivos no cuestiona, sino que sigue ciegamente. El mediocre es dócil, maleable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad, contrario a la perfección, solidario y cómplice de los intereses creados que lo hacen borrego del rebaño social. Vive según las conveniencias y no logra aprender a amar. En su vida acomodaticia se vuelve vil y escéptico, cobarde. Los mediocres no son genios, ni héroes ni santos. Un hombre mediocre no acepta ideas distintas a las que ya ha recibido por tradición (aquí se ve en parte la idea positivista de la época, el hombre como receptor y continuador de la herencia biológica), sin darse cuenta de que justamente las creencias son relativas a quien las cree, pudiendo existir hombres con ideas totalmente contrarias al mismo tiempo. A su vez, el hombre mediocre entra en una lucha contra el idealismo por envidia, intenta opacar desesperadamente toda acción noble, porque sabe que su existencia depende de que el idealista nunca sea reconocido y de que no se ponga por encima de sí. "Cuando la mediocracia encuba pollipavos no tienen atmósfera los aguiluchos".
El idealista
El idealista es un hombre capaz de usar su imaginación para concebir ideales legitimados sólo por la experiencia y se propone seguir quimeras, ideales de perfección muy altos, en los cuales pone su fe, para cambiar el pasado en favor del porvenir; por eso está en continuo proceso de transformación, que se ajusta a las variaciones de la realidad. El idealista contribuye con sus ideales a la evolución social, por ser original y único; se perfila como un ser individualista que no se somete a dogmas morales ni sociales; consiguientemente, los mediocres se le oponen. El idealista es soñador, entusiasta, culto, de personalidad diferente, generoso, indisciplinado contra los dogmáticos. Como un ser afín a lo cualitativo, puede distinguir entre lo mejor y lo peor; no entre el más y el menos, como lo haría el mediocre. Sin los idealistas no habría progreso: su juventud y renovación son constantes. El idealista tiene su propia verdad y no se supedita a la de los otros; no se mueve por criterios acomodaticios, sino según ideales más altos. En cuanto a las circunstancias, su medio, la educación que recibe de otros, las personas que lo tutelan y las cosas que lo rodean, se levanta por encima de ellos: piensa por sí mismo. No busca el éxito, sino la gloria, ya que el éxito es solo momentáneo: tan pronto como llega se va.
Frases
Éstas son algunas frases del capítulo primero del libro:
- "Hay cierta hora en que el "pastor" ingenuo se asombra ante la "naturaleza" que le envuelve".
- "La inmensa masa de los hombres piensa con la cabeza del pastor; no entendería el idioma de quien le explicara algún misterio del universo o de la vida, la evolución eterna de todo lo conocido, la posibilidad de perfeccionamiento humano en la continua adaptación del hombre a la naturaleza".
- "No tienen voz sino eco"
- "Barcos de amplio velamen pero sin timón"
- "Producto de la costumbre, desprovisto de fantasía, ornado por todas las virtudes de la mediocridad, llevando una vida honesta gracias a la moderación de sus exigencias, perezoso en sus concepciones intelectuales, sobrellevando con paciencia conmovedora todo el fardo de prejuicios que heredó de sus antepasados"
- "El hombre mediocre es una sombra proyectada por la sociedad"
- "Sin la sombra ignoraríamos el valor de la luz"
- "Cada hombre es como es y no podría ser de otra manera"
- "Pues la civilización sería inexplicable en una raza constituida por hombres sin iniciativa".
- "Lo que ayer fue ideal contra una rutina, será mañana rutina, a su vez, contra otro ideal".
Influencias
El hombre mediocre tuvo gran influencia en la juventud latinoamericana de su tiempo y en especial en el movimiento de la Reforma Universitaria iniciado en 1918.
Algunas de sus categorías fueron tomadas y reformuladas dos décadas después, por el español José Ortega y Gasset, para construir su conocida antinomia entre el hombre-masa y el hombre-noble, realizada en su libro "La rebelión de las masas".
Traducciones
Traducido al Esperanto por Enio Hugo Garrote ("La triviala homo" edición La Juna Penso 1976)
Enlaces externos
- Wikisource contiene una copia de El hombre mediocre.
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