- El grito silencioso (novela)
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El grito silencioso (novela)
El grito silencioso (万延元年のフットボール, Man'en Gannen no Futtobōru, 1967), novela del escritor japonés Kenzaburō Ōe. Narra la historia de los hermanos Nedokoro, Mitsusaburo "Mitsu" y Takashi "Taka", quienes viajan de regreso a su tierra natal en la isla de Shikoku, donde el segundo tratará de emular la revolución del primer año de Mannen (1861), animando a los aldeanos a levantarse contra el "Emperador de los Supermercados", empresario coreano de gran poder e influencia en la región, bajo el pretexto de "entrenar un equipo de futbol". Por otro lado, para Mitsu representa un viaje instrospectivo, en el cual deberá evaluar su situación actual y sus perspectivas a futuro, en un matrimonio que se ha estancado y comenzado a pudrir a raíz del nacimiento de un hijo con discapacidad y del alcoholismo de la mujer de Mitsu.
Novela que revela algunos aspectos autobiográficos del autor, El grito silencioso representa un descenso a los infiernos - estilo que ha llevado a Ōe a ser equiparado con Dante y Dostoievski -, donde ambos hermanos deberán confrontar sus verdaderas motivaciones, que provienen siempre de un pasado del cual se huye constantemente pero también se arrastra inexorablemente, y enfrentarlas y vivir, o escapar y morir.
Brillante traducción al español de Miguel Wandenbergh, con numerosas notas que esclarecen el significado de las cosas intrínsecamente japonesas. Artículo de Miguel Wandenbergh, Diario 16 (14 de abril de 1995).
Sobre "El grito silencioso" del Nobel
Por razones de edición, ese será el título que tendrá la versión española de nuestra traducción de la novela de Kenzaburô Ôe "Man'nen gannen no futtoboru" (Fútbol del año 1 de Man'nen), obra que se publicó inicialmente por entregas en la revista japonesa Gunso entre enero y julio de 1967, antes de que la editorial Kodansha lo hiciera en un solo libro, ganador del 30º Premio Tanizaki.
La crítica japonesa no se puso nunca de acuerdo al evaluar obra tan compleja, mereciendo tanta diversidad de análisis como la de los críticos mismos. Para unos, como el prestigioso Ôka del Mainichi Shinbun, es una novela "rica en nervaduras". Otro tanto sucede con la interpretación del sentido del título, que alberga un significado intrínseco tan complejo como la novela en sí. De todos es sabido que en el Japón los años han seguido la cuenta de los reinados de sus emperadores, y así sigue siendo en nuestros días. Lo más destacado de la de Man'nen es que apenas duró un año (1860 a 1861), poco antes de la históricamente crucial de Meiji, época en que difícilmente podría haberse conocido ese deporte. En nuestra apreciación personal, el autor resalta lo efímero e intrascendente de la existencia humana y juega con la transposición de la realidad y de la ilusión de que hace gala un personaje clave de la trama.
Al igual que en otras novelas suyas, destacan en ésta dos imágenes muy poderosas, sobre las que se va desenvolviendo el hilo del argumento y de la acción: el pozo oscuro y encharcado en el que Mitsusaburo Nedokoro se "refugia" para reflexionar sobre el horror que le asola, encogido como un feto en su regresión al claustro materno, mientras abraza a un perro enfermo. La otra es la del mejor amigo del mayor de los Nedokoro, ahorcado totalmente desnudo, con la cabeza pintada de clor bermellón y un pepino insertado en el ano, estrambótico suicidio de oscura interpretación, y que son el "leit motiv" de la novela. El personaje principal nos da pistas bien claras de hasta dónde se funde en él la realidad del autor: coinciden dos de los tres caracteres del nombre "saburo" (que señala que se trata del tercer hijo), ambos son profesores universitarios, sobreviven de las traducciones y gozan del respeto de la sociedad; el recién nacido es un "vegetal", recluido en un centro médico. Por otra parte, la esposa de Nedokoro es una alcohólica incapaz de mantener relaciones sexuales con su marido a consecuencia del trauma del parto, hecho que, obviamente no podemos extender a la realidad del autor.
La muerte del ahorcado puede no significar más que una simplificación de la lucha de los estudiantes japoneses en 1960, en feroz oposición violenta al tratado entre EE.UU. y el Japón (Anpô), donde fácilmente pudo ser testigo de la muerte a golpes de los "bô" de la policía al reventarle la cabeza a algún desgraciado manifestante. Es decir, que es fácil que nos encontremos ante una muestra más de la maestría con la que el Nobel utiliza "la verdadera cualidad de la función de las palabras en la poesía" y su genio para concentrar en imágenes todo un mundo de símbolos.
Como bien dice el propio Oe, escribe para japoneses, y sin duda a ellos les resulta muchísimo más fácil comprender el significado del suicidio de una persona que ha llegado a una situación límite de vergüenza o fracaso, o sea, ese "infierno interior" que superan con ese acto final de extrema sinceridad con uno mismo.
Partiendo de esa premisa, nos induce a la lectura de la infelicidad personal de los protagonistas, perdidos en una existencia a la que no encuentran significado: para Mitsu, el suicidio de su mejor amigo, una mujer alcohólica con la que no tiene relación sexual, el nacimiento de un hijo idiota. Y no obstante, en el fondo de toda esa infelicidad, aparecen destellos emocionantes de los sentimientos más profundos que unen las almas de personas tan desgraciadas, que se aman y se detestan al mismo tiempo, irremediablemente.
EL otro personaje clave es Takashi, hermano de Nedokoro, representante del activista violento y derrotado que luego se une en viaje apologético por los EE.UU. como estudiante arrepentido, antes de regresar a su tierra en pos de sus raíces, esa "identity" como nos dice Oe. Takashi es el contrapeso de Mitsu (sin ver los caracteres, sus nombres no significan para el occidental lo mismo que para el lector japonés, que verá en Taka al halcón y en Mitsu, al néctar) dos tipos opuestos. El menor representa el polo extravertido, activo, agresivo y violento. Su hermano mayor, introvertido, reflexivo y observador, incapaz de asumir riesgo alguno. Al regreso de Takashi de los EE.UU., Mitsu, abatido, se deja arrastrar por el entusiasmo del hermano en pos de una "vida nueva" que le brinde un atisbo de "esperanza" en la aldea de sus orígenes. Para esa transposición de realidades, en distintos "espacios/tiempos", Oe aprovecha magistralmente las revueltas campesinas de 1860 y 1871 en Shikoku para ofrecernos una comparación y un reflejo de los sentimientos de los activistas vencidos, la confusión de sus almas, la sublimación del idealista revolucionario.
La acción discurre como un río alborotado en su carrera hacia un desenlace inevitable, hasta el remanso final, guiado por el motivo subyacente desde el principio, el ansia de "esperanza" del protagonista y la búsquedad de "la verdad" que, misteriosamente, nos presenta con la cita de un poeta contemporáneo suyo: "¿Os digo la verdad?" Una verdad cuya revelación conducirá al atormentado Takashi a "superar su propio infierno interior" y a Mitsu a encontrar el norte insospechado de su nueva vida, a descubrir las causas del infierno de su alma, a enfrentarse a su infelicidad y buscar el "alivio del alma".
En definitiva, una muestra magistral más de esa literatura tan rica y apasionante, y tan poco conocida en España, cuando no maltratada, como es la japonesa. Una novela que nos mantiene en vilo, que nos araña el subsconsciente y nuestros sentimientos de culpabilidad, nuestros secretos inconfesables, formando continuas imágenes en nuestra mente, despertando nuestros fantasmas más temidos, sacudiéndonos con los horrores de las cosas cotidianas de nuestro mundo. El estilo de Oe es agilísimo, complejo, a veces brutal, sanguinario y cruel; otras, pura ternura, compasión, con una capacidad sublime de poner en marcha la habilidad del lector para introducirse en un mundo ficticio/real con ganas de volver a empezar a leer una vez más esta obra maestra.
Miguel Wandenbergh 1995
Categorías: Novelas de Kenzaburō Ōe | Libros de 1967
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