Elena Pavlovna, retratada por Josef Grassi

Elena Pavlovna por Borovikovsky en 1795.

Gran Duquesa Elena Pávlovna, (en ruso: Великая Княжна Елена Павловна). Nacida en San Petersburgo el 24 de diciembre de 1784 y fallecida en Ludwigslust 24 de septiembre de 1803. Era la cuarta hija y segunda hembra de los entonces herederos, Pablo I de Rusia y Sofía Dorotea de Wüttemberg (María Feodorovna).

Elena era la hermana menor de Alejandro I de Rusia, del Gran Duque Constantino Pavlovich de Rusia y de Alejandra Pávlovna de Rusia. También fue hermana mayor de María Pavlovna de Rusia, Catalina Pavlovna de Rusia, Olga Pavlovna de Rusia, Ana Pavlovna de Rusia, Nicolás I de Rusia y de Miguel Pavlovich de Rusia.

El nacimiento de una segunda hija fue una feliz noticia para su padre. Se dijo que al ser muy hermosa, su abuela, la emperatriz Catalina II de Rusia la llamaba Elena de Troya. Fue educada en la privacidad del hogar, y en sus primeros años, su educación estuvo supervisada por su abuela paterna, la formidable Catalina II. Como cualquier otra princesa de su época, la educación de la gran duquesa se centró principalmente en el arte, la literatura y la música. De entre todos sus hermanos, Elena Pavlovna siempre estuvo más unida a su hermana mayor, Alejandra, cuya forma de vida era prácticamente la misma que era Elena.

A fines de 1790, Elena fue prometida al Príncipe heredero Federico Luís de Mecklemburgo-Schwerin (1778-1819), hijo mayor de Federico Francisco I, Gran Duque de Mecklemburgo-Schwerin y de Luisa de Sajonia-Gotha. El matrimonio se celebró en el palacio de Gatchina, cerca de San Petersburgo, el 23 de octubre de 1799.

Elena se trasladó a Schwerin con su marido. Allí se encontró en una nueva corte, muy diferente de la opulencia de San Petersburgo. A pesar de ello fue muy feliz en su vida matrimonial y poco después de la boda tuvo un niño: en septiembre de 1800 nació Pablo Federico, Gran Duque de Mecklemburgo-Schwerin. El año 1801 fue especialmente duro para Elena, pues perdió a dos de sus familiares más queridos en pocos días. El 16 de marzo moría en Buda su hermana Alejandra tras dar a luz a una niña que murió. Sólo ocho días después, su padre, el Zar, fue asesinado tras un golpe probablemente dirigida por su propio hijo y heredero, Alejandro. Al año siguiente Elena quedó embarazada de nuevo y en marzo de 1803 tuvo una hija, a la que se llamó María por su abuela materna, la emperatriz viuda.

En septiembre de 1803, Elena Pavlovna se puso gravemente enferma y murió repentinamente el día 24 de ese mes. Fue enterrada con gran pesar en el Mausoleo Elena Paulovna en Ludwigslust, llamado así en su memoria. Varios miembros de la dinastía de Mecklenburg-Schwerin, incluido la segunda esposa de su marido, están enterrados allí.

El viudo de Elena, Federico Luís, volvió a casarse en 1810, para volver a enviudar en 1816. En 1818 se casó con una princesa de Hesse, pero murió al año siguiente. No sobrevivió a su padre, así que nunca se convirtió en gran duque, y fue sucedido por el hijo que tuvo con Elena, Pablo Federico, en 1837.