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Estilo de mando
Las condiciones de trabajo inmateriales en una empresa u organización están muy relacionadas respecto al estilo de mando que impere en la misma. La efectividad de un mando depende de: su propio estilo, sus colaboradores y la situación donde se desarrolle.
El mando en las empresas lo ejercen las personas que tengan la habilidad necesaria para influir en los trabajadores y lograr la realización de los objetivos propuestos.
Las responsabilidades de las personas que ocupan cargos de liderazgo tienen la capacidad de asociar fundamentalmente las competencias técnicas, conceptuales y humanas. El estilo de liderazgo es el patrón de comportamiento que exhibe un individuo para influenciar en la conducta de un grupo, en el esfuerzo de lograr una meta en una situación dada. R.Tannembaum.[1]
El poder está íntimamente relacionado con la capacidad de mandar, ordenar, disponer, señalar qué hay que hacer, dónde, cuándo, cómo y quién, por medio de la actuación más típica, que es la autoridad que se ejerce.[2]
Las personas que ocupan cargos en los niveles estratégicos, tácticos y operativos, si desean ser exitosos desarrollan diferentes estilos, que pueden variar desde un estilo eminentemente democrático a un estilo totalmente totalitario.
Ordenar y mandar se ejecuta en un escenario social que está representado por dos componentes inseparables: el que influye y los que son influidos. La gente por naturaleza es sociable y el fenómeno de liderazgo está directamente relacionado con el estilo transaccional entre él y sus más cercanos colaboradores.
Contenido
Tipos de estilos de mando
Se presentan generalmente cuatro estilos de mando o dirección.
Autoritario. Existen dos tipos de estilo autoritario el absolutista y el paternalista: Las características de un líder autoritario son: autoridad, principalmente moral, claridad de pensamiento, capacidad de síntesis y cordialidad. Presenta la ventaja de una mayor rapidez y eficacia momentánea, pero mantiene inmaduros a los miembros del grupo que acaban en un estado de desinterés; ya que el jefe toma las decisiones, y sus hombres están allí para ejecutarlas, él sabe más y por eso es el jefe y es muy personal en cuanto a alabanzas y críticas.
Individualista. Este líder, “deja hacer”, tiene gran respeto a los demás y libertad del individuo, lo que favorece la expresión personal, pero es poco eficaz. Es lógico y sincero, trata de convencer y para ello utiliza el razonamiento y si el subordinado le convence a él no duda en aceptar su punta de vista.
Democrático. Este líder, debe estar siempre dedicado al grupo, favorece la madurez de cada miembro del grupo, potenciando las discusiones vivas y realistas pero presenta el inconveniente de grandes pérdidas de tiempo. Vive abierto a la cooperación, todo plan es materia de discusión en la entrevista y en el grupo, trata de ser objetivo a la hora de criticar y ve en la participación una medida de eficacia para lograr los objetivos de la empresa, y para que el trabajador se realice.
ParticipativoUn líder es considerado como participativo, cuando reafirma su actuación en muchas situaciones diferentes, adopta un estilo de contingencia, demostrando con su actuación que pueden haber diversidad de estilo y que los mismos, sabiéndolos administrar pueden conducir al éxito.
Referencias
- ↑ Grupo de Estudio de Empresas Líderes en México El estilo de mando y el ejecutivo Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa. [7-12-2007]
- ↑ Páez, Chicha (18-3-2002), Liderazgo y estilo de mando, en Revista Inter-Fórum, [7-12-2007]
Véase también
Enlaces externos
Categorías: Trabajo | Organización de empresas
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