Rebeca y Jacob en el pozo por Francisco Antolínez

Francisco Antolinez y Sarabia fue un pintor español nacido alrededor de 1645 en Sevilla y fallecido en Madrid en 1700.

Biografía y obra

El pintor y tratadista de arte Antonio Palomino en su obra El Parnaso Español Pintoresco Laureado, nos facilita una serie de interesantes datos sobre Francisco Antolinez al que conoció personalmente. Aparte de darnos a conocer su profesión de abogado nos comenta su afición a la pintura con la que obtenía probablemente más ingresos que con el ejercicio del derecho, nos habla de su carácter extravagante y un tanto pendenciero: “Si iba a algún lugar con algún empleo de justicia a pocos lances iban a palos”, Escribe también sobre su costumbre de no firmar las obras, pues debemos tener en cuenta que en la época, el oficio de pintor se consideraba servil y por tanto de menor prestigio que el ejercicio de la abogacía. Se muestra incluso elogioso sobre su alto nivel cultural y las grandes habilidades en las letras que poseía.

De toda su producción artística, solo conocemos una obra firmada, se trata de La Adoración de los Pastores, expuesta en la Capilla de Scalas de la Catedral de Sevilla y fechada en 1678.^[1] Partiendo de esta obra, podemos atribuirle con gran seguridad otras muchas, casi siempre de pequeño formato, sobre tema religioso, constituyendo por lo general series de entre 6 y 12 trabajos sobre el mismo tema. Se trata de lienzos realizados con relativa rapidez, sin muchos detalles y destinados a ser vendidos con facilidad a precios económicos.

Los temas de su pintura son casi siempre religiosos, series sobre la vida de personajes del antiguo testamento como Jacob y Abraham o del nuevo testamento, la Virgen María o Jesús. Son características las pequeñas figuras con gran espacio entre ellas, rodeadas por fondos paisajisticos o arquitectónicos.

Su obra se encuentra representada en el Museo del Prado (La Presentación de la Virgen, La Anunciación, Los Desposorios de la Virgen, La Natividad, La Adoración de los Reyes, La Huida a Egipto) y en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, muchos cuadros están dispersos en diferentes colecciones particulares.^[2]

Tras quedar viudo, quiso hacerse sacerdote, aunque no llego a conseguirlo. Su hermano José Antolínez fue también pintor reconocido, algunas fuentes manifiestan que era su primo, en todo caso familiar directo.

Bibliografía

Enrique Valdivieso: Historia de la pintura sevillana, 1992. Guadalquivir S.L.. Ediciones. ISBN 84-86080-76-2.

Referencias