- Guerra Austro-Prusiana
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La llamada Guerra de las Siete Semanas, o Guerra Austro-prusiana, fue un conflicto militar entre Austria y Prusia por el que esta última, que resultó vencedora, se convirtió en el Estado hegemónico de Alemania.
Esta guerra tuvo su base en la rivalidad entre estas dos potencias que pugnaban por conseguir el liderazgo de la Confederación Germánica. En 1864, Austria y Prusia estuvieron aliadas en la Guerra de los Ducados. De acuerdo con lo establecido en la Convención de Gastein que puso fin a ésta, el ducado de Holstein quedó bajo dominio de Austria, y los de Schleswig y Lauenburg bajo el de Prusia, pero ninguno de los dos países quedó satisfecho con el acuerdo.
En octubre de 1865, el canciller prusiano Otto von Bismarck obtuvo de Napoleón III en Biarritz que Francia se mantuviera al margen de un previsible conflicto austro-prusiano, mientras que Prusia se comprometía a apoyar al Reino de Italia para conseguir la anexión de Véneto. Napoleón III pensó que el conflicto sería largo y le brindaría la oportunidad de actuar de mediador y tal vez conseguir ventajas territoriales. El emperador se comprometió a mediar ante los italianos, lo que se logró con la alianza ofensivo-defensiva contra Austria firmada en abril de 1866.
El canciller Bismarck entorpeció deliberadamente la gestión de la administración austriaca de Holstein y envió tropas a ese ducado. Cuando Austria protestó ante la Dieta de Fráncfort (asamblea de la Confederación) después de asegurarse la neutralidad de Rusia, y contando con su alianza con el reino de Italia, Baviera, Hanover, Hesse-Kassel, Sajonia, Wurtemberg y otros Estados apoyaron a Austria.
Austria declaró la guerra el 14 de junio de 1866, y el ejército de Prusia conquistó Hanover y Hesse-Kassel, invadió Bohemia y Sajonia, para luego derrotar al ejército austriaco el 3 de julio en la batalla de Sadowa (Königgrätz, en alemán, hoy territorio checo) gracias a la maniobra del general Helmuth von Moltke. La movilidad de las tropas prusianas, gracias a la red ferroviaria, resultó decisiva para obtener la victoria.
El 23 de agosto de 1866, con la Paz de Praga quedó disuelta la Confederación Germánica. Prusia se anexó Hanover y Hesse-Kassel; Austria cedió Holstein a Prusia, pagó indemnización de guerra y entregó el Véneto al Reino de Italia al firmar la Paz de Viena. Prusia constituyó la Federación Alemana del Norte.
Confederación de Alemania del Norte
De esta forma, Prusia se convirtió en la potencia hegemónica en Alemania y pudo establecer la unión de los Estados alemanes situados al norte del río Meno, constituida en 1867. Esta alianza reemplazó a la Confederación Germánica. Fueron 22 los Estados alemanes que se incorporaron a la Confederación de Alemania del Norte. El poder legislativo quedó repartido en dos asambleas: el Reichstag (parlamento) y el Bundesrat (Consejo Federal).
La Confederación estableció alianzas con Baviera, Wurtemberg y el gran ducado de Baden, que se comprometieron a poner sus tropas bajo el mando del rey de Prusia si un tercer Estado atacara a algún miembro de la Confederación. La Dieta fue elegida mediante sufragio universal, la nueva Constitución entró en vigor el 1 de julio de 1867 y Bismarck se convirtió en canciller de la nueva Confederación.
La Constitución contemplaba que cada Estado sería autónomo en materia de finanzas, justicia, culto y enseñanza. A la Confederación incumbían ejército, marina, política exterior, legislación comercial, aduanas, moneda, legislación civil y correos. El poder ejecutivo estaba en la presidencia desempeñada por el rey de Prusia (con carácter hereditario), que era el responsable de la política exterior, comandante supremo del ejército y que ejercía el poder a través el canciller, que sólo respondía ante él.
En 1871, tras del triunfo germano en la Guerra Franco-prusiana, se formó el Imperio alemán, que adoptó el esquema organizativo de la Confederación.
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