Guerras en Canción de hielo y fuego

Las Guerras en Canción de hielo y fuego son un gran número de conflictos bélicos ficticios que aparecen en dicha saga de literatura fantástica del autor George R. R. Martin.

Los primitivos habitantes de Poniente fueron los Niños del bosque, una diminuta raza que aparentemente dominó todo el continente hace más de 12.000 años. Por estas fechas Poniente fue invadida por los Primeros hombres, guerreros altos que portaban armas de bronce, que llegaron a Poniente desde el continente oriental a través del Brazo de Dorne. La quema de los árboles sagrados por parte de estos últimos forzó a los Niños a declararles la guerra. Los Niños poseían una poderosa magia, y mediante ella destruyeron el Brazo de Dorne, creando el conjunto de islas conocidas como los Peldaños de piedra, pero no fue suficiente para parar el avance de los Primeros hombres. Finalmente, la guerra terminó con una tregua conocida como el Pacto, que fue hecho en la Isla de los rostros, isla situada en medio de un lago llamado Ojo de dioses. Los verdevidentes y los danzarines del bosque (miembros importantes entre los Niños) se reunieron con los Primeros hombres y llegaron al siguiente acuerdo: los Niños del bosque mantendrían los bosques que aún quedaban en pie y los Primeros hombres se asentarían en el campo abierto. Se esculpieron caras en todos los árboles de la isla para consolidar el acuerdo, con la sagrada orden de los hombres verdes establecidos ahí para mantenerlo. El Pacto perduró durante 4.000 años.

Hace 8.000 años aproximadamente, en medio de un fuerte invierno que duró muchos años, una terrible oscuridad cayó sobre Poniente y el este. La larga noche duró una generación y causó muchas penurias en gran parte del mundo. En medio de esta oscuridad una raza de demonios surgió del norte llevando espadas de hielo muy finas y cortantes y con la capacidad de levantar a los muertos para combatir a los vivos. Los Niños del bosque y sus aliados los Primeros hombres lucharon valientemente contra ellos pero fueron rechazados hacia el sur en su avance. Los Otros, como fueron llamados estos demonios, fueron finalmente derrotados cuando se descubrió que las armas hechas de vidriagón (obsidiana) podían matarlos. Un gran héroe, que en la tradición oriental es conocido como Azor Ahai, dirigió la lucha llevando su espada de fuego, la Portadora de la Luz. Finalmente los Otros fueron rechazados hasta las Tierras del eterno invierno y la paz volvió a Poniente. Brandon Stark, conocido como Brandon el Constructor, erigió el gran Muro desde la Garganta hasta el Mar de los escalofríos para impedir que los Otros volvieran al sur y fue declarado el primer Rey en el Norte. La fortaleza de Invernalia (y posiblemente Bastión de Tormentas en el sur) fue construida por estas fechas y se creó la Guardia de la Noche para vigilar el Muro. Una profecía diría más tarde que los Otros volverían y Azor Ahai, el Príncipe que fue prometido, renacería para liderar la lucha contra ellos.

El decimotercer Lord Comandante de la Guardia de la Noche fue embrujado por una bella bruja de más allá del muro y convirtió la Guardia en su propio ejército. Este "Rey de la noche" fue derrotado finalmente por las fuerzas combinadas de los Stark de Invernalia y Joramun, el Rey-más-allá-del-muro (posiblemente el mismo Joramun que encontró el Cuerno de invierno y lo utilizó para levantar los gigantes de la tierra).

Los ándalos, un pueblo de guerreros altos y rubios, que traen armas de acero, fuego y su propia religión -la de los Siete Dioses-, atraviesan el mar Angosto y desembarcan en Los Dedos, región escarpada situada en la costa occidental de Poniente, desde donde inician la conquista del continente. Su emblema es una estrella de siete puntas. Se muestran inmisericordes con los niños del bosque, matándolos allí donde los encuentran, e imponen su religión, también llamada de los Nuevos Dioses, en todos los territorios dominados. En la victoria los ándalos emprenden un proceso de mestizaje con los vencidos, incorporando a sus principales linajes, por lo general y siempre por línea materna, la sangre de las dinastías más importantes de los primeros hombres.

Los niños del bosque junto a los reyes de los primeros hombres comienzan la resistencia armada a la invasión sin ningún resultado ante la superioridad del armamento de los ándalos. Los niños del bosque son objeto de un ataque despiadado por parte de los ándalos que, además, se dedican a la destrucción masiva de los arcianos y los rostros tallados. No se tiene certeza del momento o la causa que lo provocó, pero se conoce que los niños del bosque, en un desesperado intento, convocaron desde la Torre de los Niños, en Foso Cailin, a sus dioses sin nombre para romper el Cuello y dividir en dos el continente. Tanto si fue para detener el avance de los ándalos desde el sur como si se realizó para intentar impedir la invasión de los Otros por el norte durante la Larga Noche, lo cierto es que los niños del bosque fracasaron en su empeño.

Los seis reinos del sur son literalmente barridos por los ándalos, que asientan linajes en el Valle, la Roca, el Dominio y la Tormenta, entre otros territorios, en una guerra que dura cientos de años. La dinastía de Urron, en las Islas del Hierro, desaparece. En las Colinas y los Ríos, el rey Tristifer IV ofrece una férrea resistencia a los ándalos, venciendo en noventa y nueve batallas y muriendo en la centésima; en una acción combinada de siete reyes ándalos. Con la muerte de su hijo Tristifer V se pierde el linaje de la Casa Mudd en el Río. El Rey en el Norte detiene el avance de los ándalos, derrotando a cuanto ejército intenta atravesar el Cuello y convirtiendo en inexpugnable el fuerte de Foso Cailin que, según la leyenda, disponía de veinte torres siendo su muralla tan alta como la de Invernalia.

Los niños del bosque supervivientes se retiran hacia el norte, más allá del Muro, y desaparecen de las historias al igual que otras razas antiguas. El Norte es, territorialmente, el único reino de los primeros hombres que permanece intacto, conservando sus tradiciones y su religión. La Isla de los Rostros permanece bajo la custodia de los Hombres Verdes.

No se comenta, pero es posible que tras desistir de conquistar el Norte, se estableciera en Poniente una especie de "statu quo"… Lo más probable es que se sucedieran una serie de pactos y tratados entre los reyes ándalos y los Reyes en el Norte que incluirían, obviamente, el respeto por las diferentes religiones: las grandes Casas del sur adoptan la costumbre de instalar un bosque de dioses en sus fortalezas, pero la religión oficial es la Fe: los Siete Rostros de Dios. También se mantiene la Guardia de la Noche como defensa del Muro, al margen de los asuntos concernientes a los reinos. En cualquier caso, el dominio de los ándalos es tal que incluso llega a perderse el idioma de los primeros hombres, que se conserva sólo entre el Pueblo Libre (los Salvajes, más allá del Muro).

En un momento sin determinar con precisión, pero en cualquiera de los casos posterior a la llegada de los ándalos al continente y a su conquista, la reina Nymeria de Rhoyne cruza el mar Angosto al frente de diez mil naves desembarcando en Dorne, el más meridional de los Siete Reinos. Se casa con Mors Martell y juntos logran derrotar a todos sus rivales y gobernar en todo Dorne.

Nombre dado a la invasión de los Siete Reinos por parte de Aegon y sus hermanas y dragones, en la batalla del Campo de Fuego derrotaron a los ejércitos del Dominio y la Roca, y anexionaron el Norte sin pelear tras la rendición de Thorren Stark tras ver los dragones de Aegon, el único de los Siete Reinos que no fue conquistado en esta guerra fue Dorne, que se uniría posteriormente mediante matrimonios, lo que le da una cierta independencia

El levantamiento de la fe militante

Rhaegar Targaryen secuestra a Lyanna Stark en Desembarco del Rey. El padre y el hermano de Lyanna le exigen a Aerys que castigue a su hijo, pero en vez de eso, el Rey Loco los mata a ambos. Eddard Stark, Robert Baratheon y su mentor, Jon Arryn, se alzan en rebelión. Robert reclama el trono por derecho de descendencia de su bisabuelo, Aegon V Targaryen. Esto marca el comienzo de la Guerra del Usurpador, también llamada la Rebelión de Robert. Hoster Tully accede a unirse a la rebelión por el matrimonio de sus hijas, Catelyn y Lysa, con Eddard Stark y Jon Arryn, respectivamente. Los Tyrell permanecen leales al rey, y asedian el castillo de Robert, Bastión de Tormentas, que defiende su hermano Stannis. La Mano del Rey, que es Jon Connington de Percha del Buitre, es derrotado en la batalla de las Campanas y es exiliado a las Ciudades Libres. El ejército rebelde derrota a los leales en la Batalla del Tridente. El príncipe Rhaegar es asesinado por Robert Baratheon durante la batalla. Los Lannister aparentan acudir a Desembarco del Rey por la llamada del Rey Aerys, pero en cambio, una vez dentro de la ciudad se revuelven contra él y la saquean. Jaime Lannister mata al Rey Aerys. Un grupo de soldados de los Lannister, entre los que está Gregor Clegane, asesina brutalmente a la princesa Elia Martell y a sus hijos, Aegon y Rhaenys Targaryen. Sus cuerpos son entregados por Tywin Lannister a Robert Baratheon como muestra de lealtad hacia su causa. Robert acepta estos asesinatos por el odio acérrimo que siente hacia los Targaryen, pero Eddard Stark aborrece el crimen y los dos amigos se separan. Ned Stark prosigue viaje al sur con sus tropas, rompiendo el sitio en torno a Bastión de Tormentas y llegando hasta los límites de Dorne, donde él, Howland Reed y cinco señores más derrotan a los tres miembros más destacados de la Guardia Real, que mantenía prisionera a Lyanna en la Torre de la Alegría. Sin embargo, la hermana de Eddard se está muriendo y no pueden salvarla. La pérdida de Lyanna hace que Ned y Robert se reconcilien. Robert se nombra Rey de Poniente, y se casa con Cersei Lannister. Ned vuelve a su hogar de Invernalia con su hijo bastardo, Jon Nieve. Robert manda a su hermano Stannis a tomar Rocadragón, el último reducto de los Targaryen y donde se encuentran los dos últimos hijos de Aerys. La isla fortaleza cae, pero algunos leales a la Casa Targaryen huyen con los niños, el príncipe Viserys y la princesa Daenerys, a las Ciudades Libres.

Batalla del Tridente

Batalla del Bosque Susurrante

Batalla del Aguasnegras

Esta batalla marca el principio del fin de la Guerra de los Cinco Reyes a favor de Joffrey Baratheon, que vio como Stannis perdía casi todas sus tropas y sello la alianza con los Tyrell prometiendose a Margaery Tyrell, viuda de su tio Renly Baratheon.

La poderosa flota de Stannis Baratheon entra en el río aguasnegras bajo el mando de Sir Imry Florent, quien no hizo caso de unas pequeñas torres en la bahía; estas torres, junto a la planificación de Tyrion Lannister y el ataque sorpresa de Tywin Lannister y Mace Tyrell sobre las tropas terrestres de Stannis. La flota de Stannis quedó destruida por el Fuego Valyrio escondido en viejos barcos de guerra, y una cadena impregnada en esta misma sustancia se había izado desde las torres de la bahía, impidiendo que las embarcaciones pudiesen huir. Mientras en el río peleaban con el fuego, en la orilla del aguasnegras que daba a la capital las tropas de Stannis fueron atacados por Tyrion Lannister, que resultó gravemente herido un puente de barcos y sólo la intervenvión de su escudero, Podrick Payne, evitó que Sir Mandon Moore, de la Guardia Real, le matase.

El factor decisivo de esta batalla fue el ataque sorpresa de las tropas combinadas de Roca Casterly y Altojardín, Sir Garlan Tyrell llevaba la armadura del difunto Renly confundiendo a los combatientes. La mayoria de las tropas de Stannis, vasallos de Altojardín, se rindieron, de esta forma a Stannis Baratheon solo le quedó el apoyo de la familia de su reina, los Florent de Aguasclaras, las galeras del pirata lyseno Salladoor Shaan, y su sacerdotisa de R'hllor, Melisandre.

Fue una batalla que ocurrió más allá del muro, en una pequeña fortificación de los primeros hombres. Allí la Guardia de la Noche esperaba echarse sobre encima del ejército de Mance Ryder, pero no fue así. Los Otros llegaron primero y arrasaron sus líneas, el Lord Comandante reunió a los hermanos restantes y se abrió camino hacia el muro, de los trescientos que eran solo salieron setenta y dos.