- Albert Pagels
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Albert Pagels
Albert Pagels fue un ciudadano alemán avecindado en el sector de Punta Arenas, Chile, en los años de la Primera Guerra Mundial.
Importancia histórica
Albert Pagel Phnke, nació en Alemania en 1878. En 1892 emigró a Estados Unidos
A los 20 años, cuando participó en la guerra hispano-norteamericana. por sus distinguidos antecedentes fue llamado a participar en el conflicto. ¡Era sus primeros contactos con el fuego de los cañones! En las costas aledañas de Manila, Filipinas, la escuadra norteamericana al mando de George Dewey atacó con denuedo a la española comandada por el almirante Patricio Montoja, destruyéndola el 1 de Mayo de 1898 en Cavité. ¡Terminaba así para siempre el dominio español de ultramar! La aventura, al igual que el nuevo siglo, recién comenzaba. Mil novecientos lo sorprendió con el grado de contramaestre y 22 años de edad. En Pekín el asesinato del embajador alemán movilizó a las potencias. Fanáticos nacionalistas chinos cometían terribles excesos contra los extranjeros... nacionalistas expertos en artes marciales que al ser vistos en acción por los occidentales fueron bautizados como boxers (boxeadores), lo que daría su denominación a una guerra cruenta, breve y brutal, donde Pagels destacó combatiendo a las órdenes de von Waldersee en las orillas del río Pei-Ho. Las fuerzas internacionales eran dirigidas por Seymour, quien incentivaba a la batalla con la famosa frase "¡The germans to the front!". Finalmente, el 15 de agosto de 1900 las tropas inglesas, francesas, italianas, austríacas, alemanas, rusas y japonesas, ocuparon Pekín. ¡Era la primera manifestación conjunta de la Liga de las Naciones, que años más tarde daría origen a la Organización de las Naciones Unidas. Terminado el conflicto continuóviajando, conociendo nuevas gentes y lugares. El término del primer año del siglo lo sorprendió con tres naufragios en el cuerpo. En uno de ellos incluso fue distinguido por haber rescatado al cocinero, quién no quería salir del bote, lo laceó al más puro estilo "Far - West", permitiendo así que el marino fuera arrastrado hasta la embarcación de salvamento. En España fue testigo de una insurrección y, por su temperamento, se vio envuelto en un romance que terminó con un sumario. Decidido a comenzar una nueva vida llegó al continente americano. Junto a dos compañeros de viaje emprendió la aventura con destino al "Chaco". Dormía confiado en los alrededores de Varadero cuando los amigos lo atacaron. Mientras uno le quitaba su puñal de caza, el otro le extrajo el revólver. Pagels despertó e intentó defenderse, recibiendo una herida cortopunzante en la clavícula izquierda que por poco le comprometió el corazón. Sin embargo, pese a la desgracia, la fortuna lo salvó en el último instante. Cuando lo iban a rematar con un balazo el arma no funcionó, pues tenía puesto el seguro. "Cogoteado" y herido por sus amigos llegó hasta la estancia de un alemán, que lo atendió como a un hijo. Tres meses duró su convalecencia, parte de la cual transcurrió en un hospital. Pagels, percatándose que las intenciones de su samaritano compatriota eran casarlo con su hija, decidió emprender un rápido viaje a Buenos Aires. En la capital argentina debe laborar intensamente para sobrevivir. Trabaja lavando botellas y haciendo de pintor de brocha gorda en la cervecería de Palermo, pero cada día que transcurre se siente más enfermo. La malaria contraída en las orillas de Manila se agravaba ostensiblemente con el clima bonaerense. Necesitaba un aire fuerte, parecido al de su tierra escandinava. ¡Debía viajar hacia el sur! ¡La Patagonia sería su destino! Allíaguardaban la aventura y la riqueza. Era la tierra promisoria, donde incluso fecundos placeres aguardaban a las manos trabajadoras. En 1903 desembarcó en el puerto de Punta Arenas, pero la vida no fue fácil. El clima era hostil, pero sano. Para poder comer no se hizo de rogar en la elección de su primer trabajo: faenar una ballena, lo que le permitióganar su primera libra de oro, moneda corriente entonces en Magallanes. La lucha por la existencia fue acrisolando su carácter. Primero se transformó en pirquinero y más tarde en trampero, hasta que reunió el dinero suficiente para adquirir un bote de encina de 20 pies, constituyéndose en el primer lanchero a motor de Punta Arenas y rey de los pescadores de los canales. ¡Era toda una personalidad en la ciudad austral! No obstante, las malas relaciones entre el imperio y otras potencias colonialistas comenzaron a perjudicarlo en su relación social. El gobernador del puerto lo distinguió con una aversión inaudita, mientras los ingleses sospechaban en él actividades de espionaje, quizás debido a que presidía los amigos de la Liga Naval alemana, donde se agrupaban los colonos germanos residentes relacionados con actividades marítimas. La salida de su embarcación era todo un espectáculo. Con su pujante motor danés monocilíndrico "Alfa" a parafina producía un característico sonido de "chuc-chuc", lo que motivóque la comunidad de Puerto Porvenir lo motejara con el nombre de capitán "Chucu-chucu", ya que al llegar a la bahía Karukinka, la que tiene forma de anfiteatro, todo el pueblo oía su motor y decían ya llego chucu chucu. En Chile conocióa Augusta Berndt, hija de colonos alemanes radicados en Llanquihue, con quién se casó en 1912. De este matrimonio nacerían 16 hijos, 8 de los cuales fallecerían prematuramente, lo que demuestra las duras condiciones de la zona. Sólo la mitad de los hijos llegaría a la edad adulta.
En 1914 y luego de un gran éxito Naval en Coronel la escuadra del Almirante Von Spee fue destruida por la Escuadra Inglesa comandada por el Almirante John fisher y secundado por el vice almirante Sir Frederick Sturdee en las islas Falckland o Malvinas.
Producto de sus poderosos motores, el Dresden pudo huir a unos 28 nudos hacia el Estrecho de Magallanes y luego de contactar un grupo de indígena fue interceptada por la Fragata Condell de la Armada Chilena El 12 de Diciembre de 1914, el crucero Dresden fue autorizado a estar 50 horas en la ciudad de Punta Arenas, ante lo cual el cónsul Rodolfo Stubenrauch domiciliado en Punta Arenas consciente de que la Armada Inglesa seguía al Dresden comisionó al experto práctico Naval Harry Rothemburg para esconder al Dresden en los canales australes. Para abastecer el Dresden el cónsul Stubenrauch comisionó al Capitán Pagels y su barca Elfriede para aproviionar el Dresden, juntando dinero mediante los bonos entre los alemanes y austro húngaros, en su gran mayoría croatas que vivían en la zona. Para aprovisionar la nave Pagels viajaba a escondidas burlando el bloqueo inglés y para evitar suspicascias zarpaba de Punta Arenas con aparejos de pesca yendo a Porvenir donde compraba las provisiones en el almacen de vukasovic y radmilovic, ubicado en calle señoret y que es el segundo más antiguo de la ciudad, quienes almacenaban las provisiones en una antigua mina de cal denominada como la casa de piedra. Luego de efectuar las compras se dirigía al sur de Tierra del Fuego para juntarse con el Dresden y los hombres de Fritz Lüdecke para entregar las provisiones que mantenían las tropas alemanas y la moral en los canales del sur de Tierra del Fuego.
El crucero alemán era buscado intensamente por la escuadra inglesa del almirante en los canales patagónicos después de la Batalla de las islas Malvinas.
El 15 de Febrero de 1915 el Dresde Zarpó desde el fiordo wakefleld, y en el Fiordo de Quintupeu ( que figura en los mapas anglosjones como simple estero) se ocultó enviando a Puerto Varas a reparar su máquinas. EL 15 de Marzo de 1915 el Dresden fue sorprendido por la Armada Inglesa en la Isla de Mas a Tierra (robinson Crusoe) y ante el ataque inglés Ludecke envió a parlamentar a uno de sus oficiales ganano el tiempo suficiente para hundir al Dresden sin entregarlo al enemigo. Los marinos del Dresden fueron internados a Chile y vivieron hasta el término de la 1ra Guerra Mundial en Talcahuano Montó una red con los residentes alemanes de esa zona, para la adquisición de repuestos, ropas y alimentos que él hizo llegar oportunamente al crucero.
Gracias a su ayuda, el SMS Dresden pudo permanecer oculto por meses en los canales sin ser descubierto, y así poder reparar sus máquinas y estar en condiciones de navegación. Después de la partida del SMS Dresden Pagels fue condecorado con la Cruz de Hierro en 1933. En 1939 fue instructor en las escuelas de Armas de la Alemania Nazi, donde dio múltiples charlas motivacionale a las tropas y dio instrucción a los pilotos marinos y submarinistas del III reich. Trataron de detenerme en varias oportunidades varias oportunidades, sin resultados. Finalmente lo lograron y me llevaron a presencia de los jefes, a quienes alegué que era sudamericano. Un jefe militar conocía Magallanes y habló de Tierra del Fuego y de Punta Arenas. Se interesó por míy me prometió hacerme Jefe de Policía, lo que acepté por temor a que después me trasladaran al interior de Rusio y de esta manera perdiera la única esperanza de evadirme. Después de una serie de peripecias, logrósacar de a poco mis cosas de la zona rusa y fugarme a la zona inglesa, donde ya tuve toda clase de facilidades para regresar a Chile". Tras infinidad de aventuras, cansado y enfermo, llegóal Consulado Chileno en Franckfort, donde después de mucho tiempo pudo degustar una de sus predilecciones: una taza de té. Estaba viejo y débil, por lo que debiópermanecer tres semanas hospitalizado antes de retornar a la Patagonia. Al irse de Magallanes pesaba 112 kilos. Ahora, enfermo, su corpulencia era sólo cosa del pasado, pues apenas alcanzaba los 50 kilos. En su cama tuvo tiempo para leer una obra de la cual era protagonista principal: "Der Lotse on Feuerland" (El pilotín de Tierra del Fuego), de 200 páginas, escrita por W. Hoeppner-Flatow y editada en 1940, ya en plena guerra, en su país natal. Allí aparecía bajo el nombre de Geor Brencken y cada página le recordaba pormenores de la odisea del "Dresden". La última siempre lo emocionaba, por lo que cuidadosamente iniciósu lectura: "El comandante Lancy se presenta se presenta a enrostrarle a Brencken su estúpida terquedad en rechazar sus mejores ofrecimientos. Al alemán le acaban de entregar una cajita con un emisario... Con un titubeo el alemán alzósu mano, abrió la cajita y contempló las cruces que yacían sobre el terciopelo. En un susurro le contestó: -"¿Para qué lo hice, dice usted?" -y aún bajó más la voz- "¡Tal vez por éstos!" El oficial británico se encogió de los hombros con expresión de sorna: -"¿Para esa...? -y se arrepintió de decir "porquería"- "¿Para un pedacito de hierro?... Brencken asintió con seriedad: -"¡Sí -dijo- para un pedacito de hierro!". Pagels cerróel libro, apagó la luz y por primera vez en muchos años se durmió con una sonrisa apacible. Días después se embarcó con pasaje gratuito en el Santa Elena, con destino a Buenos Aires. Allí continuó hacia Punta Arenas en el vapor "Arauco", adonde llegó de 1951. Le pesaban sus 73 años, lo que no fue obstáculo para que comenzara a escribir. Sus aventuras hasta que comenzara a escribir. Sus aventuras hasta 1939 fueron editadas en un volumen de 150 páginas titulado "Mi vida", en cuya redacción contó con la asesoría del escritor Federico Freksa, obra de la cual, lamentablemente, son escasos los ejemplares en Magallanes. Durante la guerra se efectuaron 7 ediciones, con un total de 47.000 ejemplares. Un segundo libro, donde narraba sus experiencias de la Segunda Guerra Mundial hasta casi finalizar la década de los 50, no fue publicado. Los manuscritos se los facilitó al escritor alemán Schimitt-Tanwald, quien se encontraba de paso en Punta Arenas, sin que hasta la fecha se hayan tenido noticias de su destino. El reconocimiento merecido sólo le llegó en sus últimos días, cuando personalidades de todo el mundo llegaban hasta Magallanes con el único propósito de visitarlo y algunos a entrevistarlo. Es el caso de Sir Eugen Millington Drake, autor del voluminoso libro "El drama de Graf von Spee y la batalla del Río de la Plata", editado en 1960. Este caballero inglés vino en 1956 a Punta Arenas a encontrarse con Pagels, a fin que éste le aclarara detalles respecto al mensaje enviado por el almirante Von Spee. El tiempo había cicatrizado las viejas heridas de guerra cuando el británico y el alemán se encontraron en el salón de té del Hotel Cabo de Hornos. -"Herr Pagels, I supuse?"- dijo el británico, parodiando a Morton Stanley, en su histórico encuentro con Livingstone en el Africa. El anciano se puso de pie y le tendió la mano. Se saludaron cordialmente. -"Me lo imaginaba más viejo"- comentóSir Eugen- "se conserva usted muy bien". -"No crea. Los años pasan... Ya no estamos tan jóvenes". Después de asesorarlo respecto a su participación durante la Primera Guerra Mundial, Pagels apretófuertemente la mano de Sir Eugen, y por un instante recordó la misma escena vivida durante su despedida del comandante Luedecke. Sacando y encendiendo la pipa salió lentamente del foyer del hotel. Caminaba apoyado en su bastón en la Plaza de Armas cuando se sintió atraído por el monumento a Hernando de Magallanes, donde el navegante lusitano descansa con el pie apoyado sobre un bauprés. "Este fue un gran aventurero. -pensó- Soy feliz en Magallanes, aunque a veces me siento inquieto. Será que tantos años después vuelvo a vivir más tranquilamente, sin temores ni peligros". Reinició la marcha, atrayendo con su apostura y su metro ochenta de estatura la atención de los caminantes, muchos de los cuales ni siquiera sabían quién era el imponente anciano que con orgullo lucia su gorra naval.
Enlaces externos
- http://www.europractica-dresden.de/kreuzer.html (foto)
- http://www.deutsche-schutzgebiete.de/sms_dresden_1.htm (en alemán)
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