- Monomotapa
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El Imperio de Gran Zimbabue también llamado Mwene Mutapa o Manhumutapa o Monomotapa o Mutapa fue un reino ubicado en el sur de Africa durante la Edad Moderna (entre 1450 y 1629), abarcando principalmente los territorios de los modernos estados de Zimbabue y el centro y sur de Mozambique. Su capital fue la ciudad de Gran Zimbabue.
El imperio fue instaurado por los Gokomere, quienes son los ancestros de los modernos Shona. Gran Zimbabue alcanzó su cenit alrededor de los años 1440 por el comercio de oro. El oro era exportado desde el imperio al puerto de Sofala y a lo largo de la costa al sur del delta del río Zambeze, donde los comerciantes árabes lo intercambiaban por telas de Guyarat. Pronto, las presiones de los comerciantes europeos y árabes comenzaron a cambiar el equilibrio del poder en la región.
Los portugueses iniciaron sus intentos de subyugar al estado a comienzos de 1505; pero, según Fernand Braudel,[1] quedaron circunscritos a la costa por muchos: años hasta 1513.
El imperio Monomotapa comenzó a desgarrarse por sus facciones rivales, y el oro de los ríos que controlaban se agotó. Su comercio fue reemplazado por el tráfico de esclavos. Por esa época, los estados árabes de Zanzíbar y Kilwa se tornaron prominentes potencias de provisión de esclavos para Arabia, Persia e India (Braudel, op. cit., p. 430).
El imperio fue finalmente conquistado en 1629 por los portugueses y nunca se recuperó. Remanentes del gobierno establecieron otro reino Mutapa en Mozambique también llamado Karanga. Los reyes Karanga fueron llamados Mambos (en plural) y reinaron en la región hasta 1902.
El Imperio tuvo otro efecto secundario indirecto en la historia de África del Sur. Su oro suscitó en los europeos la sospecha de que Monomotapa controlaba las legendarias minas del Rey Solomón aludidas en la Biblia. La creencia que las minas se encontraban dentro del reino de Monomatapa en África del Sur fue uno de los factores que condujeron a la Compañía Holandesa de las Indias Orientales a fundar la Colonia del Cabo, que conduciría finalmente a la creación del país de Sudáfrica.
Esto no Significa que las leyendas fueran la causa primaria para fundar la citada colonia (su objetivo era crear una factoría, a mitad de camino, donde los barcos pudieran aprovisionarse en su camino hacia y desde la India); pero la leyenda fue difundida entre el pueblo menos culto para reclutar a los primeros colonos. Algunos registros sugieren que la mayor parte de éstos soñaron con encontrar la ciudad legendaria de oro en África del Sur, una creencia que tiene claros paralelismos en el mito sudamericano de El Dorado en el que muy posiblemente se inspiró.
Irónicamente, Sudáfrica tenía, realmente, las mayores reservas de oro conocidas en la tierra, en lo que es ahora Johannesburgo; pero transcurrirían más de doscientos años hasta que fuera descubierto y la fundada esta población. En otras palabras, la legendaria «ciudad de oro de África del Sur» no existió, pero los descendientes de aquellos colonos terminarían por construir una. Johannesburgo todavía es a menudo aludida como "la ciudad de oro" y de hecho su nombre en casi todas las lenguas indígenas lo traduce exactamente (comparar Gauteng en Sotho y Egoli en el zulú).
Referencias
- ↑ Braudel, Fernand (1979 (en Inglés 1984)). The Perspective of the World: Civilization and Capitalism 15Th-18th Century, Vol. 3. University of California Press. ISBN 0-520-08116-1.
Véase también
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