- Itá Pucú
-
Itá Pucú es un monumento natural de piedra. Se encuentra ubicada en la ciudad de Mercedes (Provincia de Corrientes), Argentina. Cerca de un arroyo del mismo nombre en un campo que es propiedad privada de la familia Buble.
Contenido
Creencias
Según la creencia popular la "Piedra" crece ya que muchos la han visitado años antes y lo vuelven a hacer ahora teniendo mucha diferencia de altura.
Historia
En épocas pasadas fue remonta de caballería y por eso fue visitada por muchos viajeros que dejaron allí sus nombres como por ejemplo José María Paz en 1841 cuando formó el ejército Libertador de Corrientes, Giuseppe Garibaldi en la época que fue vencido en Costa Brava y se internó en Mercedes. Bartolomé Mitre cuando retornó de los campos del Paraguay para hacerse cargo nuevamente de la Presidencia de la Nación. El General Osorio acampó en ese lugar por el año 1865 siguiendo su marcha hacia el oeste de Mercedes.
Leyenda
He aquí una de ellas: -Mirí amaba tiernamente a Itá. Cada vez que se acercaba a su cabaña solitaria, todas las cosas se esfumaban en una carrera de dispersión y, solamente Itá tenía presencia material. Su alta figura en el vano de la puerta le producía una dulcísima sensación que la tiraba en sus brazos extendidos para recibirla. Pero Itá no amaba a Mirí. Soberbio y fuerte, buscaba dominio y ese juego dulzón que en la boca de Mirí sabía a flores silvestres, simples, sabrosas, enervantes. Sus abrazos eran siempre acariciantes y sensoriales .Las manos recorrían su cuerpo remodelándolo y huía todo pensamiento ajeno a ese goce. Por eso la buscaba. La necesitaba para descargar sus nervios. Al atardecer, ya terminadas sus tareas guerreras, se llegaba pausadamente hasta el cañaveral junto a la laguna, a cuyo amparo estaba la limpia y pura choza de Mirí. Siempre la encontró. Ella esperaba. Muchas veces, grandes sombras entristecían sus ojos y la linda boca se curvaba más por el sufrimiento callado. Pero Itá nunca preguntó el por qué. A veces la llevaba de la mano por el senderito semioculto entre los sauces hasta el borde del agua. Allí se complacía en mirar el reflejo de los dos cuerpos, admirando su figura, su fuerza, su superioridad, al lado de la pequeña escultura morena que grácil y tímida se le sometía siempre. Otras veces le ensañaba las estrellas y bajo el brillo de esos ojos nocturnos buscó su boca húmeda de rocío . Mirí sufría por el desapego de Itá. Lo notaba hasta en los besos y se decía. .Si no me quiere…¿Por qué me besa? Una vez trató de preguntárselo, de que aclarara sus sentimientos, pero Itá de alzo en toda su estatura y la miró tan duramente que nunca más se animó a averiguarlo sino en su mente dolorida por el eterno dilema. Alguna vez rieron mucho. Soltaron la risa como collar desgranado para quedar después mirándose hondamente. Entonces Mirí fue feliz. Le pareció que sus sueños se habían realizado. Pero duró poco esa alegría. Se le cerró el corazón ante el brillo de la luna, que la miraba quietamente, sin la otra sombra junto a la suya. Ella pensaba:-El amor es divino, por eso es todopoderoso. El decía:-Yo no me ato a nadie, ni por amor. Y de pronto un día Itá se fue. Mirí lo esperó en vano .Pensó que algún importantísimo trabajo o una horrible desgracia solamente podrían alejarlo de ella. Salió a buscarlo. Fue a su casa, a su tribu. Salió de su región, caminó sin descanso, a pesar de los vientos, de las olas, de la nieves… Desesperada retornó cuando no creía volver a verlo, lo encontró. Estaba allí, fuerte, tranquilo, no se había movido del lugar, interesado en otra mujer, prodigándole las caricias y los mimos que fueron de Mirí, con el mismo intenso ardor y el mismo alejamiento. Mirí se acercó y lo llamó. No respondió. Le puso una mano sobre el hombro. Itá se volvió. La miró con tal feroz lejanía que Mirí quedó sin aliento, pero algo le impulsó a decir: -¡ITA! Ante ese suavísimo, tierno y susurrante llamado en que se volcó entera su alma, sintió Itá, entrar en su ser un soplo de eternidad de las fuerzas nativas que dominándolo lo transformaba. Y en ese momento se convirtió en piedra; dura, fría, recia, elevada en medio de la región. Corrió a abrazarlo Mirí, y su corazón se estrelló contra é. Los desgarrones quedaron en las aristas y en cada hueco una gota brillante. Los rayos del sol poniente tornaron roja la piedra. Fue el milagro de Mirí, de su ternura, de su sufrimiento. Y allí están. Itá, firme, alto (Pucú le dicen los guaraníes), erguido, duro, frío, de pie como un combatiente, rodeado de peñascos más bajos que recuerdan el corazón de Mirí. Suelen ir los enamorados a visitar el lugar y tratan de dejar en lo alto de ITÁ PUCÚ, cada uno un guijarro, como ruego de futura y perenne felicidad.
MARÍA LUISA PAIZ
Enlaces
- [1] Videos sobre Mitos Leyendas y Eventos sobre Mercedes.
Escudo de Mercedes
La piedra forma parte del escudo de la ciudad.
Enlaces
- [2] Sitio de la Ciudad de Mercedes, Corrientes.
Categorías:- Monumentos y lugares históricos de la Argentina
- Departamento Mercedes
Wikimedia foundation. 2010.