- Ítalo Severino Di Stéfano
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Ítalo Severino Di Stéfano, nació en Llambi Campbell, provincia de Santa Fe, el 17 de enero de 1923, y murió el 11 de octubre de 2002. Fue un sacerdote consagrado el 21 de septiembre de 1946; elegido obispo de Presidencia Roque Sáenz Peña el 12 de agosto de 1963; recibió la ordenación episcopal y tomó posesión de esta diócesis el 19 de abril de 1964; promovido a arzobispo de San Juan de Cuyo el 8 de noviembre de 1980; tomó posesión de esta sede el 22 de marzo de 1981. Renunció por edad el 29 de marzo de 2000, luego se radicó en su provincia natal hasta el día de su muerte.
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Monseñor Ítalo Severino Di Stefano
www.diariolatarde.com.ar editó el 11 de octubre del 2011 al cumplirse 9 años de la desaparición física de Monseñor Ítalo Severino Di Stefano en http://www.diariolatarde.net/10.10.11d.html la siguiente nota que resumen la historia del pastor sanjuanino
A nueve años de la desaparición física de Monseñor Di Stefano
Hoy se cumplen 9 años de la desaparición física de Monseñor Ítalo Severino Di Stefano. Murió el 11 de octubre de 2002. El 21 de marzo de 1981 llegó a San Juan y antes de hacerse cargo en la práctica de su grey, Monseñor Di Stefano llegó a Valle Fértil a recibir la bendición del Padre Pérez Conca, uno de los sacerdotes considerado “santo en vida” en San Juan.
La personalidad de Monseñor Di Stefano.
Nació en Llambi Cambell, Pcia de Santa Fe, el 17 de enero de 1923. Fue ordenado sacerdote el 24 de Septiembre de 1946 y designado Obispo en 1963. Al crearse a diócesis de presidencia Roque Sáenz Peña, Chaco, asumió el 19 de Abril de 1964 y desde entonces comenzó a dirigir la organización que se encarga de la acción pastoral social.
En su primer homilía pronunciada al tomar posesión de la titularidad de la Arquidiócesis de San Juan expresó que “es indudable que el dinero para el trabajo y la producción no puede ser mas oneroso y caro que sus resultados. El fruto del trabajo debe ser aliento seguro. El dinero para trabajar y producir honradamente debe merecer un tratamiento mejor que el destinado a la especulación.”
Cabe señalar que el año 1981 es el marco de referencia de estas declaraciones, donde además señalaba que “la Iglesia solo puede dar luz, no puede desplazar al laico y a sus instituciones, ni tampoco los organismos específicos de la sociedad. Tengamos cuidado, la Iglesia esta recibiendo ahora problemas de las economías regionales. Algo así puede hacer, pero no puede ni debe descuidar sus problemas específicos como es la formación de conciencias, el problema de la familia, de la juventud, de la educación y otros requerimientos a nivel moral y espiritual.”
La proyección
Antes de llegar a nuestra Provincia, ejercía su apostolado en resistencia, chaco comienza en 1968 en la cual empieza a participar en las asambleas del episcopado latinoamericano, sus actuaciones se repitieron en 1973 y en 1992 y también integró el consejo pontificio Corp. UNAM, organismo que orienta el ejercicio solidario de la caridad de la iglesia
Reseña de sus 19 años en nuestra Provincia.
Las huellas que dejó en San Juan. En 1981, un 21 de marzo, llegó a san Juan. Anteriormente había desarrollado una intensa actividad pastoral en el chaco y participando entre 1964 y 1965 en la tercera y cuarta sesión del Concilio Ecuménico Vaticano II.
Entre 1987 y 1991 ocupo varios cargos en la Pastoral social y de laicos en el Consejo Episcopal Latinoamericano. Además ejerció la presidencia del departamento de la pastoral social CELAM por un lapso de 18 años. Presidió también la Comisión Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, uno de los sectores más combativos del catolicismo.
En 1990 la tarea que realizó en la provincia comenzó a cimentarse a través de la obra pastoral. Cuando ocupó el cargo había 20 parroquias que se elevaron luego a 44. En cuanto a la orientación vocacional, el número de sacerdotes se duplicó y se triplicó el número de seminaristas. En su gestión se comenzó con la construcción del edificio de calle Mitre. Reflotó imponiéndole un gran impulso renovador las instituciones del apostolado, como es el caso de la acción católica y de Caritas, dedicadas a prestar servicio a los más necesitados y que actualmente entrega a familias carecientes, ropa, medicamentos y alimentos en toda la provincia. También se agrega el hogar de la madre soltera.
En 1995 presidió la Episcopal Argentina de Pastoral Social y también integró el Consejo Económico, siendo un fuerte critico a la política neoliberal de los 90.
En 1996 se convirtió en mediador entre la CGT y el gobierno nacional con relación al tema de discusión de la flexibilización laboral.
En 2000 se inauguró el seminario que reemplazo al del año 44, el 24 de marzo dos días antes de marcharse del arzobispado realizó una dura critica al FMI y pidiendo el cambio de sus representantes. El 22 de mayo del 2000 se despide de sus fieles en un acto en el estadio Aldo Cantóni ante 15.000 fieles que donaron sus aportes a escuelas de frontera.
Su acción política social.
El Obispo Di Stefano supo erigirse como la mano política en la Iglesia, tanto a nivel provincial como nacional, fundador de la Pastoral Social en la década del 90, acercándose muchas veces a las posiciones de los movimientos Sindicales y Obreros, la exclusión social y la reafirmación de la fe como vehículo inseparable de la dignidad del hombre, eran los pilares mas cotidianos en sus pensamientos. Estos lo llevaron a recibir apoyos trascendentes del Sumo Pontífice en sus posiciones políticas y religiosas además del incondicional apoyo de la Acción Católica.
Fuerte opositor a la flexibilización laboral y remarcando siempre que el tecnicismo deshumanizado de los modelos económicos en vigencia formaban parte de sus discursos más duros.
En definitiva la coherencia de un hombre de la fe que se ocupó de la política, de su práctica dogmática o su pastoral social en concordancia con aquel pequeño obrero que ayudaba a su padre albañil con su modesto jornal.
Su pensamiento y la inteligencia del hombre.
Lograr la formación de un pensamiento cristiano en todos los sectores sociales, debiera ser una de las principales opciones y compromisos, que debiéramos asumir o seguir asumiendo todos los agentes de la Pastoral. El vaciamiento de valores y criterios de trascendencia en amplio sectores de nuestra sociedad es la causa que el hombre a perdido conciencia de su dimensión, de su dignidad y de su vocación propia. Nunca las ideologías que fanatizaron a las multitudes, llevaron a tantos desastres y genocidios como en este siglo. La Pastoral de la Iglesia debe encontrar caminos para llegar en abundancia de luz a todas las inteligencias. Hay mucho que purificar, mucho que iluminar y mucho que fortalecer.
La Universidad Católica debe asumir como principal proyecto, ofrecer la luz del evangelio a todos. Debe ayudar a formar personas. No es que solamente la Iglesia necesita laicos evangelizados y evangelizadores es la sociedad la que los necesita. Invito a cultivar mucha imaginación, mucha creatividad para lograr una visión mejor de los momentos que vivimos, pero esa visión tendrá que ser a la luz de la fe.
Dejemos que sea Dios quien se reserve premiar a quienes han sabido hacer posible riqueza cultural enriqueciendo la vida de todos los sanjuaninos. La Universidad debe mirar hacia el futuro con intrepidez, con coraje evangélico, con banderas de progreso y voluntades fuertes. Lograr además de un nuevo ardor evangelizador, nuevos métodos, nuevas expresiones para que nuestra fe acreciente la aceptación y la credibilidad, que le corresponde en los momentos actuales. 1993. Arzobispo de San Juan de Cuyo.
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