Jacques Fesch

Jacques Fesch (6 de abril de 1930, Saint-Germain-en-Laye - 1 de octubre de 1957, Prisión de La Santé, en París) fue el asesino de un policía francés, que se convirtió en un devoto católico romano, mientras se encontraba en la cárcel a la espera de ejecución y que se ha propuesto para su canonización como santo.

Primeros años

Fesch padre era un rico banquero de origen belga, artista y ateo, distante de su hijo e infiel a su esposa, de quien en última instancia, se divorció. Jacques era un ocioso; educado como católico romano, abandonó la religión a la edad de 17 años. A los 21 años, se casó con su novia embarazada, Pierrette, en una ceremonia civil. El padre de ella le consiguió un puesto en su banco, viviendo la vida de un playboy. Dejó a su esposa y su hija y fue padre de un hijo fuera del matrimonio con otra mujer. Desilusionado con su vida, soñaba con escapar a navegar alrededor del Pacífico Sur, pero sus padres se negaron a pagarle un barco.

El Crimen

El 24 de febrero de 1954, para financiar la compra de su barco, fue a robar a Alexandre Sylberstein, un cambista, unas monedas de oro. Sylberstein fue golpeado, pero aún consciente, logró dar la alarma. Fesch huyó, perdiendo sus gafas. Durante la huida disparó contra Jean Vergne, un oficial de policía que le perseguía, matandole. Minutos más tarde fue detenido. Asesinar a un oficial de policía era un crimen atroz y la opinión pública, inflamada por los informes de prensa, se manifestó decididamente a favor de su ejecución. La Cour d'Assises de París lo condenó a muerte el 6 de abril de 1957.

Conversión religiosa

Al principio a Fesch le era indiferente su situación y se burló de la fe católica de su abogado. Sin embargo, después de un año de prisión, en la que experimentó una conversión mística profunda, se hizo muy piadoso, y se arrepintió amargamente de su crimen. Se carteaba regularmente con su familia, en particular, su hermano y su madrastra y llevaba un diario espiritual. Él aceptó su castigo con serenidad y se reconcilió con su esposa la noche antes de su ejecución. Su última entrada del diario fue "En cinco horas, voy a ver a Jesús". Un llamamiento a la clemencia al presidente René Coty fracasó, y fue guillotinado.

Legado

Después de su muerte, su esposa y su hija honraron su memoria como un ejemplo de redención. Al principio fue despreciada por el público, pero con el trabajo de la hermana Véronique, una monja carmelita, y el Padre Augustin-Michel Lemonnier, la familia llevó cabo la publicación de sus escritos, y desde la década de 1970 estos servido de inspiración para muchos.

El 21 de septiembre de 1987, el arzobispo de París, Cardenal Jean-Marie Lustiger, ha abierto una investigación diocesana sobre su vida; la causa de su beatificación fue abierta formalmente en 1993. Ha sido objeto de controversia por los que sienten que sus crímenes lo hacen indigno como modelo a seguir frente a quienes hacen hincapié en la esperanza de su conversión final.

Bibliografía y correspondencia

• Diario de Prisión de Jacques Fesch : « Dentro de cinco horas veré a Jesús ». Ediciones Palabra / Astor (Madrid, 1995)
• Augustin-Michel Lemonnier: Luz sobre el patíbulo y Célula 18. Cartas desde la cárcel de Jacques Fesch. Colección: varios pastoral y catequesis; Editions Ouvrières (1972 y 1991).
• http://www.fluvium.org/textos/dolor/dol68.htm
• http://www.alfayomega.es/Revista/1996/037/desdelafe/reportaje2.htm
• Libro sobre la vida de Jacques Fesch: Javier Sicilia. El reflejo de lo oscuro. Colección Tierra Firme ; (México, 1997)