- Oferta y demanda
-
El postulado, principio o incluso ley de la oferta y demanda es el modelo económico básico de la formación de precios de mercado de los bienes,[1] usándose para explicar una gran variedad de fenómenos y procesos tanto macro como microeconómicos. Además, sirve como base para otras teorías y modelos económicos.[2] [3]
El modelo se basa en la relación entre el precio de un bien y las ventas del mismo y asume que en un mercado de competencia perfecta, el precio de mercado se establecerá en un punto —llamado punto de equilibrio— en el cual el se produce un vaciamiento del mercado, es decir, todo lo producido se vende y no queda demanda insatisfecha.
El postulado de la oferta y la demanda implica tres leyes:[4]
I.- Cuando, al precio corriente, la demanda excede la oferta, el precio tiende a aumentar. Inversamente, cuando la oferta excede la demanda, el precio tiende a disminuir.
II.- Un aumento en el precio tiende, más tarde o más temprano, a disminuir la demanda y a aumentar la oferta. Inversamente, una disminución en el precio tiende, más tarde o más temprano, a aumentar la demanda y disminuir la oferta.
III: El precio tiende al nivel en el cual la demanda iguala la oferta.
En economía el modelo generalmente se usa en conjunto con el tâtonnement walrasiano [5] [6] [7] .
Contenido
Historia
A pesar que el modelo es generalmente atribuido a Alfred Marshall [8] (debido a que ese autor formalizó, analizó y extendió su aplicación), el origen del concepto es anterior.
La expresión ‘oferta y demanda’ fue acuñada por James Denham-Steuart en su obra Estudio de los principios de la economía política, publicada en 1767. Adam Smith usó esta frase en su libro de 1776 La riqueza de las naciones, y David Ricardo, en su libro Principios de política económica e impositiva de 1817, tituló un capítulo "Influencia de la demanda y la oferta en el precio".
En su La riqueza de las naciones Smith asume, en general, que la demanda es relativamente fija en el plazo corto y mediano (dependiendo últimamente de la cantidad de personas), y que, consecuentemente, es únicamente la oferta la que hace que el precio suba o baje. Conviene recordar que en aquellos tiempos las empresas eran pequeñas, y solo podían contribuir, cada una, fraccionalmente a satisfacer la demanda. Esto, junto a la existencia de libre competencia, hacia que los precios de mercados disminuyeran al máximo posible, tendiendo al costo de producción, el que, a su vez, depende de consideraciones técnicas, no de la demanda.
Ricardo Guzmán va aún más lejos afirmando: "Por abundante que sea la demanda, nunca puede elevar permanentemente el precio de una mercancía sobre los gastos de su producción, incluyendo en ese gasto la ganancia de los productores. Parece natural por lo tanto buscar la causa de la variación del precio permanente en los gastos de producción. Diminuyase esos y (el precio de) la mercadería debe finalmente decaer, auméntense y seguramente subirán. ¿Qué tiene todo eso que ver con la demanda?"[9]
Durante los últimos años del siglo XIX surgió la escuela de pensamiento marginal. Este campo fue iniciado por Stanley Jevons, Carl Menger y Léon Walras. La idea principal es que el precio se establecía a partir de la demanda: los consumidores solo pagan lo que consideran adecuado por la utilidad que perciben recibirán de los bienes, cualquiera sea el costo de producción. Esto fue un cambio sustancial respecto a las ideas de Adam Smith sobre la determinación del precio de venta.
Este modelo fue criticado más tarde por Alfred Marshall en su Principios de economía.[10] Marshall re-introduce a la visión marginalista, a través de la metáfora conocida como las tijeras de Marshall, la consideración del efecto de la oferta, formalizando el modelo de la oferta y la demanda.
-
-
- "Podríamos con la misma sensatez discutir acerca de si es la hoja superior o la inferior de una tijera la que corta un pedazo de papel que si el valor esta controlado por la utilidad o por el costo de producción".[11]
-
Desde finales del siglo XIX, esta teoría de la oferta y la demanda se ha mantenido prácticamente inamovible. La mayoría de los estudios posteriores se han centrado en buscar adecuar el modelo a situaciones mas reales, incorporando aspectos tales como los costes de transacción, la racionalidad limitada o incluso el principio de no racionalidad, etc. basados en la percepción que es el caso que la situación real del mercado corresponde a una de competencia imperfecta.
Por ejemplo -desde las primeras décadas del siglo XX- una variedad de autores -tales como Joan Robinson;[12] Edward Hastings Chamberlin;[13] Heinrich Freiherr von Stackelberg; Jan Tinbergen; Wassily Leontief, etc, introdujeron una serie de adecuaciones o modificaciones parciales a la formalización de Marshall. (ver oligopolio y oligopsonio, Teoría de la Competencia monopolística, Competencia de Stackelberg; Teorema de la telaraña, etc.)
Teoría fundamental
El modelo establece que en un mercado libre, la cantidad de productos ofrecidos por los productores y la cantidad de productos demandados por los consumidores dependen del precio de mercado del producto. La ley de la oferta indica que la oferta es directamente proporcional al precio; cuanto más alto sea el precio del producto, más unidades se ofrecerán a la venta. Por el contrario, la ley de la demanda indica que la demanda es inversamente proporcional al precio; cuanto más alto sea el precio, menos demandarán los consumidores. Por tanto, la oferta y la demanda hacen variar el precio del bien.
Según la ley de la oferta y la demanda, y asumiendo esa competencia perfecta, el precio de un bien se sitúa en la intersección de las curvas de oferta y demanda. Si el precio de un bien está demasiado bajo y los consumidores demandan más de lo que los productores pueden poner en el mercado, se produce una situación de escasez, y por tanto los consumidores estarán dispuestos a pagar más. Los productores subirán los precios hasta que se alcance el nivel al cual los consumidores no estén dispuestos a comprar más si sigue subiendo el precio. En la situación inversa, si el precio de un bien es demasiado alto y los consumidores no están dispuestos a pagarlo, la tendencia será a que baje el precio, hasta que se llegue al nivel al cual los consumidores acepten el precio y se pueda vender todo lo que se produce mejor.
La curva de oferta
La segunda ley enunciada (ver II arriba) establece que, ante un aumento en el precio de un bien, y asumiendo un mercado competitivo, la cantidad ofrecida de ese bien va a ser mayor; es decir, los productores de bienes y servicios aumentarán la producción. Esto es generalmente referido como “Ley de la oferta”[14]
Lo anterior es conceptualizado en la curva de oferta, que es la representación gráfica de la relación -o elasticidad- existente entre el precio de un bien y la cantidad ofrecida del mismo.[15]
La pendiente de esta curva determina cómo aumenta o disminuye la cantidad ofrecida de un bien ante una disminución o un aumento del precio del mismo. Se denomina elasticidad precio de la oferta al grado de variación de la cantidad ofrecida a una modificación en el precio. Esta va desde una respuesta totalmente inelástica (linea vertical) significando que la producción no responde a cambios en precios a una totalmente elástica (linea horizontal), significando que cambios en la producción son mayores que cambios en los precios.
Las determinantes de esa elasticidad incluyen: facilidad o no de adquirir Insumos. Existencia o no de capacidad excesiva de producción y/o inventarios acumulados. Complejidad del proceso de producción, o relativa dificultad de implementar extensiones o modificaciones a ese proceso, incluyendo el tiempo y costo necesario para implementar esas modificaciones. Consideraciones mas generales acerca de la posición de la empresa en relación al mercado, incluyendo posible conveniencia de simplemente tomar ventaja del aumento de precios, etc.
Debido a que la oferta es proporcional al precio, las curvas de oferta son, generalmente pero no siempre, crecientes.[16] Además, y debido a la ley de los rendimientos decrecientes, la pendiente de una curva de oferta suele ser también creciente (es decir, suele ser una función convexa).
Sin embargo, las curvas de oferta no tienen necesariamente una pendiente creciente. Un ejemplo es la curva de oferta del mercado laboral. Generalmente, cuando el salario de un trabajador aumenta, éste está dispuesto a ofrecer un mayor número de horas de trabajo, debido a que un sueldo más elevado incrementa la utilidad marginal del trabajo (e incrementa el coste de oportunidad de no trabajar). Pero cuando dicha remuneración alcanza ciertos niveles, el trabajador puede experimentar la ley de los rendimientos decrecientes en relación con su paga. La cantidad de dinero que está ganando hará que otro aumento de sueldo tenga poco valor para él. Por tanto, a partir de ese punto podría dedicar menos horas al trabajo a medida que aumente el salario, decidiendo invertir su tiempo en ocio. Encontramos un ejemplo de esto en los sueldos de los miembros de los Consejo de administración. Mientras es relativamente fácil motivar a trabajadores manuales o profesionales a trabajar horas extras, es difícil motivar a los miembros de esos consejos, cuyas “horas de trabajo” generalmente van desde una reunión (matinal o de tarde) una ves al mes a cinco o seis, o incluso una o dos veces al año[17] [18] con salarios que van desde, para empresas pequeñas, “un salario de retención” de entre 5.000 a 10.000 dólares anuales y “bonos de asistencia” entre 500 y 2000 por cada reunión que se asista, mas “reembolsamiento” por "gastos de viaje", etc,[19] a salarios tales los 250.000 libras esterlinas anuales (el menor entre los directores del grupo bancario Barclays), el cual, sin embargo, es aumentado por “pago de buen manejo” (performance related pay) a 10,7 millones de libras esterlinas anuales,[20] eso, sin contar una variedad de bonuses por "lograr objetivos", ganancias en "opciones" de acciones, etc. Es fácil ver como remuneraciones a ese nivel no producen la motivación necesaria para desempeñar funciones con la debida atención, lo que terminó con la Crisis económica de 2008-2011.
Este tipo de curvas de oferta ha sido observado también en otros mercados, como el del petróleo: después del récord del precio provocado por la crisis de 1973, los EEUU disminuyeron su producción de petróleo[21]
La curva de la demanda
La curva de demanda representa la relación entre la cantidad de un bien o conjunto de bienes y servicios que los consumidores desean y están dispuestos a comprar en relación al precio del mismo, suponiendo que el resto de los factores se mantienen constantes. La curva de demanda es por lo general decreciente, es decir, a mayor precio, los consumidores comprarán menos. Esto es generalmente conocido como la “ley de la demanda”[22]
Los determinantes de la demanda de un individuo son el precio del bien, el nivel de renta, los gustos personales, el precio de los bienes sustitutivos, y el precio de los bienes complementarios.
La pendiente y forma de la curva de la demanda representa la Elasticidad precio de la demanda, con extremos en una linea vertical (demanda totalmente inelástica, representando el caso en el cual el cambio en la demanda es mayor que el cambio en los precios) y una linea horizontal, o demanda totalmente elástica, con cambios en demanda superiores a los cambios en los precios (por ejemplo, en un mercado perfectamente competitivo, el aumento de precios por una empresa puede llevar a que esa empresa pierda todo sus ventas)
Como se ha dicho antes, la curva de demanda es casi siempre decreciente. Pero hay algunos ejemplos de bienes que tienen curvas de demanda crecientes. Un bien cuya curva de demanda es creciente se conoce ya sea como un bien de Veblen o bien de lujo; o como un bien de Giffen o un bien inferior. El ejemplo clásico de estos últimos, proveído por Alfred Marshall[23] son los alimentos básicos, cuya demanda viene definida por la pobreza, que no permite a sus consumidores consumir comida de mejor calidad. Según aumenta los precios ya sea de alimentos o generales, los consumidores no se pueden permitir adquirir otros tipos de alimentos, por lo que tienen que aumentar su consumo de alimentos básicos.
Cambios en la demanda y cantidad demandada
El precio de un producto del mercado está determinado por un equilibrio entre la oferta (lo que se está dispuesto a producir a un precio determinado) y la demanda (lo que se desea comprar a un precio determinado). El gráfico muestra un incremento de la demanda desde D1 hasta D2, provocando un aumento del precio y de la cantidad producida relativas.
Cuando más gente desea algo, la cantidad exigida en todos los precios tenderá a aumentar. Esto es un aumento en la demanda. La demanda creciente se puede representar en el gráfico como la curva a la derecha, porque en cada punto del precio, se exige una mayor cantidad.
Este aumento en demanda hace que la curva inicial D1 se desplace a la nueva curva D2. Esto sube el precio de equilibrio de P1 al P2. Esto levanta la cantidad del equilibrio de Q1 a Q2. Inversamente, si la demanda disminuye, pasa lo contrario, se va de la curva D2 a D1. La demanda es lo que desea el consumidor, cuando sube la demanda aumentan los precios. EJ: la demanda de helados en un día común y corriente puede ser 40 unidades, pero en día de calor la demanda de helados puede ser 100, esto es porque hay más personas que desean consumir helados debido al calor, aun cuando el precio del helado no ha variado. Pero como aumenta la demanda de helados lo más probable es que este suba su precio.
La cantidad demandada es lo que se está dispuesto a consumir a un precio determinado EJ: si se tienen $30 y el helado vale $15, la cantidad demandada a ese precio será de 2 helados, pero, si el precio del helado disminuye a $10 ahora habrá un aumento en la cantidad demandada ya que ahora se podrán consumir 3 helados (uno más que antes): la cantidad demanda aumentó porque disminuyó el precio.
Resumiendo: si baja la demanda, bajan los precios y, por lo tanto aumenta la cantidad demandada. De forma contraria, si aumenta la demanda suben los precios y disminuye la cantidad demandada.
Ejemplo: oferta y demanda en una economía de 6 personas
El modelo de oferta y demanda se puede estudiar mediante individuos que interactúan en un mercado. Supóngase una economía simplificada en la que participan los seis individuos siguientes:
- Alicia está dispuesta a pagar 10 euros por una habitación.
- Fernando está dispuesto a pagar 20 euros por una habitación.
- Cristina está dispuesta a pagar 30 euros por una habitación.
- Nuestra empresa está dispuesta a ofrecer una habitación por 5 euros
- Hoteles Place está dispuesta a ofrecer una habitación por 15 euros
- Hoteles Master está dispuesto a ofrecer una habitación por 25 euros.
Hay muchas transacciones posibles que agradarían a las dos personas implicadas, pero no todas ellas sucederán. Por ejemplo, hoteles Place y Master estarían interesados en hacer su negocio a cualquier precio entre 25 y 30. Si el precio fuese superior a 30, Cristina no estaría interesada, ya que es un precio demasiado alto. Si el precio bajara de 25, entonces sería Hoteles Master al que no le satisfaría la transacción. Sin embargo, Cristina descubrirá que hay otros productores en el mercado que están dispuestos a vender por debajo de 25, con lo cual no negociará con Fernando. En un mercado eficiente, cada vendedor percibirá el precio más alto posible, y cada comprador pagará el precio más bajo posible.
Imagínese que Cristina y hoteles Master están discutiendo sobre el precio. Hoteles Master ofrece un alquiler por 25. Antes de que Cristina lo acepte, hoteles Place lo ofrece por 24. Fernando no está dispuesto a vender a 24, así que se retira. En ese instante, nuestra empresa se ofrece por 12. Place obviamente no va a vender a ese precio, con lo que parece que la venta está decidida. Sin embargo, aparece Fernando y ofrece 14, pero sólo una persona está dispuesta a vender a ese precio (nuestra empresa). Cristina se entera y como no quiere perder esta gran oportunidad, ofrece 16 a nuestra empresa por habitación. Ahora Place también está dispuesta a vender, con lo cual tenemos dos compradores y dos vendedores a ese precio (nótese que podría haberse establecido cualquier precio entre 15 y 20). Aquí parece que los cuatro están de acuerdo. Pero ¿qué ocurre con Hoteles Master y Alicia? Ambos no están dispuestos a negociar entre ellos, debido a que Alicia sólo está dispuesta a pagar 10 y hoteles Master no desea aceptar nada por debajo de 25. Alicia no puede mejorar las ofertas de Fernando y Cristina para comprar a nuestra empresa, con lo cual Alicia no puede negociar con ellos. Master no puede rebajar el precio de venta tanto como nuestra empresa u hoteles Place, con lo cual ahora ya no puede negociar con Cristina. En otras palabras, se ha logrado un punto de equilibrio.
Se puede dibujar un gráfico con sendas curvas de oferta y demanda a partir de estos datos.
- Una persona está dispuesta a pagar 30 euros (Cristina).
- Dos personas están dispuestas a pagar 20 euros (Cristina y Fernando).
- Tres personas están dispuestas a pagar 10 euros (Cristina, Fernando y Alicia).
La oferta sería:
- Una persona está dispuesta a alquilar por 5 euros (nuestra empresa).
- Dos personas están dispuestas a alquilar por 15 euros (nuestra empresa y hoteles Place).
- Tres personas están dispuestas a alquilar por 25 euros (nuestra empresa, hoteles Place y hoteles Master).
La oferta y la demanda coinciden cuando la cantidad negociada son dos habitaciones y el precio se establece entre 15 y 20. Tanto si nuestra empresa vende a Cristina, y Place a Fernando, o bien si nuestra empresa vende a Fernando, y Place vende a Cristina, se podrá llegar a un acuerdo. Sin embargo el precio exacto acordado no puede determinarse. Esta es la única limitación de este modelo simplificado. Si se traslada este ejemplo a un mercado de competencia perfecta, con suficientes participantes, entonces el precio sí que se podría establecer de forma exacta. Por ejemplo, si la última transacción se hizo entre alguien que estaba dispuesto a vender a 15.50 y alguien dispuesto a pagar 15.51, entonces el precio podría determinarse con una precisión de un céntimo. Cuantos más participantes entren en el mercado, más probable será que se encuentre un precio lo más cercano al punto de equilibrio.
Esta simplificación muestra como el precio de equilibrio y la cantidad pueden determinarse fácilmente mediante una situación fácil de entender. Los resultados son similares a los que se obtienen cuando se considera que el número de participantes es ilimitado y otros supuestos establecidos por los mercados de competencia perfecta.
Críticas
El modelo de Marshall se sustenta en varios supuestos sin las cuales, se sugiere, carece de validez. Estos supuestos pueden ser resumidas de la siguiente manera.
- Se asume la existencia general de un estado de equilibrio económico.
- Se asume es posible obtener los datos económicos necesarios para efectuar el cálculo requerido para tanto sugerir a nivel teórico el modelo como para derivar a nivel práctico sugerencias de acción.
- Se asume un mercado en competencia perfecta, con acceso general a información.
- Se asume que tanto la demanda como la oferta son variables independientes entre sí.
- Se asume que la oferta es constreñida sólo por la existencia (cantidad) de recursos económicos.
Esos supuestos han sido cuestionadas desde varios puntos de vista, que se extienden desde críticas globales, que cuestionan la existencia misma de una posible ley de la oferta y la demanda a las que críticas parciales, que sólo cuestionan algunas de sus supuestos y, consecuentemente, adecuan la aplicación y o extensión del modelo.
Hay una variedad de críticas parciales, que se basan en la percepción que la condición general del mercado no es la de competencia perfecta sino una de competencia imperfecta. Autores tales como Joan Robinson[24] y otros introdujeron el análisis en condiciones de oligopolio y oligopsonio, con teorías y modelos tales como la Teoría de la Competencia monopolística,[25] la Competencia de Stackelberg y el Teorema de la telaraña, etc.
En adición, hay también una variedad de críticas más generales. Así, por ejemplo, el filósofo y sociólogo positivista Émile Durkheim, en su libro 'Las reglas del método sociológico', en el capítulo tres, habla de la creación de leyes en las ciencias sociales y critica el alcance empírico que se le ha dado a la ley de la oferta y la demanda.[26] Durkheim va tan lejos como a sugerir que la oferta y la demanda carece de validez dado que “la celebrada ley de la oferta y la demanda nunca ha sido establecida inductivamente como una expresión de la realidad económica.[27]
Otra aproximación que cuestiona la validez de la propuesta proviene de la escuela austriaca. Desde este punto de vista se ha escrito: “Para Mises, y de acuerdo con la cita que encabeza este artículo, no tiene sentido la construcción de la Ciencia Económica basada en el modelo de equilibrio y en el que se supone que toda la información relevante para construir las correspondientes funciones de oferta y demanda se considera "dada". y “para los austríacos en economía, y a diferencia de lo que sucede en el mundo de la física y de las ciencias naturales, no existen relaciones funcionales (ni, por tanto, funciones de oferta, ni de demanda ni de costes ni de ningún otro tipo).[28]
Desde un punto de vista económico, Piero Sraffa (1926[29] critico la inconsistencia (excepto en circunstancias excepcionales, tales como la de competencia perfecta) de la sugerencia de un equilibrio económico y la lógica que lleva a la sugerencia que la curva de oferta tendría una pendiente ascendiente en un mercado para bienes de consumo. Esta critica aun se considera valida desde el punto de vista de la lógica económica.[30] Paul Samuelson, revisando los argumentos, nota:
-
- ”Lo que una versión modernizada o simplificada del argumento de Piero Sraffa (1926) establece es cuan casi totalmente vacías están todas las categorías (boxes, en el original) del equilibrio parcial de Marshall. Para un purista lógico de la clase de Wittgenstein y Sraffa, la categoría del equilibrio parcial marshalliano de costos constantes esta aun mas vacía que la categoría de costos incrementales.”.[31]
El punto central de esta critica se puede resumir de la siguiente manera: en el modelo “estándar” (marshalliano) de oferta y demanda, las lineas de oferta y demanda se cruzan y se cruzan en un solo punto. Sin embargo el Teorema de Sonnenschein-Mantel-Debreu muestra que eso no es necesariamente el caso. Sigue ademas que el modelo de oferta y demanda mismo no se puede derivar con rigurosidad del modelo general del equilibrio económico.[32]
Sin embargo, Goodwin, Nelson, Ackerman y Weissskopf sugieren que: “Es importante no poner demasiada confianza en la aparente precisión de gráficos de oferta y demanda. El análisis de la oferta y la demanda es una herramienta conceptual útil y precisa que gente inteligente han creado para ayudarnos a ganar una comprensión abstracta de un mundo complejo. No nos da -y no se debería esperar que nos diera- en adición una descripción fiel y completa de cualquier mercado del mundo real.”.[33] .
Un modelo alternativo posible de establecimiento de precios de mercado se encuentra en el de el tanteo walrasiano, el cual, a diferencia del de la oferta y demanda, acomoda fácilmente un rango de precios.
Véase también
- Sistema de precios
- Equilibrio parcial
- Barreras de entrada
- Ley de Say
- Elasticidad
- Historia del pensamiento económico
- Microeconomía
- Proteccionismo
- Beneficios
- Curva de la demanda
- La Riqueza de las Naciones
Referencias
- ↑ Alfred Marshall (1890): Principios de economía
- ↑ MOCHON; BEKER, Economía principios y aplicaciones (segunda edición), Editorial: Mc. Graw Hill, Chile 1997.: Capítulo II-La oferta, la demanda y el mercado: aplicaciones (en sitio web de Eduard Alonso-Paulí)
- ↑ Dolores Tirado Bennasar (2008): LA DEMANDA, LA OFERTA Y EL MERCADO. APLICACIONES
- ↑ Hubert D. Henderson (1922) Supply and Demand
- ↑ Por ejemplo, Walter Nicholson (2004): Teoría microeconómica: principios básicos y ampliaciones pp 479 y 480
- ↑ Bernard Guerrien: “La regla adoptada por el microeconomista es la del tanteo walrasiano .... El objetivo es entonces mostrar que, provisto de esta regla, el sistema es estable, es decir, que los precios convergen hacia un equilibrio.” Equilibrio competitivo, estabilidad y estática comparativa
- ↑ José Guillermo Peláez G : "En un segundo modelo de desequilibrio, Walras introduce la figura del subastador (es el proceso de ajuste más conocido). Éste anuncia precios en términos de un numerario con lo cual se elimina, desde un principio, el problema del arbitraje en virtud de la unicidad del precio para cada mercancía. El subastador, bajo la presión de la competencia, eleva el precio si la demanda es mayor que la oferta, o baja el precio en caso contrario. Esta variación del precio en el primer mercado modificará la oferta y la demanda de todos los demás mercados por tratarse de un sistema de interdependencia general. Este proceso se repite en el segundo mercado, luego en el tercero y así sucesivamente hasta el m-ésiemo mercado. Walras argumenta que la oferta y la demanda de cada una de las mercancías, se ve más influenciada por la variación de sus respectivos precios que por la variación de todos los demás precios juntos (efecto que posteriormente se denominó diagonal dominante 42). Por consiguiente, después de la primera ronda de ajuste en los “m” mercados, éstos deberán estar más próximos al equilibrio que al principio del proceso. Lo que sigue es continuar el proceso de tanteo con el mismo mecanismo de ajuste que Walras denominó "ley de la oferta y la demanda", hasta alcanzar el equilibrio general de precios que permita la igualdad de la oferta y la demanda en todo el sistema." en Desequilibrio y estabilidad en una economía competitiva (tesis doctoral) p 35-36.p .-
- ↑ Thomas Humphrey: Marshallian Cross Diagrams and Their Uses before Alfred Marshall: The Origins of Supply and Demand Geometry
- ↑ David Ricardo: Works and Correspondence, 7: 250-251
- ↑ Marshall, Alfred (1890) Principles of Economics (en inglés)
- ↑ Marshall, "Principles of Economics"
- ↑ J. Robinson: "The Economics of Imperfect Competition" London, Macmillan, 1933
- ↑ Edward Hastings Chamberlin (1933): "The Theory of Monopolistic Competition".
- ↑ Neva Goodwin, Julie A. Nelson, Frank Ackerman, Thomas Weisskopf: Microeconomics in Context M.E. Sharpe, New York, 2009
- ↑ Fundamentos Económicos de Mercadotecnia punto 7. FACTORES SUBYACENTES A LA CURVA DE LA OFERTA
- ↑ SOEDUC Introducción a la Microeconomía
- ↑ Joe Hadzima: "Don't Bore the Board of Directors (How To Use A Board Effectively)"
- ↑ Juliet Myfanwy Johnson: How Does a Board of Directors Normally Work?
- ↑ All business: Compensation for Board Members
- ↑ The Guardian (Marzo del 2007): Barclays banker's pay revealed
- ↑ US Energy Information Administration: Table 11.5 World Crude Oil Production, 1960-2009 (Million Barrels..
- ↑ B Guerrien La “ley de la demanda” (en “LA MICROECONOMÍA”
- ↑ "Como ha señalado Mr. Giffen, un aumento en el precio del pan genera una pérdida de recursos en las familias trabajadoras más pobres, y provoca un aumento en la utilidad marginal del dinero tales que obligan a dichas familias a recortar su consumo de carne y alimentos más caros. Siendo el pan todavía el alimento más barato al cual pueden acceder, las familias consumirán más del mismo" A. Marshall en edición de 1895 de Principles of Economics
- ↑ J. Robinson: "The Economics of Imperfect Competition" London, Macmillan, 1933
- ↑ Edward Hastings Chamberlin (1933): "The Theory of Monopolistic Competition".
- ↑ Durkheim, Emile (1986). Las reglas del método sociológico. México: Fondo de Cultura Económica.
- ↑ E Durkheim: The Rules of Sociological Method, trans. by W.D. Halls. NY, The Free Press. (1982) citado por Scott J. Simon en Economy and Society in Marx, Durkheim, and Weber
- ↑ Jesús Huerta de Soto: 2. LAS DIFERENCIAS ESENCIALES ENTRE LA ESCUELA AUSTRÍACA Y LA NEOCLÁSICA
- ↑ Sraffa, Piero, 1926, "The Laws of Returns under Competitive Conditions", Economic Journal, 36(144), pp. 535-50.
- ↑ Avi J. Cohen (1983) "'The Laws of Returns Under Competitive Conditions': Progress in Microeconomics Since Sraffa (1926)?", Eastern Economic Journal, V. 9, N. 3 (Jul.-Sep.)
- ↑ Paul A. Samuelson, "Reply" in Critical Essays on Piero Sraffa's Legacy in Economics (edited by H. D. Kurz) Cambridge University Press, 2000
- ↑ Alan Kirman (1989): "The Intrinsic Limits of Modern Economic Theory: The Emperor has No Clothes", The Economic Journal, V. 99, N. 395, Supplement: Conference Papers: pp. 126-139
- ↑ Goodwin, N, Nelson, J; Ackerman, F & Weissskopf, T (2009): Microeconomics in Context 2d ed. Sharpe - ISBN 9780765623010
Enlaces externos
- Nobelpricewinner Prof. William Vickrey: 15 fatal fallacies of financial fundamentalism-A Disquisition on Demand Side Economics
- El equilibrio del mercado
- Las curvas de oferta y demanda de Fleeming Jenkin
- Interacción de Oferta y demanda
Categorías:- Curvas económicas
- Economía de mercado
- Microeconomía
- Terminología económica
-
Wikimedia foundation. 2010.