Surgidos a comienzos de 1965 en Plasencia (Cáceres), Los Castores fue el conjunto de rock/pop pionero de la Alta Extremadura en los años 60 y su referencia musical en cuanto a este tipo de grupos y época se refiere.

La importancia de Los Castores proviene de su contexto social, más que del musical. La Extremadura de los años sesenta, eminentemente agropecuaria y en los más bajos confines de la industrialización, estaba sumida en un 'quasi' tercermundismo, con lo que la llegada de algo tan 'moderno' como un grupo musical tipo Beatles ahondó en la percepción sensorial de las gentes del Norte extremeño. Los Castores fueron como un estandarte con el que los jóvenes pudieron identificarse y sentirse parte de aquel momento tan importante de cambios de comportamiento social en la Europa Occidental. Su popularidad fue, sin duda, fruto del carisma personal de sus componentes, bien integrados en las distintas capas sociales, que consiguieron algo tan singular como reunir en sus actuaciones gentes de los muy diferenciados estratos de la sociadad placentina, que en aquella época vivía ámbitos de entretenimiento bastante segregados.

La música de Los Castores hay que buscarla en el 'gusto musical' de los dos amigos Fernando Sánchez Márquez ('Nando', o 'Boqueroni') y Francisco García Álvarez ('Paco Batería'); los dos primeros integrantes de la semilla que conduciría a formar el grupo. El primero, sin conocimientos musicales, pero creativo, dotado de buena voz y sentido rítmico y sumamente interesado en la nueva música británica que se fraguaba esos días y que las emisoras 'piratas', como 'Radio Carolina' o 'Radio North Sea', divulgaban desde barcos navegando en aguas no territoriales del Mar del Norte; Paco, hijo del batería de la entonces afamada Orquesta Sur, actuaba ya frecuentemente con algunas orquestillas de las llamadas 'de baile', si bien su anhelo era integrarse en la nueva música.

Ese deseo de ambos amigos se haría realidad gracias a la intervención de Florián López Duque ('Chopera'), amigo de Nando, quien sin poseer formación musical alguna decidió aprender a tocar la guitarra bajo a 'marcha intensiva' y unirse al grupo, anticipando además los medios necesarios para obtener los instrumentos. Ángel Paramio Durán, quien junto con Nando había hecho sus 'pinitos' musicales a la guitarra en junio de 1964 en un cuarteto de 'ocasión' llamado Los Dollard (con, asimismo a la guitarra, 'Toto' Barona y 'Chirli' Poblador), ello durante la fiesta de Final de Curso del Colegio San Calixto, también entró en la formación. El quinto miembro sería Jesús Muñoz Villanueva ('Chuchi' o 'El Verde'), paisano de Florián (ambos nacidos en Cabezuela del Valle) que aceptó la invitación para ser el guitarra solista de la nueva formación.

Así pues: Nando (1947), cantante; Paco (1948), batería; Paramio (1950-1999), guitarra ritmo; Florián (1946-1991), guitarra bajo y Chuchi (1945), guitarra solo, serían los primeros y reconocidos Castores.

Todo esto se fraguaba a comienzos de 1965, y el almacén del refresco TriNaranjus, en la calle Zapatería esquina Plazuela Sosa, del que Florián (con tan sólo 17 años entonces) ya era gerente, ofreció el espacio necesario para albergar los ensayos del recién formado 'conjunto musicovocal'. El lugar era un constante devenir de visitas de amigos, conocidos y otros que, por el motivo que fuere, llegaban a la ciudad del Jerte. Todos querían ver y escuchar al nuevo grupo; novedad inúsita en una Plasencia donde 'nunca pasaba nada'. El 'studio', que era como se denominaba al local, arremolinaba en sus afueras a una ingente cantidad de pasantes y niños, más muchos otros habituales, cada vez que las notas musicales de los ensayos atravesaban sus muros.

Tras meses de preparación, Los Castores debutaron por fin en la Pista de Baile 'BeniDor', a la orilla del río Jerte, junto al puente de El Torno, el 9 de junio de 1965 (segundo día de las Ferias placentinas). Ésta sería la única actuación oficial con 'Paco Batería', ya que su padre, poco impresionado con la calidad musical de los debutantes, decidió que su hijo abandonara de inmediato la formación y volviera a integrarse en la Orquesta Capri, donde habitualmente tocaba la batería por motivos más bien económicos que vocacionales. Este imprevisto hizo que el recién estrenado grupo se vertiera en la búsqueda de un sustituto de Paco a la batería, ya que tan sólo unos días después estaban apalabradas nuevas actuaciones durante las fiestas anuales de Malpartida de Plasencia, localidad a tan sólo siete kilómetros de la ciudad placentina. El propietario del 'salón de baile' donde Los Castores deberían actuar, el señor Sabalete, aportó la solución al problema, pues conocía a un chico del pueblo residente en Plasencia que sin problema alguno se incorporaría a tocar con el grupo.

Naturalmente, la desolación dentro de Los Castores era grande, ya que Carlos Llorente Pereira (1946-2006) --pues así se llamaba el flamante batería-- nunca antes había ensayado con el conjunto y parecía que meses de ardua preparación iban a ser tirados por la borda. Pero afortunadamente, también la citada Orquesta Capri actuaba en las Ferias de Malpartida, con lo que Paco corría durante los descansos de un salón de baile al otro, logrando que el 'novato' Carlos se introdujera sin grandes traumas en el superensayado repertorio musical de Los Castores, que, sin duda en aquellos días, para la audiencia, era una absoluta revelación en materia musical, acostumbrado como estaba el público a ritmos tropicales y coplas españolas.

Paco siguió unido al grupo en casi un cien por ciento (con excepción de las actuaciones) y continuó guiando a Carlos y aportando en la preparación de las canciones. El grupo esparció su música por Extremadura y las provincias colindantes con gran interés por parte de los empresarios que deseaban atraer a sus salas de baile a la nueva camada de jóvenes que se decantaban por la música 'pop'. También los entonces abundantes 'Casinos de los Señores' de las localidades importantes de la región, bastiones conservadores donde los hubiera, se rindieron a la cabalgante 'modernidad' y se esmeraban por incluir en sus celebraciones actuaciones de Los Castores.

Sería desconsiderado no mencionar que también por aquel entonces otros grupos similares a Los Castores (cantante/tres guitarras/batería) surgían como hongos en la mayoría de las localidades de importancia. En Badajoz ciudad, Los Play Boy gozaban ya de una excelente y merecida reputación; en Bejar (Salamanca) Los Abejas se habían ya constituido y arrastraban una bien conseguida fama que también cosechaban en Plasencia, donde a menudo actuaban. Y quizás es este el momento de mencionar el Festival de Conjuntos Musicovocales de Leon, ocurrido en la primavera de 1966, adonde Los Castores se encaminaron para, por primera vez, adentrarse en el mundo musical del pop/rock a nivel nacional e incluso internacional, ya que varios grupos extranjeros también participaron en el festival.