- Los dieciséis
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Se conoce con el nombre de "Consejo de los dieciséis" o, más sencillamente, con el epíteto de «Los Dieciséis» a un sector radical de la Liga Católica, durante las Guerras de Religión en Francia en el siglo XVI. Actuó en la zona de París y estaba formado por nobles, clérigos, funcionarios, artesanos, etc.
Recibían el nombre de los «Dieciséis», porque era una cédula organizada a partir de los 16 barrios en los que entonces se organizaba París, y, consecuentemente, dirigida por una comisión formada por dieciséis hombres.
Este grupo no sólo tenía un fin político, sino también otro de vigilancia moral que ejercía mediante predicadores que instigaban el fanatismo religioso, lo que acarreó problemas a la propia Liga Católica e incluso a la Corona. Al rey Enrique II (1547-1559) lo acusaban de homosexual y denostaban sus muchos vicios.
El levantamiento de los Dieciséis comenzó el 10 de mayo de 1588, cuando la Liga Católica invitó a Enrique I de Guisa, tercer Duque de Guisa, a París, hecho que prohibió Enrique III por ser dicho noble el líder de los católicos intransigentes. El duque de Guisa hizo caso omiso y entró en la ciudad. El rey envió su guardia suiza para evitarlo y ello provocó la sublevación de parte de la población parisina que en su mayoría era católica. Este levantamiento, que se produjo el 12 de mayo de 1588, se conoce como el Día de las barricadas. Fue una de las grandes revueltas urbanas de Francia, y provocó que el rey abandonara París, por temor a que los rebeldes se hicieran con el Palacio del Louvre.
Tras la asusencia del rey, los «Dieciséis» tomaron el control de París. Sustituyeron a los altos cargos e implantaron las guardias vigiladas. Como un reguero de pólvora, la revuelta se extendió a otras ciudades, para hacerse con el poder por parte del Liga católica, liderada por el duque de Guisa. Esto supuso un enfrentamiento abierto entre los católicos intransigentes y la monarquía.
En esta situación conflictiva entró el rey español, Felipe II, que apoyó a la Liga Católica. En concreto, fue el embajador español Bernardino de Mendoza, quien alentó las revueltas contra el monarca.
Todas estas circunstancias condujeron a que Enrique III cediera ante la Liga Católica, y se entrevistara con el duque de Guisa (al que concedió el título de Teniente General del Reino), en los Estados Generales convocados en Blois. El duque de Guisa acudió con su propio hermano, el cardenal Luis II de Lorena, y mientras esperaban ser llamados por el rey, la guardia real los asesinó.
La Liga Católica se encontró en una situación similar a la de los hugonotes, al ser eliminado su líder, y desató su ira contra la monarquía. Se dedicaron a pregonar la maldad del rey y su tiranía. El nuevo líder de la Liga fue el Duque de Mayenne. Con él se creó tal odio hacia el rey, que Jacques Clément, fraile dominico perteneciente a la Liga Católica, apuñaló al rey y lo mató el 1 de agosto de 1589.
Véase también
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