- Nicolás Rivero Muñiz
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Nicolás Rivero Muñiz
Nicolás Rivero Muñiz (Las Callejas, Villaviciosa, 23 de septiembre de 1849- La Habana, 2 de julio de 1919) Periodista asturiano.
Biografía
Estudió en el Seminario menor de Valdediós, Villaviciosa, y de allí pasó al Seminario Concicliar de Oviedo, aunque en 1872 interrumpió sus estudios de teología en dicho centro para empuñar las armas en favor del pretendiente Carlos durante la III Guerra Carlista (1872-76). Se integró, así, en una partida con la que recorrió los montes asturianos de Teverga y Quirós con el fin de unirse a las fuerzas mandadas por el cabecilla carlista Viguri. Pero, cayeron prisioneros y Rivero terminó preso en la cárcel de Oviedo, donde permaneció durante nueve meses; los mismos que pasó después en Canarias como deportado, hasta que el fracaso de una nueva sublevación hizo que lo trasladaran a Cuba, en 1873, como soldado del Cuerpo de Artillería de Montaña. Tres meses más tarde desertó y regresó a España; se incorporó entonces a las filas carlistas para tomar parte en el combate de Montejurra (9-11 de septiembre de 1873) y en la campaña desarrollada entre 1873 y 1875 por tierras de Navarra, Aragón y el Maestrazgo.
Por méritos de guerra, alcanzó el grado de comandante, pero una vez finalizada la contienda tuvo que emigrar a Francia. La amnistía de 1876 le permitió regresar en diciembre de ese año a Oviedo y no desaprovechó el tiempo entonces, pues el 11 de octubre de 1878, obtuvo en esta ciudad el título de notario. No parece que llegara a utilizarlo, pues antes de que finalizara el año 1879 se encontraba, de nuevo, en Cuba, al amparo de un destino burocrático: secretario del Ayuntamiento de Bauta, pero con la verdadera intención de buscar fortuna. Nada más llegar a La Habana, fundó el periódico El Relámpago, que él mismo dirigía y redactaba en su totalidad. Fue ésta una publicación combativa, desde la cual, Rivero propagó sus ideales tradicionalistas y atacó a algunas autoridades, como el gobernador civil de La Habana, por su negligencia en el gobierno de aquella colonia. El mismo año de su fundación, 1881, El Relámpago fue suprimido por el capitán general de la isla, y su director deportado a España. Meses después volvió a la isla, donde en 1882, fundó, dirigió y escribió otro periódico, El Rayo, al que, una vez suspendido, sucedió La Centella. Las suspensiones por ataques a la autoridad se repetían, y tras ellas surgían otros tantos periódicos: El General Tacón, El Pensamiento Español y El Español, al lado de otros más comedidos como El Eco de los Voluntarios y El Eco de Covadonga.
Acusado de graves injurias, su fundador estuvo encarcelado en el castillo del Príncipe de La Habana, condena durante la que escribió Retratos al minuto (1884), obra llena de sangrientas semblanzas con la que pretendió seguir atacando -aun sin periódico- a las más destacadas personalidades españolas y cubanas de la isla. Hacia 1890 comenzó sus campañas en El Español, reclamando las reformas políticas y administrativas que condujeran a la instauración de un régimen autónomo para Cuba, que continuaron en 1893, cuando entró en la redacción del Diario de la Marina. Poco después, en junio de 1895, se hacía cargo de la dirección de este importante diario, al que el estallido de la guerra había sumido en una grave crisis económica. Rivero consiguió superar estas difíciles circunstancias y al mismo tiempo convertir este periódico en una plataforma crítica frente a los errores del general Weyler. Sin embargo, el Diario de la Marina contribuyó a la reconciliación entre cubanos y españoles y se convirtió en el periódico más popular y de mayor tirada de la isla, en gran medida gracias a la sabrosa sección redactada por Rivero y titulada "Actualidades".
A pesar de su historial carlista, en 1905 fue agraciado con la Gran Cruz de Alfonso XII, y a comienzos de 1919 -poco antes de fallecer- se le concedía el título nobiliario de conde de Rivero.
Además del citado libelo, se le debe un juguete cómico: ¿Dónde está mi padre? (1884), unas interesantísimas Memorias, aparecidas en el Diario de la Marina (1911-14), y algunos libros de crónicas y de viajes publicados en La Habana: Vivir de milagro (1886), Recuerdos de viaje (1904), El Colorado (1905), Recuerdos de México (1911), Veinte días en automóvil por Francia y Suiza (1913) y El conflicto europeo (1916).
Referencias
- Diccionario Enciclopédico del Principado de Asturias (2004) Ed. Nobel, Oviedo.- ISBN: 84-8459-266
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