- Paráfrasis del Padre nuestro
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Paráfrasis del Padre nuestro
La Paráfrasis del Padrenuestro hace referencia al punto culminante de la vida mística y de entrega a Dios de San Francisco de Asís, el momento en el que el renuncia a las riquezas y posición de su padre Bernardone e incluso se despoja de sus ropas regresándoselas a su padre en público y se acoge como hijo de Dios y reconoce sólo en el Señor al padre. Las biografías coinciden que las palabras de Francisco fueron en esencia: Desde ahora diré con libertad: Padre nuestro, que estás en los cielos... a partir de entonces Francisco recomienda la oración del Padre nuestro, oración y profundización. De acuerdo con José Antonio Guerra, Francisco se hizo diciendo "Padre nuestro"
La fecha de composición de la paráfrasis del padre nuestro no es segura.
Francisco considera el Padre nuestro como resumen del Evangelio, allí expresa su convicción de que el Reino se recibe y se acoge porque nos ha sido regalado.
Contenido
Santísimo Padre Nuestro
¡Santísimo Padre nuestro!: creador, redentor, consolador y salvador nuestro!
Que estás en los cielos: en los ángeles y en los santos; iluminándolos para conocer, porque tú, Señor, eres la luz; inflamándolos para amar, porque tú, Señor, eres el amor; habitando en ellos y colmándolos para gozar, porque tú, Señor, eres el bien sumo, eterno, de quien todo bien procede, sin quien no hay bien alguno.
Santificado sea tu nombre: clarificada sea en nosotros tu noticia, para que conozcamos cuál es la anchura de tus beneficios, la largura de tus promesas, la altura de la majestad y la hondura de los juicios (Ef 3,18).
Venga a nosotros tu reino: para que reines tú en nosotros por la gracia y nos hagas llegar a tu reino, donde se halla la visión manifiesta de ti, el perfecto amor a ti, tu dichosa compañía, la fruición de ti por siempre.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, también en la tierra: para que te amemos con todo el corazón (cf. Lc 10,27), pensando siempre en ti; con toda el alma, deseándote siempre a ti; con toda la mente, dirigiendo todas nuestras intenciones a ti, buscando en todo tu honor; y con todas nuestras fuerzas, empleando todas nuestras energías y los sentidos del alma y del cuerpo en servicio, no de otra cosa, sino del amor a ti; y para que amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos, atrayendo a todos, según podamos, a tu amor, alegrándonos de los bienes ajenos como de los nuestros y compadeciéndolos en los males y no ofendiendo a nadie (cf. 2 Cor 6,3).
El pan nuestro de cada día: tu amado Hijo. nuestro Señor Jesucristo, dánosle hoy: para que recordemos, comprendamos y veneremos el amor que nos tuvo y cuanto por nosotros dijo, hizo y padeció.
Y perdónanos nuestras deudas: por tu inefable misericordia, por la virtud de la pasión de tu amado Hijo y por los méritos e intercesión de la beatísima Virgen y de todos tus elegidos.
Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores: y lo que no perdonamos plenamente, haz tú, Señor, que plenamente lo perdonemos, para que por ti amemos de verdad a los enemigos y en favor de ellos intercedamos devotamente ante ti, no devolviendo a nadie mal por mal (cf. lTes 5,15), y para que procuremos ser en ti útiles en todo.
Y no nos dejes caer en tentación: oculta o manifiesta, imprevista o insistente.
Mas líbranos del mal: pasado, presente y futuro. Amen.
Referencias
- San Francisco de Asís. Escritos & Biografías. Documentos de la época. Biblioteca de autores cristianos. José Antonio Guerra (BAC) ISBN 84-7914-079-8
Véase también
- Oración de San Francisco
- Bendición a fray León
- Cántico del Hermano Sol
- La verdadera y perfecta alegría
- Alabanzas del Dios Altísimo
- Alabanzas en todas las horas
Enlaces externos
Categoría: Franciscanos
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