Pedro A. Díaz nació en Guadalajara (España) en 1956, en la calle Marqués de Santillana. Cursó sus estudios de Primaria y Bachillerato en el Instituto Brianda de Mendoza y Bachillerato Superior en el colegio Salesianos, con excelentes notas. En la Universidad de Alcalá cursó sus estudios de Ingeniería Técnica de Telecomunicación.

Fue en los Salesianos donde se inició como músico, tocando la batería en los años 70. Contaba con 15 años cuando, para comprar su primera batería de segunda mano, estuvo trabajando durante las vacaciones de verano como ayudante de pintor-empapelador.

En 1971 fundó el grupo Escarcha, junto con Raúl Herranz, Fernando Burgos, ambos compañeros de carrera, y Luis Alberto Jodra.

Los Secretos

En abril de 1980 entra en contacto con los hermanos Urquijo, a través de un anuncio en la emisora de radio Onda 2, para sustituir a Canito, batería de TOS que había perdido la vida en día de año nuevo de 1980.

Pedro reemplazó a Canito como batería, compositor y cantante en el grupo, que se renombró como Los Secretos.

Con esta nueva denominación fichan por Polydor y graban un EP de cuatro canciones, que se grabó en sólo 25 horas de estudio en los estudios Eurosonic de Madrid. Fue el anticipo de su primer LP, Los Secretos, que vio la luz en 1981 y que también se grabó en Eurosonic con Mike Cooper como ingeniero de sonido. En este álbum, que incluye canciones como Déjame, Ojos de perdida y Sobre un vidrio mojado (La única versión del disco, originalmente de "Kano y los Bulldogs"), la producción de Juan Luis Izaguirre obtiene un sonido sólido y claro que sería característico de los primeros años del grupo. Se utilizan guitarras de 12 cuerdas, como la famosa Hofner 457 de la portada del LP, un armonizador Eventide para que los coros sonasen compactos, y el característico sonido de la batería de Pedro y las líneas de bajo de Enrique que enriquecían el conjunto. Así se consigue uno de los álbumes más importantes de la nueva ola y un disco de referencia en la historia del rock en castellano.

Durante los años siguientes, Los Secretos editan dos nuevos álbumes, Todo sigue igual (1982), con canciones como la que da título al álbum, Problemas o Ráfagas, y Algo más (1983), que incluye Hoy no y No me imagino. Son años difíciles para el grupo, sin recibir prácticamente promoción alguna por parte de la discográfica, pasando gran parte del tiempo en la carretera y viviendo sus primeras experiencias negativas con las drogas.

Pedro le pegaba duro, sus baquetas se aceleraban invisibles como alas de mosca con un sentido prodigioso del ritmo. Alvaro Urquijo contaba en una ocasión que cuando volvieron a grabar "Déjame" para la caja roja biográfica resumen del grupo, fliparon al tratar de reproducir aquel golpe supersónico de la mano derecha de Pedro sobre el cháston: «Pero eso pasaba también», añadía A. Urquijo, con todos los temas rápidos de los primeros discos, tipo Ojos de perdida. Los baterías los han tocado después en directo a golpes de dos manos y se las veían canutas sobre todo en esos finales.

Pedro era una máquina, si no innovador, muy moderno. Su estilo de tocar no se ha quedado anticuado ni mucho menos.

Dos vocalistas

Hasta la muerte de Enrique, Los Secretos fue históricamente una banda con dos o más vocalistas. Pedro cantó y escribió las letras de Ha llegado el fin, Todo por nada, Niño Mimado, Fuertes emociones, Se fue como llegó, No me digas nada, Vivir por vivir, Qué puedo hacer, No supe que decir y otras tantas.

Triste final

El 12 mayo de 1984, un accidente de circulación se lleva la vida del batería del grupo, cuando Pedro A. Díaz iba camino de Madrid desde su Guadalajara natal. Fue un viernes por la noche. Había una feria chica en Guadalajara y a Pedro A. no le apetecía acudir a un follón con tanta gente. Prefirió ver "La clave" de Balbín, que le encantaba. Un amigo le telefoneó y le animó a salir a tomar una copa. Nunca volvió.

En palabras de su hermano Nacho «Era un tío pasional que se podía relacionar con cualquier persona, nada clasista. Su creatividad musical se inspiraba en sus experiencias y emociones. Era un humanista. La época de las drogas le marcó mucho en aquellos días de una generación muy viva con mucha gente cuyo talento y fuerza se echaban a perder por culpa de la droga. Pedro decía que no se explicaba cómo esos amigos o compañeros no se daban cuenta de que la droga les machacaba y, lo que son las cosas, él también llegó a tontear con las drogas».

Recientemente, el 12 de mayo de 2009, coincidiendo con el vigésimoquinto aniversario de su muerte, el Ayuntamiento de Guadalajara anunció que el auditorio situado junto al parque del Barranco del Alamín se denominaría "Auditorio Pedro Díaz", en memoria del batería alcarreño.