Antonio Guízar y Valencia (Cotija, Michoacán, México, 28 de diciembre de 1879 - Ciudad de México, México, 4 de agosto de 1971) fue un arzobispo católico méxicano.

Antonio era hermano del también sacerdote y obispo de la diócesis de Veracruz, san Rafael Guízar y Valencia. Antonio ingresó en el seminario y fue ordenado sacerdote el 7 de marzo de 1093, siendo destinado a la diócesis de Zamora.

Obispado

Primeros años

El 20 de julio de 1920 fue preconizado obispo de la diócesis de Chihuahua y ordenado como tal el 30 de enero de 1921 por su propio hermano. El 4 de febrero de 1921 tomó posesión de la diócesis, cargo que ocupó hasta 1969.

Entre 1921 y 1937 Antonio Guízar vivió la persecución religiosa producida en México y que terminó con el martirio de san Pedro de Jesús Maldonado. Sin embargo, a partir de 1937 vivió una época de paz. En junio de 1941 celebró el Primer Congreso Eucarístico Diocesano para conmemorar el cincuenta aniversario de la diócesis. El 27 de febrero de 1943, el papa Pío XII nombró a Francisco Espino Porras obispo titular de Farbeto y auxiliar de Chihuahua, recibiendo la ordenación episcopal el 13 de junio de ese mismo año.

Cambios en la diócesis

En aquella época, la diócesis de Chihuahua abarcaba todo el territorio de Chihuahua. A Antonio Guízar le tocó vivir la creación de nuevas diócesis en su territorio, así Pío XII creó la Misión "Sui Iuris" de la Tarahumara, que en 1958 se convertiría en Vicariato Apostólico y en 1993 se convertiría en la diócesis de Tarahumara. Pío XII creó el 10 de abril de 1957 la nueva diócesis de Ciudad Juarez.

El 22 de noviembre de 1958, el papa Juan XXIII elevó a la diócesis de Chihuahua a la categoría de Arquidiócesis Metropolitana, recibiendo Antonio Guízar el palio arzobispal el 18 de diciembre de 1958.

Últimos años

Los últimos años en el cargo pidió a la Santa Sede el nombramiento de un administrador apostólico, ya que no estaba vigente la norma por la que los obispos renuncian a su cargo al cumplir los 75 años de edad, haciéndose la denuncia cuando ya no podían cumplir su responsabilidad. Así, el 13 de julio de 1961, Juan XXIII nombró a Luis Mena Arroyo, obispo administrador de Chihuahua, siendo nombrado arzobispo coadjutor el 1 de septiembre de 1964. Permanecería en esta situación hasta su renuncia el 24 de agosto de 1969, cuando fue trasladado como Arzobispo Auxiliar de México.

El papa Pablo VI, le otorgó el nombramiento de arzobispo emérito de Chihuahua y arzobispo titular de Febiana. Viajó a Ciudad de México, donde fue atendido por una sobrina hasta su muerte, ocurrida el 4 de agosto de 1971. Su cuerpo se encuentra sepultado en las criptas, ubicadas en el sótano de la Catedral Metropolitana de Chihuahua.