Antonio Romero y Andía nació en Madrid en 1815 y falleció en 1886; fue clarinetista, editor y comerciante de música. Responsable de una línea pedagógica que seguirán figuras importantes para el mundo del clarinete como Miguel Yuste, y su alumno más aventajado Julián Menéndez, ambos fundadores de la escuela clarinetística en España, vigente hoy en día en todos los conservatorios.

Biografía

Se inició en la música gracias a las clases que le impartía clarinete, instrumento que tocaba en las compañías donde actuaba, en las cercanías de Madrid. A los catorce años entró con este instrumento en el regimiento de artillería de la ciudad de Valladolid. A su regreso a Madrid en 1830, ganó el puesto de clarinete primero por oposición en el también Regimiento de Artillería de esta ciudad. En 1834 conoció en Pamplona al organista José Guelbenzu, quien lo inició en el estudio de la composición. Más tarde se convirtió en director musical del Circo Ecuestre de Paúl, acontecimiento que le hizo conocer a Hilarión Eslava, con el que amplió aún más los conocimientos de composición que ya tenía. Después de esto en 1841, dirigió la agrupación de música de la Guardia Real de Infantería con un número importante de músicos, formación que se disolvió debido a acontecimientos políticos que provocaron el despido de todos los miembros.

En 1844 comenzó con el estudio del Oboe con el oboísta Pedro Soler, instrumento con el que también alcanzó una importancia notable y con el que obtuvo puestos como el de primer Oboe del Teatro del Circo, puesto que desempeñó con el de Clarinetista numerario de la Real Capilla en 1844. Dos años más tarde editó su obra más importante, el llamado Método completo para clarinete de trece llaves, obra de tal importancia que le llevó a establecer el llamado Sistema Romero en 1853, con sus diversas partes para cada nivel educativo.

Si por algo cabe destacar la figura de Romero, es por su gran contribución al mecanismo del clarinete; vivió muchos años investigándolo para poder hacer factibles todas las combinaciones tonales y atonales que podían ser viables en el instrumento. Siguiendo esta idea, Romero inventó una serie de dispositivos que permitieran al clarinetista ejecutar determinados momentos musicales que, a priori, eran cuasi impracticables, debido a que el mecanismo vigente impedía la ejecución de ciertos pasajes y ciertas tonalidades (con más de 2 # en la armadura o 3 b) que el ejecutante se encontraba con frecuencia, a causa de la naturaleza transpositora del instrumento, lo que hizo que diseñase un sistema propio, ya que el clarinete en el siglo XIX era un instrumento que aún no estaba completo como hoy lo conocemos, lo cual limitaba a algunos compositores a la hora de componer para él.

Respecto a lo dicho anteriormente, Romero investigó sin descanso cómo era posible solucionar los problemas que planteaba las notas de “horquilla”, que daban un resultado defectuoso respecto a la sonoridad y afinación, ya que el propio Romero tuvo que estudiar en sus orígenes con un clarinete de cuatro llaves.

Fue competidor de los más ilustres representantes del mecanismo actual del clarinete: Müller, Klosé (método de igual importancia que el de Romero), Buffet etc. Además estaba al corriente del sistema que usarían definitivamente los clarinetes, llamado Sistema Boehm, y que se basaba en una serie de anillos móviles usados con éxito en el mecanismo de la flauta travesera, mecanismo que aún en la actualidad no supera algunas limitaciones, tales como la ejecución de determinados trinos y notas (entre ellas las llamadas de “tubo corto”) problemas que, en el sistema que Romero inventó, quedaban totalmente resueltos.

Editor y Almacenista musical

La carrera de Romero no solo fue larga como compositor y como instrumentista, sino que también obtuvo una inmensa importancia en su labor como editor de música, trabajo al que se dedicó en 1854 en la calle Pez de Madrid, donde comenzó vendiendo instrumentos musicales y en muy pocos años sería un comercio punta respecto al terreno editorial, hecho que le valió el apodo del "Ricordi español" ya que Romero llegó a editar un volumen inmenso de obras (en 1884 eran cerca de 6.000) tanto con fuentes propias, como con fuentes adquiridas de otros editores españoles y debido a lo prolijo del negocio y este gran volumen de obras, se vio obligado a una búsqueda de nuevos locales. Entre 1859-1863 se trasladó de la calle Arenal a Preciados. La abundante producción musical toca todos los géneros posibles entre ellos música religiosa, militar, zarzuela, entre otras.

Romero publicó un serie de revistas filarmónicas y organizó conciertos, en especial desde la fundación del llamado Salón Romero (1884-1896) considerado durante muchos años la principal sala de conciertos de Madrid, y que albergo eventos tales como recitales del pianista español Isaac Albéniz (1886) del que publicó sus primeras obras.

Obras y escritos

Algunas de sus innumerables obras y escritos son:

• Primer solo original para clarinete y piano
• Fantasía sobre motivos de Lucrecia Borgia
• Método Completo de Clarinete
• Instrucción y ejercicio para el Clarinete
• Tabla del Clarinete de trece llaves
• Tabla general del Clarinete
• Método de solfeo
• Método para afinar el Piano