Antonio Tenreiro Brochón nace en La Coruña en 1923 y muere en la misma a los 83 años. Hijo de un famoso arquitecto, Antonio Tenreiro Rodríguez, y de madre francesa, sigue la carrera paterna que ejercerá en su ciudad natal. Pertenece a esa excepcional generación de herculinos en la que están Labra, Molezún, Lago Rivera y Mampaso.

Se titula en la Escuela de Madrid de 1952. Pinta, porque ésa es su verdadera vocación, y obtiene los primeros éxitos en la Bienal Hispanoamericana de La Habana como acuarelista. Se vincula al grupo de la desaparecida Galería Buchholz de Madrid, por los años cincuenta la más avanzada de la pintura en España, y en la que están el prematuramente muerto Carlos Pascual de Lara y el excepcional salmantino Zacarías González.

Tenreiro de pasión viajera, recorre Europa, hasta el mundo escandinavo, quizá atraído por formas nuevas en la arquitectura, en las que es figura el finlandés Alvar Aalto. Durante una década, su modo de expresión es la acuarela, aunque lejos del afán virtuosista y al fin tópico, de esta modalidad. Accede al óleo para construir bodegones y paisajes directamente con la materia, en mancha gruesa y definitiva. Realiza exposiciones en diferentes ciudades de España y de Europa. Sus modos son franceses, a lo Derain, Marquet. Gana más prestigio fuera de España que en su propio país, donde tiene un reconocimiento reducido. Expone en Madrid y es elogiado por la crítica más exigente. Su "fauvismo" de ascendencia lírica es de difícil comprensión para un público todavía no desasido de modos muy tradicionales.

Destaca en la exposición de artistas coruñeses que se realiza en la galería Kandinsky de Madrid. Caixavigo le hace una muestra antológica en su centro cultural, en 1990, que confirma el gran pintor que Tenreiro es. Sus cuadros llegan a los museos de Galicia y a los de muchas ciudades de Europa, sobre todo de los países nórdicos, donde está más asentado su prestigio. Tenreiro es un "fauve" sinóptico, de paleta recia y expresiva, en la que dominan rojos, azules, amarillos y negros. Dibuja directamente con el color, aunque debajo haya una estructura sólida y elementalizada. El cromatismo de su pintura es a un tiempo exultante y ponderado. Hay determinados momentos en que arrastra secuelas del cubismo e incide en el expresionismo. Pero siempre desde una visión poética, intimista, de delicada y encantadora belleza, lejos de cualquier afán de testimonio social. Sabe que en pintura importa cómo se pinta, no lo que se pinta, y así elige los objetos más simples o comunes para sus bodegones, esquemáticos de composición y huntuosos, agresivos casi de cromatismo.

Bibliografía

• Pablos, Francisco: Plástica gallega. Vigo, Caixavigo, 1981.

• Pablos, Francisco: A. Tenreiro. Exposición antológica. Vigo, Caixavigo, 1990.

• Mon, Fernando: Pintura contemporánea en Galicia. A Coruña, Caixa Galicia, 1987.

• Moreno Galván, Jose María: Introducción a la pintura española actual. Madrid, Publicaciones Españolas, 1960.

• Campoy, A. M.: Diccionario crítico del Arte español contemporáneo. Madrid, Ibérico Europea de Edic., 1973.

• Chamoso Lamas, Manuel: "Arte", en Galicia. Barcelona, Edit. Noguer, 1976.

Obras del autor

Obras del autor pertenecientes a la Colección Caixanova