Documento decretado el 4 de diciembre de 1829, en Xalapa. Exigía la renuncia de Vicente Guerrero como presidente de México, a favor de terminar con los problemas; presentados de cualquier forma (sociales, políticos, económicos) que simbolizaron su gobierno. Decretaba también que Santa Anna y Anastasio Bustamante que se hicieran cargo del movimiento.

Antecedentes

Debido a las dos acciones más sobresalientes en el gobierno de Vicente Guerrero (La expulsión de los españoles y la abolición de la esclavitud) el país entro en una terrible crisis económica, que contribuyó a aumentar el descontento de la población progresivamente. Estas dos decisiones pueden tomarse como "buenas" o "malas", dependiendo de que enfoque se les presenten.

Gobierno de Vicente Guerrero

La economía ya decadente empeoró durante la administración de Guerrero. Los integrantes del Congreso y los Ministros no lograron unificar sus ideas políticas, por lo que cundió el malestar general. Debido al hecho de haber ampliado las libertades. se llegó al extremo de fomentar la intranquilidad y la anarquía.

Los descontentos exigían la expulsión del ministro Poinsett. En esta época tuvo lugar el intento de reconquista, organizado por España, bajo el mando del Brigadier Isidro Barradas quien creía a empresa de fácil realización. Santa Anna y Mier y Terán salieron a combatir al agresor; éste, después de haber sido bloqueado en Tampico, tuvo que rendirse en noviembre de 1829. Santa Anna y Terán fueron premiados con la banda de generales de división.

El Plan de Jalapa y la caída de Guerrero

Mientras tanto, la agitación y el malestar seguían. Las autoridades de Veracruz exigían la exacta observancia de las leyes fundamentales y la deposición de facultades extraordinarias de que estaba investido el Ejecutivo. El vicepresidente Bustamante secundó el plan llamado de Jalapa. Guerrero se apresuró a combatir a los rebeldes dejando en la presidencia a D. José María Bocanegra.

Guerrero optó por retirarse a Tixtla, informando al Congreso que aceptaría sus determinaciones, mediante una proclama en la que se podía leer: “El bastón de Presidente de la República lo depósito en el poder nacional: sus representantes harán el uso que estimen por conveniente de él, en la inteligencia de que la soberana resolución...juro sostenerla como la verdadera voluntad de la nación, hasta con la última gota de mi sangre”.

Triunfante el Plan de Jalapa, Guerrero fue declarado por el Congreso, incapacitado para gobernar, ocupando el puesto vacante Anastasio Bustamante, en enero de 1830. La administración del nuevo Presidente contempló un resurgimiento nacional.

Hubo relativo equilibrio económico, se cubrieron las deudas y se restableció el crédito exterior. Las fronteras se resguardaron, se aseguraron los caminos y las industrias cobraron impulso con nuevas técnicas. Don Lucas Alamán fue el iniciador de este progreso económico. Las relaciones internacionales se reanudaron, y se contó con misiones diplomáticas permanentes en Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Prusia y Guatemala. A pesar de esta aparente prosperidad continuaba la guerra civil.

Muerte de Guerrero

El expresidente Guerrero estaba en franca rebelión. Para lograr sus propósitos utilizaba el navío Colombo, perteneciente al italiano Francisco Picaluga. En octubre de 1830 Picaluga entró en tratos con el entonces Ministro de Guerra, Facio, el cual asignó la cantidad de $ 50,000 por el bergantín.

Al pasar Picaluga a recoger la nave se dio cuenta de que Guerrero la tenía embargada y un día lo invitó a comer; cuando éste estuvo a bordo lo hizo prisionero, levó anclas hacia Huatulco, Oax., en donde esperaba la tropa del gobierno. Guerrero fue conducido a la ciudad de Oaxaca; aquí se le instruyó proceso militar y fue condenado a muerte por conspiración, según la ley que él mismo había firmado cuando fue presidente. La sentencia se ejecutó en Cuilapa, Oax., el 14 de febrero de 1831.

La sentencia era legalmente correcta, porque el delito de rebelión era cierto, pero acaso fue innecesaria e inclemente, dados los méritos que en la independencia tuvo don Vicente Guerrero.

A escasos diez años de la consumación de la Independencia, ya habían caído los dos caudillos que la hicieron posible en el célebre encuentro de Acatempan. Ambos cayeron víctimas de las intrigas e intereses mezquinos, de los que olvidaron los servicios enormes prestados a la Patria por estos dos hombres, que merecen nuestro respeto y nuestra admiración.