- Predialisis
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Predialisis
Predialisis
Se define la predialisis como las fases previas a la terapia renal sustitutiva. Esta fase se clasifica en función del estado del riñon dentro de una nefropatía crónica
Clasificación de la Nefropatía Crónica (NC)
La KDIGO ha reconocido el sistema de estadificación NKF para la NC, basado en la tasa de filtración glomerular y en la presencia de daños renales; este sistema también establece un plan de acción clínica para cada fase de la NC
NC en fase 1
La NC en fase 1 se define por signos de daño renal (p. ej., microalbuminuria o proteinuria) pero con una TFG entre normal y elevada (>_ 90 ml/min/1,73 m2). Los pacientes en fase 1 suelen ser asintomáticos. El plan de acción clínica se centra en el diagnóstico y el tratamiento de la causa subyacente de la NC (p. ej., diabetes o hipertensión), el tratamiento de las enfermedades concomitantes, las intervenciones para ralentizar la progresión y la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular
NC en fase 2
LA NC en fase 2 se define por daño renal y una reducción leve de la TFG (60 a 89 ml/min/1,73 m2). Los síntomas clínicos relativos a la disfunción renal siguen siendo poco habituales durante la fase 2. El plan de acción cínica se centra en la evaluación y la prevención de la progresión de la enfermedad La tasa de progresión de la NC es variable y depende de la causa subyacente del daño renal. Generalmente, la reducción de la TFG se produce durante un período de varios años
NC en fase 3
La NC en fase 3 se define por una función renal moderadamente reducida (TFG de 30 a 59 ml/min/ 1,73 m2). A partir de la fase 3, los pacientes pueden presentar signos y síntomas clínicos relacionados con las complicaciones de la insuficiencia renal (p. ej., anemia, trastornos en el metabolismo mineral); en esta fase, el plan de acción comprende la evaluación y el tratamiento de las complicaciones
NC en fase 4
La NC en fase 4 supone una pérdida grave de la función renal (TFG de 15 a 29 ml/min/1,73 m2). Los pacientes de la fase 4 pueden presentar anomalías de laboratorio y clínicas significativas relacionadas con la disfunción renal. El plan de acción de la fase 4 comprende la preparación del paciente para el tratamiento de sustitución renal (es decir, diálisis o trasplante renal)
NC en fase 5
La NC en fase 5 o insuficiencia renal se define por una TFG <15 ml/min/1,73 m2 o por la necesidad de aplicar diálisis para prevenir los signos y síntomas de la uremia. Las personas que requieren diálisis se consideran pacientes con nefropatía en fase terminal (NT).
Tratamiento de la NC
El tratamiento de la NC es complejo y requiere la coordinación de los médicos de atención primaria (MAP), nefrólogos y otros profesionales sanitarios. Al principio del curso de la NC, entre las fases 1 y 3, el paciente suele estar al cuidado del médico de atención primaria, con la ayuda de otros especialistas cuando sea necesario. Durante estas primeras fases, puede enviarse al paciente a la consulta de un nefrólogo para que lo evalúe y establezca un plan de acción A medida que progresa la NC, va cambiando el papel relativo de cada profesional médico, ya que el nefrólogo va encargándose progresivamente de la mayor parte de la asistencia al paciente. Se recomienda consultar, o realizar el tratamiento de forma conjunta, con un equipo de cuidados renales durante la fase 3, mientras que todos los pacientes deberán ser remitidos a un nefrólogo una vez que alcancen la fase 4 En la fase 5, cuando el paciente comienza el tratamiento de sustitución renal, el nefrólogo y el equipo de diálisis asumen la mayor parte de la asistencia al paciente, excepto para otros tipos de atención especializada (por ejemplo, oftalmología) Aunque la colaboración temprana de un nefrólogo en el tratamiento de los pacientes con NC se asocia a unos mejores resultados, las derivaciones en fases tardías continúan suponiendo un importante problema Entre los factores que pueden dificultar el tratamiento del paciente están: –Problemas relacionados con la enfermedad (p. ej., progresión rápida de la NC o ausencia de síntomas) –Factores relacionados con el paciente (p. ej., falta de comprensión, miedo, negación o no conformidad) –Factores relacionados con el médico (p. ej., falta de experiencia en enfermedades renales por parte de algunos MAP. Escasez de nefrólogos, que haga que los MAP deban asumir una mayor parte de la atención de los pacientes en prediálisis) –Problemas relacionados con el sistema sanitario (p. ej., políticas de reembolso del gasto sanitario)
Complicaciones de la NC
Generalidades
A medida que progresa la NC, el trastorno de las funciones excretoras y reguladoras de los riñones da lugar a complicaciones que afectan prácticamente a todos los sistemas orgánicos. Las complicaciones más frecuentes asociadas a la NC son hipertensión, anemia, dislipidemia, osteopatía, malnutrición, neuropatía, mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, trastornos funcionales y una reducción del bienestar La prevalencia y la gravedad de las complicaciones normalmente aumentan con una TFG <60 ml/min/1,73 m2 (es decir, a partir de la NC en fase 3). No obstante, algunas complicaciones (p. ej., hipertensión, anemia) pueden manifestarse relativamente pronto en el curso de la NC La prevención y el tratamiento de las complicaciones es esencial para ralentizar la progresión de la NC, mantener la calidad de vida de los pacientes y mejorar los resultados
Hipertensión
La hipertensión es tanto una causa como una complicación de la NC. Como complicación, la hipertensión (presión arterial >140/90 mm Hg) puede manifestarse incluso con ligeras reducciones de la TFG Los efectos adversos asociados a la hipertensión no controlada incluyen progresión acelerada de la NC, desarrollo precoz y progresión más rápida de la enfermedad cardiovascular y mayor riesgo de accidente cerebrovascular La presión arterial objetivo de los pacientes con NC es <130/80 mm Hg El tratamiento antihipertensivo comprende cambios en el estilo de vida y tratamiento farmacológico –Los agentes antihipertensivos utilizados para tratar la hipertensión incluyen inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA), bloqueadores del receptor de la angiotensina (BRA), betabloqueantes, alfabloqueantes, bloqueadores del canal del calcio y diuréticos –Los IECA y los BRA son los fármacos de primera elección. Además de disminuir la presión arterial, se ha demostrado que estos agentes reducen la proteinuria y ralentizan la progresión de la NC
Anemia
Aproximadamente una cuarta parte de los pacientes con NC en las primeras fases presentan anemia renal; la tasa de prevalencia aumenta hasta aproximadamente el 75% en la fase terminal, cuando se hace necesaria la diálisis. Otros autores consideran que esta cifra puede llegar hasta el 95% en los pacientes dializados. Se espera que la carga de la anemia renal aumente significativamente durante los próximos años mientras siga aumentando la incidencia de enfermedades como la diabetes, una de las principales causas de NC. La anemia es una complicación importante de la NC; por regla general, se presenta a partir de la fase 3 de la enfermedad, si bien puede manifestarse en fases más tempranas. La anemia consiste en la disminución de glóbulos rojos y hemoglobina en la sangre, que tiene como consecuencia una menor capacidad de ésta para transportar oxígeno La principal causa de anemia en pacientes con NC es la incapacidad de los riñones afectados para secretar la cantidad suficiente de eritropoyetina, una hormona que regula la producción de glóbulos rojos. Otros factores que pueden contribuir a la anemia son la deficiencia de hierro, la menor vida de los glóbulos rojos en presencia de uremia, la pérdida de sangre por análisis frecuentes y diálisis (en pacientes con NT), hemorragias gastrointestinales, hiperparatiroidismo grave, malnutrición proteica e inflamación La anemia causa fatiga y debilidad incapacitante, afecta a la función cognitiva y tiene un impacto negativo sobre la calidad de vida. Asimismo, contribuye al desarrollo y a la progresión de enfermedades cardiovasculares y se asocia a mayor tasa de hospitalización, mayor coste de la atención médica y mayor mortalidad en los pacientes con NC Los estudios realizados sugieren que el tratamiento de la anemia puede ralentizar la progresión de la NC Las guías europeas (European Best Practice Guidelines, EBPG) recomiendan realizar análisis de hemoglobina (Hb) a todos los pacientes con NC, independientemente de su causa o de fase en la que se encuentre –La hemoglobina es la medición estándar para evaluar la anemia. Deberá diagnosticarse la anemia, y se recomienda realizar más pruebas cuando la concentración de Hb sea < 13,5 g/dl en hombres y <11,5 g/dl en mujeres –La evaluación inicial de la anemia debe incluir un hemograma completo y estudios del hierro, que proporcionan información sobre la gravedad de la anemia, la adecuación de los nutrientes necesarios para la producción de glóbulos rojos y la función de la médula ósea –Una vez que se ha diagnosticado la anemia y se han descartado otras causas, excepto la deficiencia de eritropoyetina, suele tratarse a los pacientes con agentes estimuladores de la eritropoyesis (AEE) y suplementos de hierro –Los AEE son formas diseñadas genéticamente de eritropoyetina que imitan la acción de la hormona humana natural al estimular la producción de glóbulos rojos –El valor objetivo de Hb en pacientes con NC tratados con AEE es >_11 g/dl [hematocrito (Hct) >33%]
Dislipidemia
La dislipidemia es un importante factor de riesgo de enfermedad cardiovascular y una complicación habitual de la NC. La dislipidemia se refiere a una concentración anómala de lípidos (grasas) en la sangre incluyendo triglicéridos, colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad (HDL) (también llamado colesterol «bueno») y colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad (LDL) (también llamado colesterol «malo») La dislipidemia promueve la aterosclerosis, una enfermedad en la cual la placa cargada de colesterol se acumula en las paredes arteriales. La acumulación de placa produce un estrechamiento y una pérdida de elasticidad de las arterias que da como resultado un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y de ataque cardíaco Las EBPG recomiendan una evaluación y tratamiento precoces de la dislipidemia para reducir la incidencia de enfermedades cardiovasculares. Además, el tratamiento de la dislipidemia puede ayudar a mantener la función renal Los enfoques del tratamiento de la dislipidemia engloban una dieta con un contenido alto en fibra y bajo en grasas saturadas, pérdida de peso y fármacos hipolipidemiantes como las estatinas (p. ej., simvastatina y atorvastatina)
Calcio y fósforo
Los trastornos del metabolismo del calcio y del fósforo pueden manifestarse ya con la NC en fase 3 y dar como resultado hiperparatiroidismo secundario y trastornos óseos (osteodistrofia renal). Los riñones desempeñan un importante papel en el mantenimiento de la salud ósea al activar la vitamina D, que aumenta la absorción del calcio por parte de los intestinos y que excreta el fosfato sobrante en la orina –Con la NC, la falta de vitamina D activa y la retención de fosfato produce una deficiencia de calcio (hipocalcemia) y un exceso de fósforo (hiperfosfatemia) en la circulación. La deficiencia de calcio estimula la liberación de la hormona paratiroidea (PTH), que obtiene calcio de los huesos –Con el tiempo, las glándulas paratiroideas se hiperactivan y cada vez segregan mayores cantidades de PTH. Este trastorno, conocido como hiperparatiroidismo secundario, causa importantes daños óseos, que provocan dolor de huesos, deformidades y un mayor riesgo de sufrir fracturas –El hiperparatiroidismo secundario anula la eritropoyesis y contribuye a la anemia en los pacientes con NC. Por otra parte, promueve la calcificación vascular, que a su vez aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular Aunque la KDIGO no cuenta con recomendaciones específicas, las guías de la K/DOQI recomiendan realizar evaluaciones anuales del calcio sérico, el fósforo y la concentración de PTH cuando los pacientes con NC llegan a la fase 3 (TFG <60 ml/min/1,73 m2) Las estrategias para prevenir y tratar el hiperparatiroidismo secundario y los trastornos óseos abarcan la suplementación de vitamina D, la restricción del fósforo en la dieta, el uso de fijadores del fosfato (que reducen la absorción de fósforo de la sangre) y el uso de medicamentos que inhiben la secreción de PTH, como la vitamina D activa
Malnutrición
Los pacientes con NC corren el riesgo de sufrir malnutrición, asociada a una mayor morbimortalidad. Diversos factores de la NC aumentan el riesgo de malnutrición, incluyendo las restricciones de la dieta, los trastornos del metabolismo proteico y energético, los desequilibrios hormonales, la proteinuria, la pérdida de apetito y la sensación alterada del gusto relacionada con el empeoramiento de la función renal Una supervisión estrecha y el asesoramiento nutricional de los pacientes con NC a partir de la fase 3 puede ayudar a prevenir y a tratar la malnutrición
Neuropatía
La neuropatía se asocia habitualmente a la NC. Los síntomas relacionados con la disfunción nerviosa aumentan su frecuencia y gravedad cuando la enfermedad renal progresa hacia la fase terminal. Los síntomas neurológicos asociados a la NC reflejan la parte del sistema nervioso que se ha visto afectada –Los síntomas del sistema nervioso central asociados a una reducción de la función renal incluyen fatiga, dificultad para concentrarse, problemas de memoria y trastornos del sueño –Cuando están afectados los nervios periféricos, los pacientes pueden manifestar sensaciones anómalas como prurito y escozor y calambres o debilidad muscular –Los síntomas de neuropatía autónoma incluyen anomalías del ritmo cardíaco y variaciones de la presión arterial El desarrollo y la progresión de síntomas neurológicos pueden indicar la necesidad de iniciar un tratamiento de sustitución renal. Algunos síntomas pueden mejorar con la diálisis
Enfermedad cardiovascular (ECV)
La enfermedad cardiovascular es la principal causa de morbimortalidad en los pacientes con NC en cualquiera de sus fases. Las personas con NC son más propensas a morir de ECV que a desarrollar una insuficiencia renal. «Enfermedad cardiovascular» es un término genérico para referirse a las enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos. Las principales manifestaciones de enfermedad cardiovascular incluyen la cardiopatía coronaria, la enfermedad cerebrovascular, la vasculopatía periférica y la insuficiencia cardíaca congestiva El mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en los pacientes con NC da como resultado una elevada prevalencia de los factores de riesgo tradicionales y no tradicionales (relacionados con la NC)
Las medidas de reducción del riesgo adoptadas para prevenir la enfermedad cardiovascular pueden ayudar a demorar la progresión de la nefropatía La anemia es un importante factor de riesgo no tradicional (asociado a NC) para la enfermedad cardiovascular –La anemia hace que el sistema cardiovascular trabaje más para mantener la oxigenación normal de los tejidos. La mayor carga del corazón contribuye al desarrollo de hipertrofia ventricular izquierda (HVI) y al engrosamiento anómalo de la pared muscular del ventrículo izquierdo (la hipertensión también produce HVI) –La HVI es un importante factor de riesgo de cardiopatía isquémica, disritmias cardíacas, insuficiencia cardíaca congestiva y muerte súbita cardíaca Muchos pacientes con NC sufren una combinación de NC, anemia e insuficiencia cardíaca congestiva (síndrome de anemia cardiorrenal). –Estos trastornos se producen como complicación de otros y pueden exacerbarlos, creando así un círculo vicioso –Los beneficios de tratar la anemia ayudan a mejorar la función cardíaca y a preservar la función renal en pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva, por lo que ésta constituye un área activa de la investigaciónCalidad de vida
La NC tiene un impacto significativo sobre la calidad de vida de los pacientes, sus familiares y cuidadores. Las complicaciones de la NC, como anemia, malnutrición, osteopatía y neuropatía, así como los trastornos coexistentes como diabetes y enfermedad cardiovascular, afectan negativamente al funcionamiento y el bienestar de los pacientes La disminución de la TFG se ha asociado a debilidad, baja energía, escasez de apetito, trastornos de la marcha y de la capacidad para levantarse, ansiedad y pérdida de la sensación de bienestar. Los estudios también han documentado un escaso funcionamiento psicosocial, incluyendo tasas más altas de depresión y una menor actividad e interacción social en pacientes con NC Las guías destacan la importancia de evaluar regularmente el funcionamiento y el bienestar del paciente, así como el tratamiento de las complicaciones (p. ej., anemia) con el objetivo para mejorar los resultados y la calidad de vida de los pacientes con NC
Tratamiento del paciente con NC (fases 1-4)
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte prematura en personas con NC. Los pacientes con NC son más propensos a morir por una cardiopatía que a desarrollar una insuficiencia renal El control de la presión arterial y de las concentraciones de colesterol y de cualquier otro factor de riesgo que pueda existir constituye un importante objetivo del tratamiento El control de la presión arterial es un aspecto importante para los pacientes con NC. Entre los fármacos destinados a controlar la presión arterial se encuentran los inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA), los bloqueadores del receptor de la angiotensina II (BRA), los betabloqueantes y los bloqueadores del canal del calcio. Además de reducir la presión arterial, tanto los IECA como los BRA ayudan a reducir la proteinuria. Control de las complicaciones El control de las complicaciones asociadas a la NC conlleva el tratamiento de la anemia y de la osteopatía renal (osteodistrofia renal). A medida que se va perdiendo la función renal y que se produce menos eritropoyetina, los pacientes con NC van desarrollando anemia. La menor producción de glóbulos rojos da como resultado una menor concentración de hemoglobina en la sangre. Los síntomas de anemia, como la debilidad y la fatiga, suelen manifestarse en la fase 3. Con el fin de mantener las concentraciones de hemoglobina dentro del intervalo recomendado, debe añadirse un agente estimulador de la eritropoyesis (AEE) al régimen de tratamiento. Muchos pacientes desarrollan también una deficiencia férrica y requieren suplementos de hierro, además de un AEE Aunque los síntomas de osteodistrofia renal (como el dolor de huesos y articular) pueden no aparecer hasta que los pacientes lleven años dializados, los trastornos del metabolismo mineral comienzan relativamente pronto en el curso de la NC y pueden detectarse mediante análisis sanguíneos en los que se determinen las concentraciones de vitamina D y de hormona paratiroidea (PTH). La concentración elevada de PTH es el marcador más sensible y el primero en indicar anomalías del metabolismo óseo
Consideraciones relativas a la dieta
Las consideraciones acerca de la dieta del paciente en prediálisis dependen de cada paciente y se relacionan con nutrientes específicos. La dieta está en función del tipo y de la fase de la NC del paciente, de su peso y estado nutricional, su bioquímica sérica actual, sus enfermedades concomitantes (p. ej., diabetes, cardiopatía) y cualquier otra complicación que pueda presentar (p. ej., osteopatía, anemia) Los nutrientes objetivo engloban proteínas, fósforo y sodio. Deberá controlarse la ingesta calórica. Al contrario de lo que sucede con los pacientes dializados, no es necesario restringir los fluidos ni el potasio Los pacientes con NC e hipertensión y/o enfermedad cardiovascular necesitan un plan dietético muy específico. En Estados Unidos, por ejemplo, existe la dieta de los Dietary Approaches to Stop Hypertension (DASH): –Restringe la cantidad de sodio a menos de 2,4 g diarios –Es baja en grasas y colesterol –Incluye recomendaciones sobre proteínas, potasio y fósforo, que son menores para los pacientes con NC en fase 3 y 4 que en el caso de los pacientes con NC en fases 1 y 2
Tratamiento de sustitución renal
A medida que un paciente va aproximándose a la insuficiencia renal, deberán irse evaluando las opciones de tratamiento de sustitución renal. Dichas opciones son la diálisis y el trasplante. Las opciones de diálisis son: –Hemodiálisis (uso de un riñón artificial), que es la forma más habitual de diálisis. Se realiza normalmente en un centro de diálisis 3 veces a la semana durante 3-5 horas por sesión –Diálisis peritoneal (el uso del revestimiento abdominal como filtro natural), que suele aplicarse a diario en el hogar del paciente
Trasplantes
Los trasplantes renales restituyen la función renal sin necesidad de diálisis, aunque muchos candidatos a trasplantes comienzan su tratamiento de sustitución renal con diálisis mientras esperan un trasplante. Se ha documentado una mayor calidad de vida y una mayor supervivencia a largo plazo con la opción del trasplante frente a la diálisis. Algunos de los retos que implica el trasplante renal son: –Los pacientes con problemas graves de salud pueden no ser candidatos adecuados –Los pacientes deberán tomar potentes fármacos inmunosupresores de por vida para evitar el rechazo del riñón –Los órganos de los donantes se comparan con los de los receptores en espera mediante registros informáticos nacionales y regionales como el Collaborative Trasplant Study (CTS) La cirugía de trasplante renal implica la colocación de un nuevo riñón en la pelvis sin extraer los que están fallando. Algunos pacientes necesitan un período de diálisis antes de que el nuevo riñón comience a funcionar Las tasas de supervivencia son mayores en los pacientes trasplantados que en los dializados. La tasa de supervivencia a 10 años para los pacientes sometidos a tratamiento de sustitución renal es del 64% para los pacientes tras un primer aloinjerto renal y de tan solo el 11% para los pacientes dializados
Diálisis
La diálisis actúa mediante difusión para desplazar algunas sustancias de la sangre (donde las concentraciones de urea, creatinina y potasio son elevadas) a través de una membrana semipermeable del dializado (donde las concentraciones de estas sustancias son bajas). Las partículas de mayor tamaño que los poros de la membrana, como los glóbulos rojos y las proteínas plasmáticas, no la atraviesan La mayor parte (90%) de los pacientes de diálisis están hemodializados, mientras que el 10% restante recibe diálisis peritoneal La mayoría de los pacientes de hemodiálisis reciben el tratamiento en centros de diálisis, ya que muy pocos la reciben en sus hogares Las sesiones de diálisis se realizan tres veces a la semana durante entre 3 y 5 horas por sesión y requieren un importante compromiso de tiempo y desplazamiento por parte de los pacientes y de los cuidadores
Hemodiálisis
La hemodiálisis es mucho más común que la diálisis peritoneal. Requiere un lugar de acceso vascular que permita acceder al torrente sanguíneo del paciente. Los tipos de acceso vascular son: Una fístula arteriovenosa (AV) es la conexión quirúrgica de una arteria a una vena del brazo, lo que refuerza dicha vena. Las fístulas AV tardan varias semanas en desarrollarse y cicatrizar tras la intervención, pero tienden a durar mucho más que otros tipos de accesos. Son el tipo de acceso preferido porque tienen una menor probabilidad de formar coágulos o de infectarse Un injerto AV es un tubo de material sintético que se coloca entre una arteria y una vena. Los injertos AV pueden usarse al cabo de dos o tres semanas tras su colocación, pero tienden a plantear más problemas de coagulación e infección que las fístulas AV Los catéteres venosos se introducen en el cuello o en la ingle y normalmente se utilizan para accesos a corto plazo. Los catéteres venosos no son adecuados para su uso a largo plazo por los problemas asociados de infección, coagulación y estrechamiento de los vasos El aumento en el uso de fístulas se ha asociado a una disminución del uso de catéteres y de hospitalizaciones. Además, el acceso AV (fístula o injerto) puede reducir el riesgo de mortalidad en más de un 50%.
Proceso de la hemodiálisis
Además de por difusión, la hemodiálisis trabaja mediante ultrafiltración (el proceso mediante el cual se obliga a los fluidos y solutos a desplazarse a través de una membrana semipermeable desde un área de alta presión hasta un área de baja presión. El ultrafiltrado elimina los fluidos sobrantes (hipervolemia) Durante la hemodiálisis, los desechos y los fluidos sobrantes abandonan la sangre del paciente y entran en el dializado (el material que pasa por la membrana) dentro del dializador o riñón artificial –A medida que la sangre se desplaza por el circuito de diálisis, se añade heparina para evitar su coagulación, se monitoriza la presión en diversos puntos y se añaden fármacos i.v. antes de que regrese al organismo del paciente –El nefrólogo determina la composición del dializado. Los componentes que se modifican en función de las necesidades del paciente se encuentran el sodio, potasio, cloro, bicarbonato, calcio, magnesio y glucose
Diálisis domiciliaria
Las personas que reciben diálisis en su domicilio consideran que tienen un mejor control de su vida y del tratamiento porque pueden programar la diálisis en función de su trabajo, estudios u otras actividades. Además, las clínicas de diálisis a domicilio proporcionan servicios que ayudan a disipar las preocupaciones que puedan tener algunos pacientes acerca de la diálisis La hemodiálisis domiciliaria es una modalidad utilizada por un segmento muy reducido de la población dializada y que presenta ventajas y desventajas: –Entre las ventajas se encuentran la flexibilidad de programación, que permiten a los pacientes dializarse más a menudo y durante más tiempo, la no necesidad de desplazarse, el menor tiempo pasado en un entorno clínico y la posibilidad de que el paciente tenga un mayor control sobre su tratamiento. Por otra parte, la hemodiálisis domiciliaria le permite al paciente participar más activamente en el tratamiento y aumentar así sus conocimientos sobre la diálisis y la salud –Entre las desventajas se encuentran la necesidad de asistentes convenientemente formados, el hecho de que la responsabilidad que implica la diálisis domiciliaria puede resultar extenuante física y psíquicamente, que el paciente puede sentirse aislado fuera de la red de apoyo del centro de diálisis y la necesidad de espacio para guardar el equipo. La disponibilidad de equipos nuevos y más cómodos reduce estas desventajas
Diálisis peritoneal (DP)
La diálisis peritoneal utiliza la membrana peritoneal del abdomen como filtro para la sangre Se coloca un catéter de forma permanente en el abdomen. La solución de diálisis, que contiene glucosa para extraer los desechos, los solutos y el agua sobrante de la sangre, se suministra a través del catéter al abdomen. Posteriormente se sella el catéter, lo que permite mantener la solución en el abdomen. Varias horas después, se drena la solución del abdomen Existen dos tipos principales de DP: –Diálisis peritoneal ambulatoria continua (DPAC): realizada manualmente por el propio paciente a lo largo del día. Es el tipo más habitual de DP –Diálisis peritoneal en ciclos continuos (DPCC): realizada con la ayuda de una máquina que rellena y vacía el abdomen. La DPCC se realiza habitualmente entre tres y cinco veces a lo largo de la noche –Estos dos tipos de DP (DPAC y DPCC) pueden combinarse entre sí La diálisis peritoneal está indicada para los pacientes que prefieren este tipo de diálisis, que no desean someterse a hemodiálisis o que no pueden tolerarla (p. ej., en pacientes con enfermedad cardiovascular, dado que los cambios rápidos en los niveles electrolíticos e hídricos asociados a la hemodiálisis puede causar arritmias; pacientes con vasculopatía periférica grave que puedan tener oclusiones vasculares que impidan la colocación quirúrgica del acceso vascular, etc.) La DP está contraindicada en pacientes que hayan perdido la función peritoneal, que sufra trastornos psicológicos, neurológicos o físicos que les impidan realizarla (a no ser que se cuente con ayuda), que tengan problemas mecánicos abdominales (p. ej., hernias) o que presenten otras enfermedades (p. ej., enfermedad intestinal, obesidad mórbida y malnutrición grave.
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Categoría: Tratamientos en medicina
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