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Recuperación (sociología)
Recuperación es un concepto ideológico, aplicado a la sociología, nacido dentro de la filosofía del situacionismo. Este habla sobre la posibilidad siempre presente de que ideas y cosas socialistas revolucionarias o culturas anticonsumistas en teoría puedan ser incorporados a las lógicas del sistema de economía de mercado por medio de la comodificación (entrada a la lógica de mercancía) y la funcionalización dentro de la cultura principal. La estrategia principal para esto es el vaciar a algo de contenido y el adentrarlo en el sistema de la mercancía.
El mecanismo en marcha es descrito por Guy Debord en la siguiente forma: "cada mercancía, en la medida de su pasión, realiza de hecho en la inconsciencia algo más elevado: el devenir mundo de la mercancía que es también el devenir mercancía del mundo. Así, por una astucia de la razón mercantil, lo particular de la mercancía se desgasta combatiendo, mientras que la forma-mercancía va hacia su realización absoluta".[1]
Un ejemplo muy conocido de recuperación, para es la masiva exposición y uso comercial sin mensaje alguno de la imagen del Che Guevara. Otro ejemplo fue el los noventa la fama que lograría la banda de grunge Nirvana que provenía de orígenes underground pero que después ayudaría a una disquera a enriquecerse. El mismo Kurt Cobain, vocalista de la banda se llegó a quejar de la situación que habían provocado.
Contenido
La recuperación y las subculturas
A pesar de que las subculturas objetivamente se asocian a modas y rebeldías juveniles, a manera de un nicho de consumo alternativo,[2] existen algunos simpatizantes de estas que paradójicamente consideran o consideraron que las mismas representaban una "antimoda", contraria al consumo de mercado. Esta dicotomía de criterios, entre consumo alternativo y un supuesto o imaginario "anticonsumo" (racionalmente imposible), bien podría asociarse al debate sobre la pertinencia del concepto de "recuperación" aplicado a subculturas.[3]
La atención masiva de los medios de comunicación estadounidenses al movimiento hippie en el llamado Verano del amor causo molestias inclusive dentro de los mismos hippies, en pleno oleaje de esta moda, que estaban insatisfechos con el fenómeno de llegada masiva de jóvenes a San Francisco como mucho una creación de los medios de comunicación. En alguna forma algunos de ellos también quisieron denunciar la llegada de muchas personas a San Francisco con perspectivas limitadas a la fiesta y las drogas y poco alineadas con los valores más profundos en gestación como la no violencia y la creación de una sociedad alternativa. En sí, les molestaba la mercantilización de la moda hippie y su supuesta "recuperación" por el consumismo. También se rechazaba el escándalo mediático y la serie de productos lucrativos que algunos de ellos consideraban negativo para su movimiento.
La subcultura punk tendría sucesos ligados a este tema. El creador de los Sex Pistols, Malcolm McLaren tomaría conceptos situacionistas del arte, y estética del BDSM y los volvería rentables creando el grupo "inconformista". Años después afirmaría que concibió a The Sex Pistols con un solo propósito: enriquecerse hasta la locura, "y cuando me gasté todo el dinero repetí la fórmula con Bow Wow Wow. El escándalo vende".[4] Mientras tanto alrededor de su creación se gestó una subcultura supuestamente anticonsumista, antilucrativa, etc. que se tomó en serio, unos más y otros menos, que el punk era un fenómeno contestario hacia una "sociedad burguesa" y demás afirmaciones que se tomaban tan en serio lo que, en principio y final, fue una broma.
Debido a que sin comercialización, o sin modas juveniles, gran parte de las culturas no alcanzarían a difundirse;[5] la principal crítica de estos grupos no es en sí a la compra y venta y al lucro, en términos prácticos, sino a no ser o no poder ser independientes en la parte creativa y en algunos casos también en la parte administrativa. Por ello es que las subculturas no necesariamente contienen un propósito político o un proyecto social, ya que su eje es una crítica cultural a un supuesto "conformismo" de la vida común más no una búsqueda de justicia y libertad dentro de la vida común; eso lleva a sus críticos a afirmar que tales subculturas nunca han representado una alternativa política.
Recuperación alternativa o detournement
Por otro lado esta la experiencia de la banda anarquista Chumbawamba que después de realizar un disco para una discográfica internacional y hacer mucho dinero en esa situación, decidieron usar gran parte de ese dinero para causas ligadas a sus posiciones radicales y después se volvieron independientes de nuevo, ahora como empresarios autónomos y con mayores recursos monetarios. Así parte del dinero que recibieron de la corporación General Motors por el uso de una de sus canciones decidieron donarlo a organizaciones de izquierda extraparlamentaria como Indymedia y CorpWatch. Después sacaron un libretín titulado Sic - Adventures in Anti-Capitalism junto con su disco siguiente.
Aquí cabe pensar en el uso de la palabra recuperación por parte de algunas guerrillas de los setenta y ochenta las cuales llamaban recuperación más bien a lo opuesto a lo que llamaban la atención los situacionistas. Las guerrillas cuando robaban armamento al ejército nacional para sus acciones armadas o comida a supermercados y camiones repartidores para distribuir a los pobres llamaban a esto recuperación. En el léxico situacionista esto más bien podría ser llamado detournement o el usar algo creado para el mantenimiento del sistema económico-político vigente con fines emancipadores o subversivos.
Referencias
Véase también
- Detournement (lo contrario de la recuperación para los situacionistas)
- La sociedad del espectáculo
- Fetichismo de la mercancía
- Rebelarse vende
Enlaces externos
- La sociedad del espectáculo por Guy Debord
- "turning rebelion into money" (en inglés) Artículo que analiza la experiencia de los punk a la luz del concepto situacionista de la recuperación.
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