- Sabbat
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El sabbat[1] (del hebreo שבת, shabbat, "descanso") es el séptimo día, así como el día sagrado, de la semana judía.
El sabbat se observa desde el atardecer del viernes hasta la aparición de tres estrellas la noche del sábado. Según las prescripciones de la Torá, debe ser celebrado en primer lugar mediante la abstención de cualquier clase de trabajo. El sabbat es en el ethos judío, es una señal de la relación entre Dios y el pueblo judío. La celebración del sabbat está prescrita entre los Diez Mandamientos recibidos por Moisés.
Según el Génesis 2.2 (texto de la Biblia escrito aproximadamente en el siglo VII a. C.): «vaYshbot baYom haShevi'i» (‘Y en el séptimo día Dios terminó el trabajo que había hecho, y descansó [shevi]’).
Contenido
Origen
Etimología
Sabbat deriva del verbo hebreo shavát. Aunque con frecuencia se traduce como ‘descanso’ o ‘descansar’, otra traducción de estas palabras es ‘cesar [de trabajar]’. La palabra relacionada shevita, usada en el hebreo moderno con el significado de ‘huelga laboral’, tiene la misma consideración al referirse, más que a la abstinencia pasiva de trabajo, al acto de no trabajar. El concepto de cesación activa del trabajo también es considerado como más coherente con una actividad omnipotente de Dios el séptimo día de la creación.
Recordar y cuidar
En la versión de los diez mandamientos del Deuteronomio 5:12-15, la palabra «acuérdate» (zajor) es sustituida por «cuida» (shamor). De aquí se aprenden los dos principales elementos de la observancia del sabbat: recordarlo y honrarlo por medio de rituales y cosas placenteras; y cuidarlo por medio de la abstención de los trabajos prohibidos en él.
Actividades prohibidas
El Talmud, en el tratado «Shabat», capítulo 7, mishná 2, trae una lista de las 39 categorías de actividades prohibidas en sabbat. Éstas fueron establecidas poco tiempo antes de la aparición del cristianismo (periodo que los cristianos llaman intertestamentario).[2] Estas se derivan de los diferentes tipos de trabajo que eran necesarios para construir el Tabernáculo, conocidos como avot melajá. Estas son:
- plantar
- arar
- cosechar
- atar poleas acanaladas
- trillar
- aventar
- seleccionar
- moler
- tamizar
- amasar
- hornear
- trasquilar lana
- lavar lana
- batir lana
- pintar lana
- hilar lana
- tejer
- hacer dos lazos
- unir dos hilos
- separar dos hilos
- amarrar
- desamarrar
- coser
- romper
- atrapar un animal
- matar a un animal
- despellejar a un animal
- curtir pieles
- raspar pieles
- marcar pieles
- moldear pieles
- escribir dos o más letras
- borrar dos o más letras
- construir
- demoler
- apagar fuego
- prender fuego
- tocar un instrumento musical
- terminar la preparación de un utensilio nuevo
- transportar un objeto de áreas públicas a áreas privadas y vice-versa, o cargarlo 4 cúbitos o más en un área pública.
De estas categorías principales (avot) se derivan otras actividades similares (toldot), por ejemplo dentro de la categoría de hornear se derivan prohibiciones de cocinar, freír, etc. Aparte de las actividades prohibidas por la Torá, existen algunas prohibiciones de origen rabínico, como el utilizar o mover un objeto que se usa para trabajos prohibidos, al que se le llama muktze; y el pedir a una persona no judía que haga un trabajo prohibido dentro de ciertas circunstancias.
La primera aparición de la palabra «sábado» en la Biblia se encuentra en Éxodo 16:21-30, en relación con la milagrosa caída del maná antes de la llegada de Israel al monte Sinaí. Se nota aquí que Dios puso énfasis en la importancia del séptimo día de la semana como día de descanso, al proporcionar una doble ración en el día sexto y nada en el séptimo. Este «milagro» semanal comenzó el segundo mes después de la partida de los israelitas de Egipto (Éxodo 1, 14, 15), y duró 40 años, hasta el mes 1º (según Josué 5:10-12; cf Éxodo 12:2-11; 16:35), es decir, más de 2.000 sábados semanales sucesivos.
Esta es una de las muchas transcripciones del cuarto mandamiento:
Acuérdate del día sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, mas el sábado es el día de reposo del Señor tu Dios. No hagas ningún trabajo en él; ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días el Eterno hizo el cielo, la tierra y el mar, y todo lo que contienen, y reposó en el séptimo día. Por eso, el Señor bendijo el sábado y lo declaró santo.
Éxodo 20:8-11, versión Reina Valera, 1960.En el monte Sinaí, Moisés dijo que Dios había prescrito la observancia del reposo del séptimo día con las palabras del cuarto mandamiento del Decálogo (Éx. 20:8-11). La palabra «acuérdate», con que comienza el mandamiento relativo al sábado, no quiere decir que la observancia del cuarto mandamiento es más importante que la de los otros 9, porque todos son iguales (Jos. 2:8-11; Stg. 2:10,11). El pueblo de Dios tenía que «acordarse» del sábado porque «en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día». (Gn 2:1-3,He 4:4) Quizás con esto le estaba diciendo al hombre que ese día era un monumento recordativo del Creador y de la creación.
Aparte de los sábados semanales (Levítico 23:3) la Biblia menciona que había 7 shabats ceremoniales por año, diseminados a lo largo del calendario litúrgico:
- 1 y 2) Los días primero y último de la fiesta de los panes sin levadura (vs 7, 8).
- 3) El Pentecostés (v 21).
- 4) El primer día del séptimo mes (v 24).
- 5) El Día de la Expiación (v 27). 6 y 7.
- 6 y 7) Los días primero y último de la fiesta de las Cabañas (vs 34- 36).
Los shabats ceremoniales podían caer en cualquier día de la semana, y de vez en cuando coincidían con el sábado semanal. Además de los sábados semanales y anuales, cada 7 años había un año sabático, durante el cual no se trabajaba la tierra (25:3-7). Cada 50 años se proclamaba un jubileo, que duraba un año, durante el cual las propiedades volvían a sus dueños originales.
La preeminencia del sábado sobre los demás días de la semana se acentuó en el ritual del antiguo tabernáculo y del templo mediante la ofrenda de un cordero adicional (Números 28:9, 10) y de la renovación en ese día de los panes de la proposición (Levítico 24:5-8; 1 Cr. 9:32). De acuerdo con la ley levítica, la sanción que merecía la violación del sábado era la muerte (Ex. 31:14-16), y a lo menos se registra un caso de ajusticiamiento de alguien que violó el sábado voluntariamente (Números 15:32-36).
Violación del sabbat
Cuando los israelitas fueron cautivos de los babilonios, creyeron que era un castigo divino por algún pecado grave, y supusieron que había sido la violación del shabat (Libro de Jeremías 17:19-27). Tal como Jeremías, el profeta Ezequiel se lamentaba porque en sus días el sábado era ignorado en gran medida (Ez. 20:12-24; 22:8; 26:23, 38). Al escrutar el futuro, Isaías previó la conversión de los gentiles y prometió una bendición para quienes guardaran el sábado (ls. 56:2-6; cf 58:13). Después del cautiverio los judíos cayeron de nuevo en el descuido con respecto a la observancia del sábado, y Nehemías impulsó una reforma con el fin de fomentar dicha observancia (Nehemías 10:31-13:15-22).
Honrar el sabbat
Hay varias maneras de honrar el sabbat. Una de ellas es consagrarlo a su principio y su final. La kidush de la noche del viernes y la havdalá de la noche del sábado.
La havdalá se recita después de haber terminado el sabbat el sábado por la noche. Asimismo se recita sobre vino y se bendicen especias (comúnmente canela o clavo), así como una vela. Habiéndose concluido la havdalá, no se procede a la bendición del pan, pues no necesita decirse al principio de una comida.
Otro mandamiento, de carácter rabínico, para honrar el sabbat es el encendido de velas antes de iniciar el sabbat, el viernes por la tarde. Este mandamiento fue hecho preferentemente para la mujer, aunque en caso de no haber ninguna mujer en la casa puede hacerlo un varón. Se acostumbra prender un mínimo de dos velas, aunque se llegan a prender más según diferentes costumbres.
Otras maneras de honrar el sabbat es comiendo y vistiendo de una manera agradable. Se suele comer pescado, así como carne en las comidas de sabbat y comida caliente (que se ha dejado calentando desde antes del sabbat según las leyes apropiadas). Se acostumbra comer 3 comidas en sabbat (a diferencia de la costumbre de comer 2 comidas al día en la antigüedad). Para cumplir con este precepto se prepara una comida ligera llamada seuda shelishit (tercera comida) en hebreo o bien shalosh seudos en yidis. En las comidas de sabbat se acostumbra a cantar canciones tradicionales llamadas zemirot, así como canciones jasídicas.
Se suele usar ropa limpia en sabbat, y antiguamente se acostumbraba a usar prendas blancas. Hoy en día esto es inusual. Los varones jasidíes visten de manera especial, con un sombrero de piel llamado shtraimel y un saco largo de seda llamado bekishe. En algunas otras comunidades se usa vestimenta formal.
En los judaísmos conservador y reformista
En teoría el judaísmo conservador difiere muy poco del ortodoxo en lo que refiere a la observancia del sabbat. Por muchos años, el movimiento conservador permitió, a diferencia de la ortodoxia, el viajar en automóvil para trasladarse a la sinagoga cuando la distancia era demasiado grande, aunque esta postura ya ha sido retractada. El judaísmo conservador, a diferencia de los ortodoxos, autoriza el uso de luz eléctrica argumentado que no involucra fuego, lo que sí tiene cierto precedente en la Halajá. A su vez el movimiento reformista reconoce la observancia del sabbat ortodoxo, solo que cada individuo puede decidir si seguirlo o no.
Importancia del sabbat
La práctica del sabbat es una de las más representativas costumbres judías. El sabbat, lejos de ser solo un día dedicado al rezo, es un día de descanso y, potencialmente, de enriquecimiento espiritual. El famoso escritor polaco Ajad Ha'am dijo: «Más que guardar Israel el sabbat, el sabbat ha guardado a Israel».[cita requerida]
Con el correr del tiempo, la práctica y conservación del sabbat se hizo el símbolo para el cuidado de los preceptos del judaísmo. Durante la larga historia del pueblo judío, los judíos han enfatizado el cuidado del sabbat. Aun así el sabbat se puede violar para salvar la vida, por lo que algunas acciones normalmente prohibidas se permiten a personal médico, servicios de seguridad y en ocasión de una emergencia.
El sabbat en el mundo no judío
Tomando como base al judaísmo, se aceptó la idea de un día de descanso y observancia religiosa en las otras religiones monoteístas, aunque sea el domingo en el caso del cristianismo o el viernes en el caso del islam. Si bien el sábado cristiano y el sabbat judío mantienen cierta similitud, no es correcto pensar que son lo mismo. En español, sabbat puede entenderse como sinónimo del sábado. De hecho el término proviene del latín sabbatum, y éste su vez del hebreo shabbat. Para los Adventistas del Séptimo Día el sábado no ha dejado de ser el «día de reposo»:
El bondadoso Creador, después de los seis días de la creación, descansó el séptimo día e instituyó el sábado para todas las personas, como recordativo de la Creación. El cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la observancia de este sábado del séptimo día como día de descanso, adoración y ministerio, en armonía con la enseñanza y práctica de Jesús, el señor del sábado.[3]Es muy importante recordar que el cristianismo tiene su base en el judaísmo, y que Jesús guardaba el sábado. El mismo apóstol Pablo iba los sábados a las sinagogas en sábado para ganar discípulos a Cristo.
Además de las reuniones que eran hechas en sábado había reuniones en otros días donde se presentaba la predicación del evangelio a los gentiles. De esto atestigua Hechos de los apóstoles 20:7.
Hay un gran cuerpo de legislación sobre el descanso dominical lado a lado con la eclesiástica. Comienza con un edicto de Constantino, el primer emperador cristiano, quien prohibió a los jueces celebrar sesiones y a la gente trabajar en domingo. Él hizo una excepción a favor de la agricultura. El violar la «ley del descanso dominical» era castigada por la legislación anglosajona en Inglaterra como otros crímenes y delitos menos graves.[4]
Notas
Cuenta la tradición que al entrar el Shabat el judío recibe un espíritu agregado, "Neshama ieterá" que lo acompañará durante toda la jornada sabática y retornará con la llegada del próximo Shabat. El judío se prepara para el Shabat, su casa reluce, la cena está preparada con anterioridad, el espíritu sabático se percibe en todos sus sentidos. Al caer la tarde del viernes, todos están bañados y limpios, con ropas festivas, listos para recibirlo. La bendición de las velas en el hogar por parte de las mujeres de la familia marca la entrada del Shabat y su dimensión. Para comprender el verdadero significado del Shabat y la fuerte "atracción" que éste ejerce sobre un judío, debe vivirse.
- ↑ «sabbat», Diccionario de la lengua española (vigésima segunda edición), Real Academia Española, 2001, http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=sabbat, consultado el 19 de septiembre de 2010
- ↑ Siegfried H. Horn, y Don F. Neufeld (editor): Diccionario bíblico adventista del séptimo día (pág. 1018), en español. Asociación Casa Editora Sudamericana, 2002); ISBN 950-573-530-8.
- ↑ Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (2006). «Creencias fundamentales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día». Consultado el 2008.
- ↑ Enciclopedia católica (2000). «Domingo». Consultado el 2009.
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Sabbat. Commons
- AishLatino.com
- Jabad.org.ar (Jabad Lubavitch Argentina).
- JudaismoVirtual.com (respuestas sobre el shabat).
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