Arleen Augér (nacida JOYCE ARLEEN AUGÉR) eminente soprano coloratura norteamericana (nacida el 13 de septiembre de 1939 en South Gate, California, fallecida el 10 de junio de 1993 en Barneveld, Leusden, Países Bajos) Sepultada en Ferncliff Cemetery and Mausoleum de Hartsdale (New York).

Arleen Augér desarrolló una de las carreras artísticas más fecundas en la historia de la música vocal. Comenzó a cantar desde los dos meses de edad, mucho antes de empezar siquiera a hablar, incluso a caminar. De niña inició su instrucción musical recibiendo una sólida formación en el piano y el violín, y mientras duraron sus primeros estudios fue solista vocal en su escuela, cantando en ocasiones sociales, celebraciones comunitarias y servicios religiosos; distinguiéndose ella misma como conductora de la enorme orquesta que existía en su colegio.

Terminado el bachillerato, ingresa a California State University en Long Beach, en la que obtiene su título de Bachiller en Artes y Pedagogía en 1963. Luego de su graduación se dedicó a enseñar a niños de kindergarten y de nivel primario. Entre 1965 y 1967 estudia canto con Ralph Errolle en Evanston, Illinois. Arleen Augér regresa posteriormente a Los Ángeles donde participa en la competencia vocal "Victor Fuchs 1967" en la cual se alzó con el primer premio de canto, el premio incluía un viaje a Viena y algunos modestos compromisos para cantar en recitales y conciertos.

Equipada con tan sólo dos arias de coloratura y no sabiendo palabra alguna en idioma alemán, a los pocos días de su arribo a Viena fue "descubierto" inmediatamente, su talento, por los empresarios de la prestigiosa Wiener Staatsoper, quienes le ofrecieron de inmediato contrato de trabajo. Su debut fue en el rol de la Reina de la Noche (Köninging der Nacht) en "Die Zauberflöte", de Wolfgang Amadeus Mozart; bajo la batuta de Josef Krips, papel que le valió que la importante casa operística alargara su contrato por siete años más. Arleen Augér comenzó su vertiginosa carrera como solista, cantando por todo el continente europeo, conservando siempre su fiel afición al trabajo de recital.

En 1969, Arleen Augér realizó su debut en el nuevo continente, cantando el difícil papel de la Reina de la Noche de la mozartiana "Die Zauberflöte" en el New York City Opera. Su aclamado debut en el Metropolitan Opera House fue como Marzelline en el Fidelio de Beethoven, bajo la dirección de Karl Böhm.

Maestra de excepcional talento y dedicación, Arleen Augér procuró siempre tiempo para sus jóvenes pupilos. Desde 1971 enseñó canto en la renombrada Göthe Universität de Franckfürt am Main, Alemania, una posición no muy conveniente para una artista de origen americano, plaza donde se mantuvo hasta 1977. Fue muy importante para ella, dentro de su apretada agenda, el tiempo que dedicó a la enseñanza y a impartir clases magistrales.

Durante su ilustre carrera, Arleen Augér apareció en más de sesenta fastivales de Europa, Norteamérica y Asia. Su devoción por la música sacra es legendaria en la historia de la música mundial, atesorando incontables actuaciones, especialmente junto a su colega y amiga, la directora Blanche Moyse en The New England Bach Festival de Vermont (Eugene, Oregon) dirigida por Helmuth Rilling y el toque místico que aportó su presencia en el Bethlehem Bach Festival de Pennsylvania en el cual colaboró con su director Greg Funfgeld.

Arleen Augér realizó trece giras mundiales de concierto, siendo cotizada como solista por la pureza de su voz, llamada por muchos como una "cualidad luminosa" y su inteligencia musical. Trabajó junto a afamados directores, entre ellos: Abbado, Bernstein, Böhm, Chailly, Haiting, Hongwood, Maazel, Masur, Muti, Ozawa, Pinnock, Rattle, Rilling, Solti y Tennstedt; y estrenó obras de compositores contemporáneos como Alfred Heller, Richard Hundley, Ned Rorem, Libby Larsen y Judith Zaimont. Fue acompañada por pianistas de la talla de Dalton Baldwin, Steven Blier, Irwin Gage, Murray Perahia, Roger Vignoles y Brian Zeger.

En la edición del New York Times del 14 de septiembre de 1986 Bernard Holland reseñó "Estamos frente a una intérprete que ama cantar por todos los buenos motivos que la mueven", Arleen Augér fue siempre bienvenida en las más prestigiosas salas de concierto y casas de ópera llegando a convertirse en una figura querida y familiar en los bastiones más relevantes de la música mundial: La Scala di Milan, el Metropolitan Opera House de New York, en la Wiener Staatsoper, el Carnegie Hall, el Avery Fisher Hall, Le Châtelet de París, el afamado Concertgebouw de Ámsterdam, en los Wingmore y Royal Festival Hall de Londres, en el Teatro Bolshói de Moscú... La lista sería interminable.

Arleen Augér es, sin dudas, una de las voces más reconocidas de todos los tiempos. Su discografía sobrepasa las doscientas grabaciones que atestiguan su genialidad artística. Su extenso currículum musical va desde la magistral interpretación de todas las Cantatas (con parte para soprano) de Johann Sebastian Bach; hasta las obras de Arnold Schönberg. Mérito que la laurearon en numerosos premios de honor, entre ellos se incluyen el "Orphée d´Or", el "Deutscher Schallplattenpreis", el "Grand Prix du Disque", el premio con ovación del Mumms Champagne, numerosas preseas en los Edison y un Grammy en edición póstuma.

Su interpretación perfecta de la obra que le aportó su sello distintivo, el motete religioso "Exsultate Jubilate" de Mozart, durante la boda real el 23 de julio de 1986 del Príncipe Andrés de Inglaterra con Sarah Ferguson en la Abadía de Westminster, la cual fue vista y escuchada por más de 700 millones de expectadores en el mundo; haciendo manifiestas sus dotes vocales, su arte impecable y su maestría interpretativa, siendo así la primera intérprete norteamericana en cantar en una boda real.

Arleen Augér fue una gran intérprete de la música sacra, en especial de Bach, Händel y Mozart. Se reconoce el mérito de grabar (dir: Helmuth Rilling) las más de doscientas cantatas de Bach, aun sin hablar el idioma alemán. En enero del año 1988 realiza una histórica grabación del oratorio "El Mesías" (The Messiah) de George F. Händel en la que intervinieron grandes solistas como Anne Sofie Von Ötter, esta vez bajo la dirección de Trevor Pinnock.

Su impecable técnica y su brillante coloratura ha sido documentada en más de doscientas grabaciones. Fue estrella invitada en numerosos conciertos por el bicentenario de la muerte de Mozart, realizando grabaciones televisivas bajo la batuta de Leonard Bernstein de la Gran Misa en do menor, junto a su compatriota y colega, la mezzo-soprano Frederica Von Stade; cantó también, la célebre Misa de Réquiem en re menor, esta vez bajo la dirección de Sir Georg Solti; en la Catedral de San Esteban de Viena, el 5 de diciembre de 1991, bicentenario de la muerte del compositor junto a su joven alumna y admiradora, Cecilia Bartoli (mezzo-soprano), el tenor Vinson Cole y el bajo René Pape. Esta fue, quizás, la última presentación en vivo de la artista y la última obra de Mozart que grabó.

En febrero de 1992 le fue diagnosticado un tumor cerebral en el lóbulo parietal derecho, un examen posterior a la intervención confirmaría el diagnóstico: glío-blastoma, un tumor altamente maligno. Luego de esta cirugía, Arleen Augér fue sometida a una intensa terapia con radiaciones en el lugar dañado para tratar de revertir el cáncer. Durante todo el proceso de su enfermedad se retiró a vivir en Barneveld, en Holanda.

Para el mes de agosto del propio año los médicos le pronosticaron -debido a su condición-, de cuatro a seis meses de vida. Continuando con su valiente y digna lucha contra el cáncer se sometió a dos intervenciones quirúrgicas posteriores que agravaron mucho su ya resquebrajada salud. Más tarde, en el mes de marzo de 1993 su condición física comenzó a declinar progresivamente hasta que cayó en un coma profundo del cual nunca más regresó. Tenía 53 años de edad.

Se casó en dos ocasiones y se divorció en ambos casos. Murió tempranamente, antes de sus padres y su hermano.

La muerte prematura de Arleen Augér no ha desvanecido su carrera ni su presencia: fue y sigue siendo amada y admirada en el mundo entero. Su cálida delicadeza vocal, su técnica depurada y su visión artística le han valido el mérito de "la voz de cristal". Según el crítico musical Tim Page, "Será eternamente recordada como esa clase de artista que no sólo trabajó para aportarle placer a la audiencia, sino para dotar de instrucción a sus colegas... Como paradigma, sostuvo una carrera ejemplar... Ella cantó por más de un cuarto de siglo música de la mejor calidad con su hermosa voz, sin llegar a defraudar jamás el gusto del público. Arleen Augér fue una artista consagrada y firme hasta el final."

Se celebró un servicio póstumo In Memoriam en la Frank E. Campbell Funeral Chapel en New York donde se interpretaron obras de Bach, Mozart, Fauré, entre otros clásicos en las voces de importantes cantantes de la altura de Renée Fleming y Karen Holvic. Sus restos descansan actualmente en el Ferncliff Cemetery and Mausoleum de Hartsdale (New York); donde yacen otros no menos famosos de la talla de Béla Bartók, Michel Fokine y Judy Garland entre otras personalidades.

Referencias

• LENIER PERNAS RUIZ (La Habana, Cuba, marzo de 2008)

Enlaces externos

• Exultate jubilate de Mozart en Salzburgo