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Zarape
El zarape es una prenda de la indumentaria tradicional masculina mexicana generalmente de colores vivos y con patrones o diseños generalmente un tanto predecibles. Se le puede portar con elegancia y es relativamente el equivalente masculino del rebozo de las mujeres. El zarape es una parte de la vestimenta característica de "lo mexicano", es decir, del estereotipo de lo nacional, junto con el sombrero, que une tradiciones mesoamericanas y europeas de tejido, además de temas prehispánicos y coloniales. En la actualidad ha perdido su confección rústica y tradicional pero, aunque se elabora empleando máquinas sofisticadas en la industria textil, siempre han conservado su toque cultural.
Generalmente se fabrica de lana, fibra que mantiene el calor más eficientemente, pero también se teje de algodón. El grosor del hilo escogido para el tejido, así como su material, la elaboración misma de cada nudo necesario y el tamaño final del zarape, son variables que influyen en el peso final del zarape, y también en la sensación que da como un material fácil de manejar.
Es tradicional de varias partes de México, como en Saltillo. De hecho, fueron colonizadores de origen tlaxcalteca quienes llevaron el zarape a Coahuila de Zaragoza y Zacatecas.
Suele comparársele con un poncho mexicano sin gorro, y se le conoce con distintos nombres en todo el país, tales como: tilma, chamarro, cotón, cobija o frazada. También se le conoce como gabán, pero puede decirse que esta última denominación es errónea, pues el zarape no tiene un apertura central para meter la cabeza.
Sirve de abrigo, cobija, cubrecama, mantel o capote. También adorna muros y pisos, a modo de tapiz o alfombra. Otro uso es el de ponérselo al caballo antes de subir la silla de montar. Y en el pasado, durante riñas, servía también como práctico escudo, especialmente como estorbo contra objetos punzocortantes.
Historia
Mediante una investigación a unos antiguos tejedores, el Sr. Fernando Ramírez H. del pueblo de Teocaltiche, Jalisco, Mex. Ha podido hacer el siguiente escrito sobre el verdadero origen del ZARAPE, tan conocido en el mundo entero como DISTINTIVO de Teocaltiche, y México en cualquier parte del mundo. En su primer visita que hizo nuño Nuño de Guzmán a Teocaltiche, se encontró que cultivaban el algodón y fabricaban sus cobijas y sus telas para cubrir parte de su cuerpo *Notación asentada en Información descriptiva de Teocaltiche, hecha por su Teniente de Alcalde Mayor Hermano Gallegos, 1585. Fue así como los autóctonos se iniciaron en el zarape, buscando darle mayor colorido, con tintes que obtenían de insectos, tales como la cochinilla, que abundaban en los nopales de la región.
Ya en los años 1800, un hombre denominado Domingo Hernández, así como su padre Agapito Hernández, perfeccionaban el telar para poder trabajar los tejidos de lana y algodón. Los recoberos de aquella época, fabricaban los rebozos en forma rústica, viendo como los obrajeros del tejido de lana se perfeccionaban, y podían tejer más cómodamente y rápido, ellos mismos idearon una lanzadera con el objeto de poder trabajar mejor. Se encontraban en competencia, ambos tejedores, se interesaban en tejer mejor, y se daban el lujo los tejedores de lana de surtir de zarapes y cobijas a toda la región.
A mediados del siglo, durante la intervención Francesa, un Jefe Político Miguel Kailer que fue duro con el pueblo, y nunca tuvo amigos, sólo hizo amistad con Agapito Hernández, dándole ideas para mejorar los telares, las lanzaderas, teniendo conocimientos sobre tejidos, adquiridos en su cuidad natal, les ayudó para que establecieran una pequeña fábrica de zarapes, rebozos, jorongos, mantillas y cobijas.
Transcurridos los años de 1870 a 1900, en los que destacaron en el arte del zarape y otros tejidos, por su colorido, textura y apariencia, fue el Sr. Manuel López López, que formó una gran familia de Tejedores heredando sus conocimientos a su hijo Severo. Dn. Severo López, el que inculcó a su familia el amor a los tejidos, casó con una señorita, Doña Dieguita Arámbula, originaria de la Hacienda de las Juntas, mujer sumamente hacendosa que tejía en los telares el zarape en una forma maravillosa, la que enseño a sus hijos a tejer, motivo por el cual esta mujer se puede considerar como un pilar importantísimo en la fabricación de zarapes.
Los hijos de ese matrimonio, Pablo, Catarino, Pedro, Anselmo, Ma. del Refugio, Ma. Concepción y Patrocinio López Arámbula.
Toda la familia se dedicó a la fabricación de tejidos de lana, pero en lo particular el zarape. Durante la época que estuvo viviendo la familia unida en Teocaltiche, ocuparon un lugar importante en la ciudad en la fabricación del zarape. Posteriormente, Pablo López Arámbula se estableció en Aguascalientes en la Calle de Guadalupe, fábrica en la que tuvo problemas laborales, y finalmente se estableció en la ciudad de México, con una fábrica de cobijas y regenerados.
Anselmo López Arámbula se estableció en San Pedro de las Colonias, Coahuila, al regresarse de los Estados Unidos, en donde estuvo de instructor de tejidos; posteriormente se estableció en Aguascalientes fundando la Fábrica de Tejidos "LA INDUSTRIAL", que actualmente la manejan sus hijos con el nombre de "LADISA"
Entre los discípulos de Manuel López podemos contar con los señores Fermin y J. Refugio Alvarado, quienes trabajaron como obreros, haciendo viajes a la frontera, llevando zarapes, intercambiando productos, tintas, y sustancias para curtiduría, los que vendían en esa población, así como en Nochistlán y Mexticacán. Fermin y Refugio Alvarado, empezaron a tener relaciones tanto comerciales como familiares, y hacían intercambio con productos hechos en Teocaltiche, como ajuares para mulas, zarapes, hasta que al final de los años Fermin Alvarado se casó en Saltillo, siendo ayudado por el suegro para que estableciera su negocio en esa población, empezando a hacer los zarapes, mismos que denominaron de Saltillo, por lo cual se cree que el zarape es originario de Saltillo, lo cual, es incorrecto.
José Maria Romo fue contratado por la familia Alvarado para que se fuera a Saltillo de tejedor, en donde desarrolló su vida.
Refugio Alvarado, hijo de Fermin, ocupó la presidencia de Saltillo.
De esta familia sólo uno de los descendientes conserva una pequeña fábrica de zarapes, que se han denominado de Saltillo y en que en algunas ocasiones han fabricado retratos tejidos. Cuando los señores Alvarado se separaron de Agapito Hernández, ya en el obraje había muchas personas que trabajaban perfectamente los telares, según comentó el Sr. Basilio Rosas, zarapero viejo, que ya murió, quien indicó que fácilmente se pueden identificar los zarapes hechos en Teocaltiche, con los fabricados en otras regiones, ya sean de Texcoco, San Andrés, Saltillo, que aunque todos ellos su origen fue en Teocaltiche, han modificado su estilo, distinguiéndose en que los fabricados en Teocaltiche tienen hasta diez sombras, mientras que los hechos en las otras partes sólo cuentan con cuatro sombras, no por que no los pudieran hacer iguales, sino por que la variación de sombras, aumenta el costo de las materias primas, así como el costo del tejido, y es mayor el trabajo.
Otro de los discípulos de Agapito Hernández, fue Sixto López quien estuvo trabajando por algún tiempo en Teocaltiche, ofrecíendole un trabajo en la Industrial La Aurora, establecida en la Hacienda de San Ignacio, cercando a Aguascalientes, en donde llegó a ser Jefe de Tejedores. Posteriormente se estableció juntamente con toda su familia en la población de Encarnación de Díaz, Jalisco, donde aún existen tejedores de zarapes.
Inocencio Herrera García, nativo de esta ciudad quien vió la luz primera el 28 de diciembre de 1898; fueron sus padres Dn. Nicolás Herrera, Maestro de tejidos, siendo Presidente Municipal Dn José María Villalobos, estableció una escuela de tejidos en 1861, recibiendo sueldo del ayuntamiento. Su madre Aleja García, originaria de Río Chico, de éste municipio. Se inició en los tejidos en Teocaltiche, trasladándose a la muerte de su padre a Aguascalientes; trabajó en la fábrica La Aurora, donde la mayor parte de la producción, se destinaba exportada a Inglaterra. Las piezas con ese destino debían de ser de colores fuertes, azul o rojo. Fué instructor en tejidos en la escuela Federal de Guadalupe, Zacatecas, estando la dirección de la misma a cargo del Coronel Francisco Alzate en el año de 1918. En esa población, un discípulo de la mencionada escuela, Francisco Ruelas, así como su hermano Roberto Ruelas, establecieron un taller de zarapes, que aún conserva su hijo del primero de ellos de nombre J. Encarnación Ruelas Padilla, quien ha hecho algunos retratos siguiendo la escuela nacida en esa población. Así mismo se encuentran establecidos algunos discípulos de la escuela de Tejidos de Guadalupe, Zacatecas, en la población de Ojo Caliente, Zacatecas.
Entre los tejedores que salieron de Teocaltiche, se encuentra el Industrial de Aguascalientes, Dn. J. Jesús Rivera Franco, nacido en este terruño, hijo de la Sra. Epigmenia Franco y el Industrial tejedor Gabino Rivera. En la actualidad es propietario de 10 fábricas de distintos tejidos e hilados, en ellas se fabrican los famosos cobertores SAN MARCOS, toallas, alfombras, hilo, telas para tapicería de alta calidad y en fin, un sin número de artículos, siendo las mencionadas fábricas, un modelo regional en su dirección.
Dn. Jesús Rivera Franco, es el director general, y sus hijos son los administradores herederos de un Gran Tejedor de zarapes.
Isidoro Aguayo que también cuenta con fábrica de sweters en Aguascalientes, al igual que los hermanos Márquez, todos ellos iniciadores del tejido del zarape en esta población ALTEÑA.
Todas las industrias o cualquier trabajo sobre todo en esta población se ha desenvuelto con muchos trabajos, inicialmente por el abandono de los gobiernos del centro, y posteriormente con los trastornos naturales los cambios de gobierno en las épocas Revolucionaria, la concentración ordenada por los gobiernos estatales. La Revolución denominada Cristera, etc., hicieron que la población de Teocaltiche sufriera cambios que trastornaron grandemente, y no sólo su economía sino también socialmente.
Nuevas generaciones han venido a germinar en este suelo, y el pueblo que nunca ha querido doblegarse, empieza una nueva forma de vida en Teocaltiche, iniciándose su época de oro, en los años de 1930 a 1945, existieron infinidad de tejedores, ocupaban un sin número de gentes, llegando a ser la principal actividad industrial en la región, siendo lo más importante que era la mejor remunerada.
Entre los pioneros de esos años podemos mencionar a Dn. Jesús Ramírez Silva, Gabriel y Alejo Morán, Raúl y Salvador Ríos así como a sus hermanas Catalina y Jesusita, Ángel Morán que formó un taller, trabajando 40 telares, y una producción considerable de zarapes, Francisco e Isidoro Alvarez, J. Guadalupe Serna, Romualdo Martínez, Francisco Iñiguez, J. Jesús García "El Chory", Raúl Delgado, Antonio Córdoba, Arcado y Guadalupe Raymundo, Benjamín, Efrain, Roberto y Bernardino López.
Logró la mayor producción J. Jesús Ramírez Silva, quien llegó a tener 100 telares, y con un total mayor a 1,000 zarapes diarios de tamaño regular. La propaganda comercial, iniciada por el industrial J. Trinidad Herrera González, bajo la ayuda económica del Industrial Dn. Francisco Javier Sauza, hizo que abrieran nuevos campos a la industria.
Actualmente existen en Teocaltiche algunos talleres prácticamente familiares, que con muchos trabajos para para conseguir la materia prima han podido subsistir, siendo algunos de ellos Ramón Alonso, Ángel Muñoz que cuenta taller formal, Silvestre Ortíz, Pedro Cuevas, y otros muchos trabajan por su cuenta, así como un pequeño taller que aún conserva la familia Herrera, fundado por José Trinidad Herrera González
El zarape, una artesanía mexicana originaria de Teocaltiche, que se encuentra en Rusia, Alemania, Japón, Suecia y en fin en todo el mundo, se identifica inmediatamente el arte textil mexicano, por lo que puede considerarse como un signo de mexicanidad. En el Museo Británico de Londres se encuentran unas piezas tejidas de zarapes hechos en Teocaltiche, México, dándoles similar importancia a piezas hechas en Edimburgo, Escocia.
Es así como una industria que podemos considerar la más antigua de la República Mexicana y que ha recorrido todas las partes del mundo, dándole fama muy merecida a los artesanos mexicanos, cuya industria se iniciara en esta tierra CAXCANA.
No se pasan por alto la industria Teocaltichense de madera y hueso, ya que muchos de nuestros zaraperos, cambiaron el oficio al labrado de madera y hueso, la que tuvo su auge, habiendo emigrado muchos de ellos a las poblaciones michoacanas en especial a Quiroga.
Sea este un humilde homenaje que se hace a los tejedores Teocaltichenses en afán de aclarar el crédito que merecen por la creación e invención del zarape, que han sabido estampar en el zarape el cariño, el corazón, el amor a su terruño y para la grandeza de México.
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