- Telebasura
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El término telebasura se utiliza comúnmente para definir una forma de hacer televisión caracterizada por la utilización del morbo, el sensacionalismo y el escándalo como estrategias de atracción de la audiencia. La telebasura puede quedar definida por los asuntos que aborda, por los personajes que exhibe y coloca en primer plano y, sobre todo, por el enfoque distorsionado al que recurre para tratar dichos asuntos y personajes. En España, el programa más criticado es Sálvame.[1]
Contenido
Inicios
Se estima que la telebasura existe desde los años ochenta en Estados Unidos y de los noventa en el resto del mundo audiovisual. Es un fenómeno televisivo extremadamente complejo en su definición. Esto es así, por una parte, porque no se circunscribe a un único género televisivo, sino que afecta a buena parte de los programas que componen las parrillas de programación. Y, por otra parte, no existen unos criterios inequívocos para catalogar un programa como telebasura.
Características
Según el Consejo del Audiovisual de Cataluña, podríamos definir la telebasura como el conjunto de programas en los que confluyen "la vulneración de derechos fundamentales, la falta de consideración hacia los valores democráticos o cívicos, como por ejemplo, el desprecio de la dignidad que toda persona merece, el poco o ningún respeto a la vida privada o a la intimidad de las personas o la utilización de un lenguaje chillón, grosero e impúdico. Todo esto se lleva a cabo con la intención de convertir en espectáculo la vida de determinados personajes que, generalmente, se prestan a ser manipulados a cambio de la celebridad que les da la televisión o a cambio de contraprestaciones económicas".
Por su parte, la Asociación de Usuarios de la Comunicación define la telebasura en España como cualquier espacio, sea cual sea su género (magazines y reality shows principalmente, pero también concursos e incluso debates), “en el que prima el mal gusto, lo escandaloso, el enfrentamiento personal, el insulto y la denigración de los participantes y la agresión a / de la intimidad (es decir, la invasión de la intimidad de los que participan pero, sobre todo, la imposición a los espectadores de la intimidad de los que participan)".
Este organismo, a su vez, deja claro que no debe verse su labor de denuncia como “coartada preparatoria de la censura desde planteamientos morales reaccionarios o políticamente correctos”, puesto que su labor se fundamenta “en el entendimiento de la telebasura como un fenómeno televisivo que atenta contra la función social del medio; que menoscaba sus posibilidades expresivas y de contenido en términos tanto de información y formación como de entretenimiento, y que conculca valores constitucionales como el derecho a la veracidad, a la intimidad, a la dignidad de las personas, a la no discriminación y a la protección de la infancia”.
El uso de este argumento eleva la crítica contra la telebasura por encima de una simple cuestión de sensibilidad o de gusto (a pesar de que quienes prefieren no entrar en el tema suelen apelar al gusto), dotándola de una legitimidad que frecuentemente se le discute, puesto que en la legislación de muchos países (como España) sí que se hace mención expresa a que los medios de comunicación social (tanto los de titularidad pública como a los de concesión privada) deben respetar principios como el respeto al honor, la fama, la vida privada y el conjunto de derechos y libertades reconocidos a todos los ciudadanos.
La telebasura como modelo de negocios
La telebasura surge, en parte, por las características del negocio televisivo y la necesidad permanente de elevar sus índices de audiencia. Existen varios modelos de negocio televisivo (televisión pública, televisión publicitaria o privadas en abierto, y televisión de pago) que requieren distintos modos de fidelización de la audiencia. Cada uno de estos modelos de negocio, por sus propias características definitorias, opera con un concepto diferente de audiencia y se sirve de distintas estrategias, a la hora de configurar sus programaciones. La televisión privada en abierto (en la que el producto es la audiencia y el cliente es el anunciante), es la que mayores esfuerzos de fidelización de audiencias debe realizar, ya que sus ingresos dependen totalmente de los contratos publicitarios que, a su vez, dependen de los índices de audiencia. Los restantes modelos compiten en una categoría distinta (en la que identificamos como producto la programación y como cliente al telespectador), ya que a los ingresos publicitarios cabe sumar los que aporta el Estado (en el caso de la televisión pública) y los que aportan los clientes suscritos (en la televisión de pago).
Difusión de la telebasura
Argentina
A principios de los años noventa aparecieron los primeros programas identificados en el país como telebasura. Uno de los primeros fue el exitoso programa Hola Susana, especialmente criticado en 1994 por su iniciativa de mostrar a personas con deformidades,[2] además de otros como Showmatch, el cual tiene una gran cantidad de rating por los bailes eróticos, las burlas hacia personajes conocidos y el escándalo.[2]
También fueron incluidos en la definición programas como Ritmo de la noche y Jugate conmigo por "sacar el jugo a accidentes verídicos o simulados por participantes en juegos".[2]
Colombia
En 1995, el diario El Tiempo publicó un reportaje en el que un psicólogo especializado en el tema afirmaba que las personas con una estructura psicopática eran propensos a engancharse a este tipo de programas.[2]
Uno de los programas que más controversia generó fue el reality Los Pichones, emitido por un canal por cable en 2007, y en el que se premiaba a la pareja que mantuviera relaciones sexuales de manera más explícita ante las cámaras.[3] A pesar de la polémica generada, Radio Caracol informó de que más de 0,7 millones de personas se habían inscrito para participar.[4]
Costa Rica
La telebasura en Costa Rica se ha popularizado en los últimos años, hasta el punto de crear un programa de televisión llamado Intrusos de la Farándula, el cual es un programa de espectáculos, que publica notas polémicas, amarillistas y sensacionalistas de una farándula inexistente en este país. Ese programa es parte del Grupo Repretel conformado por los Canales 4, 6 y 11.
España
La telebasura viene experimentando un elevado ascenso en su presencia dentro de la televisión española: lo que habitualmente se considera telebasura ocupa un lugar destacado de la programación, a pesar del desagrado mostrado por un importante sector de la población.
El asunto ha llegado, incluso, al debate académico con dos libros significativos: Telebasura y democracia (2002),[5] del filósofo Gustavo Bueno, y Telebasura y periodismo (2004) del periodista y catedrático Carlos Elías.[6] En este último, Elías critica a los periodistas de prestigio que se pasan "al lado oscuro" de la telebasura para dotarla de prestigio ante la opinión pública y para confundir periodismo con espectáculo. Considera que las televisiones pagan a estos periodistas telebasureros "sumas astronómicas de dinero con el que compran su deontología profesional".
Según un estudio publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas en junio de 2010, siete de cada diez españoles consideraban que la programación de la televisión tenía poca o ninguna calidad.[7] En relación con este tipo de programación, uno de los canales más criticados es habitualmente Telecinco.[8] [9] Uno de sus programas más relacionados con este fenómeno es el magacín Sálvame, cuyos contenidos han originado que distintas asociaciones de usuarios hayan solicitado su retirada de la programación.[7] [10]
Una de las quejas más comunes en España sobre este tipo de televisión también es el elevado porcentaje de programación que ocupan en las parrillas televisivas,[11] lo que perjudica la emisión de programas con otro tipo de contenido.
A pesar de que el término suele ser relacionado con la prensa del corazón, la crítica ha identificado también como telebasura los programas de telerrealidad como Gran Hermano o Supervivientes,[12] los talk-show como El diario de Patricia o A tu lado,[12] e incluso en el apartado de ficción como los populares culebrones.[12]
México
En 2004 ya se denunciaba que la programación de los principales canales mexicanos estaba dominada por la telebasura, los deportes y películas dobladas al español.[13]
Asimismo, se ha señalado que los programas "promotores del morbo y el escándalo" se encontraban, según estudios de IBOPE, en las listas de espacios más vistos en cada canal televisivo mexicano.[13]
Referencias
- ↑ «Blogósfera: “Si el Tomate era telebasura, Sálvame es salvajemente peor», artículo en el sitio web Diario de la Sierra.
- ↑ a b c d «Telebasura en Argentina», artículo en El Tiempo (Colombia); consultado el 12 de septiembre de 2010.
- ↑ «Polémica en Colombia: reality show premiará a la pareja que tenga el sexo más explícito», artículo en el sitio web Terra.cl (Chile); consultado el 12 de septiembre de 2010.
- ↑ «700.000 inscritos en el reality porno “Los pichones”», artículo en el sitio web Radio Caracol (Colombia); consultado el 12 de septiembre de 2010.
- ↑ Gustavo BUENO: Telebasura y democracia. Barcelona: Ediciones B, 2002.
- ↑ Carlos ELÍAS: Telebasura y periodismo. Madrid: Libertarias/Prodhuffi, 2004. ISBN 8479546417.
- ↑ a b «En plena guerra a la telebasura exigen la retirada de "Sálvame diario"», artículo en el sitio web El Semanal Digital; consultado el 12 de septiembre de 2010.
- ↑ »El jueves dedica un sketch parodiando la telebasura de Telecinco», artículo en ADSL Zone; consultado el 12 de septiembre de 2010.
- ↑ La Razón «Los españoles contra la «telebasura»» Consultado el 12 de septiembre de 2010
- ↑ «Piden la retirada de “Sálvame”», artículo en ABC; consultado el 12 de septiembre de 2010.
- ↑ «¿A quién le interesa la telebasura?», artículo en Revista Impar; consultado el 12 de septiembre de 2010
- ↑ a b c Bienvenido LEÓN: Transformar la televisión: otra televisión es posible (pág. 148). Comunicación Social, 2008. ISBN 8496082555.
- ↑ a b «El “rating”, para la telebasura», artículo en Access my Library; consultado el 12 de septiembre de 2010.
Bibliografía
- Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión, “Publicidad y Televisión”, en Carta de Ajuste, número 77, marzo de 2005.
- ARNANZ, Carlos M.: Negocios de televisión. Transformaciones del valor en el modelo digital. Barcelona: Editorial Gedisa, 2002.
- Asociación de Usuarios de la Comunicación: www.auc.es “Aproximación a la telebasura”.
- BUSTAMANTE, Enrique: La televisión económica. Financiación, estrategias y mercados. Barcelona: Gedisa, 1999.
- Consell de l’Audiovisual de Catalunya: www.audiovisualcat.net “Consideraciones del CAC sobre la telebasura”.
- DELOITTE: http://prensa.deloitte.es “Estudio comparativo sobre el número de operadores y canales de televisión comercial en Europa”, 2004.
- Ley 4/1980, de 10 de enero, de Estatuto de la Radio y de la Televisión, 1980.
- Ley Orgánica 10/1988, de 3 de mayo, de Televisión Privada, 1988.
- MONCLOA: artículo en el Consejo de Ministros, del 29 de julio de 2005.
- PALA ERRANDO, José Antonio: Cuando la televisión lo podía todo: Quién Sabe Dónde en la cumbre del Modelo Difusión. Madrid: Biblioteca Nueva, 2009.
- SÁNCHEZ TENA, Jesús; y Susana ORTEGA ANGULO, “Incógnitas y contradicciones de la programación”, El Anuario de la televisión 2004, GECA, Madrid, 2004.
Enlaces externos
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