En 1986, el café era el producto agrícola que mayor volumen de exportación alcanzaba y el segundo en importancia entre las exportaciones del Perú, después de los minerales. Las divisas que generaba eran del orden de los 300.000.000 de dólares anuales. Muchos cafetales de la selva central debieron ser abandonados a causa del terrorismo. Sin embargo, actualmente se encuentran de nuevo en plena producción. En el año 2001, las exportaciones del café generaron ingresos al Perú por USD 1.127.000.000. Era difícil creer: arbustos verdes, lozanos, cargados de frutos, en laderas de 40º de pendiente, en plena ceja de montaña. Más sorprendente aún era el hecho de que estos suelos habían estado en producción ininterrumpida durante 40 años.

El cafetal

En un cerro cercano a Villa Rica, se ubica el fundo cafetalero de los esposos Juan y Cristina Brack, que es ejemplo de aplicación de técnicas agrícolas de acuerdo con principios conservacionistas. Muchos agricultores sólo cultivan el café "típico" (Coffea arábiga); sin embargo, los Breck se han mantenido al tanto de las nuevas variedades desarrolladas en Costa Rica. La diferencia es clara: mientras la producción promedio por hectárea es de diez quintales (un quintal tiene 48 kilos) aquí se cosechan ochenta.

Características

La planta de la variedad "típica" crece hasta unos tres metros de altura; en cambio, las variedades pache, caturra, borbón y catimore, crecen sólo hasta unos dos metros, facilitando la cosecha de las pequeñas bayas rojas. Además, estas variedades se pueden plantar en mayor densidad (5.000 plantas por hectárea en lugar de las 2.500 de la variedad típica). Lógicamente, para obtener un buen rendimiento se debe fertilizar los suelos, en este caso con guano de la isla y leguminosas, que fijan el nitrógeno, y utilizar sistemas naturales de control de plagas: la broca, la arañera y la roya (un hongo). La mayor productividad e incremento de las ventajas justifican la inversión. Los compradores de ultramar saben que este producto está garantizado. La sustentabilidad del ciclo productivo está basada en la conservación de suelos y el manejo del agua. Canales de drenaje son excavados para que el agua se escurra sin llevarse suelos ni formar cárcavas (quebradas), que aceleran el deterioro de la capa de tierra fértil, tan escasa en la montaña.

Protección

Granos de café ya torrados.

Por otro lado, los tres estratos del bosque natural son mantenidos: árboles, arbustos y hierba de cobertura. El café (un arbusto) es el nivel medio, el sotobosque está constituido por hierbas y malezas naturales, los árboles son de diversas especies, incluyendo leguminosas. Estos árboles permiten lograr un rendimiento adicional en una plantación de café. Los cafetos necesitan sombra protectora. Se utilizan diversas especies para tal propósito, pero una de ellas ofrece ventajas comparativas: el pacae o guaba (Inga sp.) es un árbol de la familia de las leguminosas y, como muchas de ellas, mejora los suelos fijando el nitrógeno del aire.

Se calcula que una hectárea plantada con pacae puede llegar a producir 45 kilos de nitrógeno al año. Sus frutos son comestibles, y la apicultura a partir de sus flores produce una miel particularmente buena. Sus raíces ayudan a controlar la erosión. Su copa provee la sombra requerida, y su madera es fuerte de uno de los mejores tipos de leña. Por su rápido crecimiento es un árbol ideal, de múltiples propósitos. Otras especies maderables son también ensayadas y plantadas en el cafetal; achiote caspi (Bixa sp.) y oropel (Erithrina sp.), de hermosas flores rojas. Un árbol muy apreciado por su fina madera es el ulcumano o diablo fuerte (Podocarpus sp.).

Procesamiento

El procesamiento de las bayas se realiza mediante técnicas modernas y mecanizadas: el secado, por ejemplo, en lugar de extender los granos al sol, se efectúa mediante aire caliente; los hornos son alimentados con leña de pacae. La cobertura del grano o baya, en lugar de ser echada a ríos o quebradas, los que provocaría contaminación, es utilizada para producir compost fertilizante, un producto rico en minerales.

El vivero es básico para un buen cafetal. cada planta enferma o de bajo rendimiento debe ser inmediatamente reemplazada por dos nuevas. En el fundo se mantiene un área dedicada a la experimentación. Allí se pueden ver unos arbustos muy pequeños que comienzan a dar sus frutos a los ocho meses y cuya producción se calcula en 400 quintales por hectárea. Estas plantas ramifican mucho más que otras: por tanto, producen más. Un dato importante, a la distancia, la ladera donde se ubica el cafetal en donde se desarrolla una producción intensiva del café, parecía monte virgen.