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Puerto Bahía de Algeciras
La ribera española de la bahía de Algeciras se encuentra prácticamente ocupada por instalaciones portuarias, administradas conjuntamente por la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras. Aunque sólo el casco urbano de Algeciras y La Línea de la Concepción se asoman a la bahía, existen también instalaciones portuarias en el resto de la ribera (perteneciente también a los municipios de Los Barrios y San Roque). Esta inmensa área portuaria se denomina Puerto Bahía de Algeciras. La Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras administra también el puerto de la vecina Tarifa.
Es el primer puerto de España y del Mar Mediterráneo y se encuentra entre los 25 primeros del mundo. En 2004 sobrepasó los 65 millones de toneladas en tráfico total y más de 2,9 millones de Teus. Totaliza más de 10 km de muelles en sus diferentes dársenas.
El puerto de Algeciras gestiona todo tipo de tráfico:
- Contenedores
- Graneles líquidos/bunkering
- Pasajeros y vehículos
- Cruceros
- Graneles sólidos
- Pesca
Contenido
Historia
A diferencia de otros puertos europeos, de larga tradición marítima, el de la Bahía de Algeciras es relativamente reciente. Hasta la ocupación de Gibraltar por los británicos (1704), el solar de Algeciras se llevaba abandonado desde el siglo XIV. Refugiados huidos de la ciudad arribaron al solar de Algeciras y fundaron la ciudad sobre las ruinas del antiguo asentamiento musulmán.
En el siglo XIX, en 1894, se construye la primera instalación portuaria propiamente dicha, un muelle de madera en la desembocadura del río de la Miel. A partir de la creación de la Junta de Obras del Puerto en 1906 coincidiendo con la Conferencia de Algeciras comienza el crecimiento del puerto de Algeciras; de ese modo en 1913 comienza a construirse el Muelle de Galera, oficialmente llamado de Alfonso XIII y en 1916 la Dársena de Villanueva.
Las ampliaciones en los muelles son cada vez más dificultosas debido a que comienzan a apoyarse en la Isla Verde y no en tierra firme, debido a ello en 1923 se instalan dos grandes gruas, Goliat y Titán que izaban las piedras que llegaban en grandes barcazas hasta la construcción en 1926 de un puente que unía la isla con tierra y por el que pasaba el ferrocarril. en 1930 se construye el muelle pesquero y en 1932 el dique norte que daba resguardo de los temporales. Sin embargo, el auge del puerto comienza en la segunda mitad del siglo XX. En 1964 se instala en la zona un complejo industrial y químico cuyos máximos exponentes serían la refinería de Cepsa y la factoría de acero inoxidable de Acerinox. Hasta ese momento, la pesca y el tráfico de pasajeros entre ambas orillas del estrecho de Gibraltar eran las actividades más importantes de la zona.
En 1967 el puerto amplía sus instalaciones con la incorporación del puerto de La Línea de la Concepción, llamándose desde entonces Puerto Algeciras-La Línea.
En los años sesenta, el tráfico de mercancías en contenedores experimentaría un gran auge, lo que unido a la instalación en el puerto de importantes navieras como Sea Land a mediados de los setenta y Maersk una década más tarde, potenciarían definitivamente el área portuaria, de esta manera en 1976 se abre la terminal de Contenedores Sea-Land y en 1986 la empresa A.P. Moller-Maersk Group comienza su actividad en el puerto.
Desde 1982 al Puerto Algeciras-La Línea se le une el Puerto de Tarifa ampliándose a todo el estrecho la competencia de la Autoridad Portuaria. A partir de 1993 el puerto pasa a denominarse Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras que además de los puertos de Algeciras, La Línea y Tarifa engloba los atraques de Campamento, Puente Mayorga y los pantalanes de CEPSA y Acerinox.
Importancia económica
Como primer puerto comercial, pesquero y de pasajeros de España y del Mar Mediterráneo, en 2008 pasaron por este enlace del Sur de Europa y el Norte de África más de 5 millones de pasajeros y más de un millón y medio de vehículos, de los cuales, 211.770 eran industriales. Todo un flujo constante que, en el caso de las personas, encuentra su cénit en la Operación paso del Estrecho de cada año.
En el puerto varias son las compañías navieras que ofrecen servicios de conexión entre las dos orillas: Transmediterránea, Comarit, Limadet Ferry Líneas Marítimas Europeas, Buquebus, Comanay, Euroferrys, FRS, IMTC y Nautas al-maghred. Y algunas lo hacen con servicios de alta velocidad (fast ferrys y catamaranes), ofreciendo aún más un servicio impecable.
Además de ser paso de personas y vehículos, contribuyendo a la riqueza de la zona, el Puerto Bahía de Algeciras abarca el tráfico de contenedores y demás tipos de mercancías (graneles líquidos, sólidos, residuos oleosos, etc.). Por su larga extensión terrestre pasan en un año más de tres millones de contenedores, como cifran los últimos datos de 2008, haciendo de este puerto el centro operacional de trasbordo, entre los veinticinco primeros de la clasificación de puertos del mundo.
Para la recepción de estas mercancías, el puerto se moderniza en lo último en grúas e instalaciones, ofreciendo un servicio de calidad. Actualmente cuenta con dos terminales de contenedores (APM Terminals y TCA – Terminal de Contenedores de Algeciras) y otra de reciente aparición, que será explotada por el grupo surcoreano Hanjin Group a partir de 2010.
Precisamente, fruto de la importancia de este puerto a nivel mundial, se ha realizado recientemente el acuerdo con la empresa surcoreana Hanjin Shipping, por el que una parte del puerto será explotado por este grupo empresarial, siendo un enclave de este país en el Estrecho de Gibraltar.
Impacto medioambiental
El Puerto de Algeciras es, sobre todo para la ciudad, el centro de la economía que sustenta a sus habitantes tanto por la actividad industrial y comercial que supone, como por la enorme actividad pesquera que existe en la zona. Sin embargo, la gran cantidad de barcos que pasan por el Estrecho dejan su huella en el medio ambiente, ocasionando daños difícilmente reparables. En la lucha por la salvación de este ecosistema, las organizaciones ecologistas reclaman a los Gobiernos acciones legales y medidas de prevención para evitar que acontecimientos como los vividos con el “New Flame” no vuelvan a ocurrir.
Además de las refinerías y de los polos químicos, el bunkering o trasvase de conbustible en el mar que se realiza en las aguas del Estrecho hacen del enclave campogibraltareño uno de los puntos negros[1] de España. Tanto de forma "invisible", vertiendo fuel y basura al agua en pequeñas cantidades y sigilosamente, como de manera "escandalosa", con los enormes vertidos de fuel en el agua, que conocemos por los medios de comunicación, algunos buques y submarinos que pasan por este enclave estratégico contaminan la zona de forma irreparable.
Tal y como afirma la asociación ecologista Verdemar-Ecologistas en Acción, la zona del Estrecho por la parte de Ceuta y del norte de Marruecos y el Campo de Gibraltar es una especie de gasolinera flotante y con el famoso bunkering, también llamado avituallamiento, entre cinco y siete toneladas de combustible se vierten al año en el mar.[2]
La preocupación aumenta cuando pensamos en lo importante que es este puerto y organizaciones como ésta nos informan de que unos 100.000 buques al año, lo que equivale al 10 por ciento del tráfico marítimo mundial, pasan por estas aguas, y que además, de este gran número de buques, alrededor de los 4.000 ó 5.000 son petroleros.
El submarino nuclear “Tireless”, que permaneció casi un año en Gibraltar, el buque frigorífico “Sierra Nava”, que encalló en la bahía y vertió carburante afectando a 1.100 metros de costa, o algunos choques entre navieras hace ya más de una década, como la colisión entre el carguero chipriota “Sea Spirit” y el buque noruego “Hesperus”, han dejado a la bahía con mareas negras.
Ante esta situación, las organizaciones no pueden quedarse de manos cruzadas y han llegado incluso hasta el Parlamento Europeo en busca de ayuda para controlar el tráfico marítimo y esta práctica de avituallamiento.
En el último caso sufrido en la zona, el “New Flame”, los activistas de Greenpeace estuvieron preguntando al Gobierno la composición de las 42.000 toneladas de chatarra que llevaba en las bodegas y llegaron a encaramarse en el chatarrero para colocar una bandera con el lema “vertido diplomático”.[3] Para los ecologistas, la situación del Estrecho de Gibraltar es una búsqueda del culpable entre los dos Gobiernos que tienen jurisdicción en la zona.
La situación del tráfico marítimo en el Estrecho de Gibraltar es un problema ecológico grave que debería tener una respuesta firme y adecuada por parte de las administraciones públicas. Éste es el mensaje que los ecologistas nos transmiten con sus acciones. Sin embargo, quizás una de las causas de la permisividad del Gobierno la provoquemos nosotros y sea la falta de conciencia ecológica que existe por parte de los españoles. Según el barómetro de opinión[4] de marzo de 2009 del CIS, menos de un 0,5 por ciento de la población tiene a los conflictos medioambientales en su lista de problemas que le afectan más en su vida.
El futuro de la salud del medio ambiente en la zona del Estrecho de Gibraltar se podría decir que dependerá de la adopción de una conciencia medioambiental, tanto por parte de los gobiernos como de los ciudadanos. Tomar en serio la preocupación por el tráfico de materiales peligrosos en el Estrecho sería el primer paso para lograr una legislación efectiva y una solución que evite la destrucción de las costas de la bahía y de su ecosistema marino, así como de la fauna marina.
Referencias
- ↑ El mapa de la contaminación de Greenpeace, noticia del portal Soitu, 11 de febrero de 2008
- ↑ Alex Fernández Muerza, Bunkering: la marea negra silenciosa, Revista Consumer Eroski, 15 de octubre de 2007
- ↑ Activistas de Greenpeace colocan en el New Flame una bandera con el lema "Vertido diplomático", noticia de la web de Greenpeace, 21 de febrero de 2008
- ↑ Barómetro de opinión de marzo de 2009 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)
Véase también
Enlaces externos
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