Colegios menores de Salamanca

En las universidades, la enseñanza se impartía en varios grados, que correspondían a distintas titulaciones: Bachiller, Licenciado, Maestro y Doctor. Los títulos se obtenían, bien en la propia Universidad, en las Escuelas Mayores o Menores, o en Colegios. De estos colegios había mayores y menores también, pero el adjetivo no correspondía exactamente con los de las escuelas. En cualquiera de los colegios se podía estudiar para grados mayores o menores, aunque existía la diferencia entre unos y otros, más bien debida a la importancia y riqueza de algunos de ellos, los mayores.

En Salamanca hubo gran cantidad de estos colegios donde debía estudiar la mayoría de los alumnos, puesto que los edificios de las Escuelas, mayores y menores son relativamente reducidos. Tampoco es que los colegios fueran muy grandes; la mayoría de ellos albergaba unos pocos estudiantes, entre seis y diez. Solamente los más grandes tenían un número mayor, pero que, en cualquier caso rara vez llegaban a 30. En estos colegios se estudiaba y también se residía, aunque en algunos solamente se residía.

La fundación de los colegios se hacía para permitir estudiar a jóvenes pobres que no podían pagar sus estudios; los promotores, personas o instituciones, donaban rentas suficientes para sufragar los gastos de mantenimiento del edificio y de los estudiantes, los cuales recibían una beca que pagaba los estudios. La posesión de esa beca se manifestaba con una tira de paño de un color distintivo, según el colegio, que llevaba en un extremo un circulo forrado que, en los orígenes, servía de tocado a los colegiales, hasta que se sustituyó por el birrete de cuatro picos.

De muchos de los colegios llamados menores se sabe relativamente poco, de modo que raro es el que requeriría un artículo específico, por lo que se opta en agruparlos aquí.

Entre ellos pueden distinguirse tres tipos: los colegios religiosos, generalmente conventos de las distintas ordenes religiosas, colegios seglares y colegios de las órdenes militares, más cerca de los seglares que de los religiosos.^[1] Muchos de estos colegios, especialmente los religiosos, también servían como residencia de estudiantes que estudiaban para grados mayores.

La reforma de la enseñanza de Carlos III acabó, en 1780, con la mayoría de los colegios que, o bien había perdido sus rentas y se encontraban en la miseria o, los más importantes, se habían convertido en una rémora para el desarrollo de la Universidad.

Colegios seglares

Colegio de Pan y Carbón

También llamado viejo de Oviedo (para evitar confusión con el Colegio Mayor de Oviedo), fue el primero de los colegios salmantinos, fundado por don Gutierre de Toledo (obispo de Oviedo) en 1386, y permaneció hasta 1780.^[2] Sus seis plazas se destinaban a dos estudiantes ovetenses, dos toledanos y dos palentinos

Colegio de Burgos

Anejo del Colegio Mayor de San Bartolomé, fundado en 1520 y desaparecido a mediados del siglo XVII.

Colegio de San Pedro y San Pablo

Como el anterior, anejo del Colegio Mayor de San Bartolomé, suprimido en marzo de 1563, por acuerdo de los propios colegiales.

Colegio de Santa Cruz de Cañizares

Fundado en 1526 por don Juan de Cañizares; solo se conservan restos de la antigua capilla, hoy incorporados al salón de actos del conservatorio, y la fachada principal, de estilo plateresco. El edificio es hoy Conservatorio Profesional de Música.

Colegio de San Patricio

Se fundó en el año de 1542, con el nombre de San Patricio Obispo, a instancias del rey Felipe II para amparar y enseñar a los irlandeses católicos perseguidos en su nación por la iglesia anglicana.^[3] El edificio fue destruido durante la ocupación francesa de 1809-13, y cuando volvieron los estudiantes en 1838 se les alojó en el edificio del Colegio del Arzobispo.

Colegio Trilingüe

El colegio Trilingüe, también llamado de mínimos, creado en 1550, daba las bases esenciales para el estudio: lenguas (latín, griego y hebreo), así como gramática y retórica. Hasta 1529 la cátedra de lenguas enseñaba lo que ahora se llamarían lenguas semíticas: hebreo, árabe y caldeo, pero desde esa fecha era muy difícil encontrar profesores que conociesen esas lenguas (por las persecuciones religiosas), por lo que se redujeron al hebreo.^[4] Tenía alumnos internos residentes y alumnos externos.

El edificio fue proyectado en 1556 por Rodrigo Gil de Hontañon, con traza renacentista.^[5] Muy dañado durante la invasión francesa, se rehabilitó en parte a partir de 1829. Durante el siglo XX, el edificio albergó los Institutos de enseñanza media Fray Luis de León (varones, en los pisos bajos) y Lucía de Medrano (chicas, en los altos). Fue derruido y ahora se conserva parte del patio original, en la Facultad de Físicas.

Colegio de San Pelayo

El colegio fue fundado por don Fernando Valdés, arzobispo de Sevilla y presidente del consejo de Castilla. Las Constituciones del colegio de San Pelayo, o de los verdes, se aprueban por bula de Gregorio XII de 1584. Estaba destinado a albergar 20 alumnos, con preferencia a los procedentes de Asturias (patria chica del fundador).^[6]

Parece que en el edificio intervino el arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón.

Colegio de Santa Catalina

Fundado por Alonso Rodríguez Delgado en 1594, el edificio comenzó a construirse en 1600 y de 1605 son los primeros colegiales. Desapareció en 1780.^[7] El edificio se conserva y ahora es una casa de vecinos; fue restaurado hacia 1989.

Colegio de Santa María de los Ángeles

El Colegio de Santa María de los Ángeles fue fundado en el siglo XVI por don Jerónimo de Arce. En 1780 se fusionó con los Colegios de Cañizares, Monte Olivete y San Millán. A éste último pertenecía el actual edificio aunque hoy se conozca por el nombre de Santa María de los Ángeles.

El edificio está situado en la calle de Libreros, y en la actualidad alberga una biblioteca de la Universidad, conocida como Biblioteca Santa María de los Ángeles, o Biblioteca de Libreros.

Colegio de La Concepción

O de las Doncellas (1600)

Colegio de San Ildefonso

Fachada del edificio que ocupó el Colegio de San Ambrosio.

Fundado en 1600 por don Alonso de San Martín.^[8]

Colegio de San Ambrosio

Creado en 1855 por el presbítero salmantino José Serra Vidal, para becar 10 colegiales, ocupó en 1904 un edificio construido en 1715 por el Cabildo Salmantino para albergar niños expósitos, obra de Joaquín Churriguera, y que actualmente alberga una sección del Archivo Histórico Nacional.^[9]

Colegios de las Órdenes militares

Colegio de la Inmaculada Concepción

Perteneció a la Orden de Calatrava. Se fundó en 1552 pero la construcción del edificio no comenzó hasta 1717,

Colegio del Rey

Era este colegio de la Orden de Santiago.

El edificio fue empezado a construir por Rodrigo Gil de Hontañón, y todavía en 1613, fray Alberto de la Madre de Dios y Juan de Nates presentan una solución para cubrir la escalera principal.^[10]

Colegio de los Comendadores de San Juan de Rodas

Pertenecía este colegio a la Orden de Malta, cuyo título completo era Soberana Orden militar de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta.

Colegio de los Comendadores de Alcántara

Pertenecía este colegio a la Orden de Alcántara

Colegios religiosos

Convento de San Esteban

Colegio de Santa María de la Vega

De la orden de Canónigos regulares de san Agustín

Real Colegio del Espíritu Santo

De la Compañía de Jesús. El edificio se conoce en Salamanca como La Clerecía y es actualmente sede de la Universidad Pontificia de Salamanca.

Convento de San Vicente

De los benedictinos

Colegio de San Nicolás de Tolentino

De los agustinos recoletos

Colegio de San Cayetano

De los teatinos. Fundado por el P. Jerónimo Abarrátegui en 1683.

Notas