- Criba
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La criba es un utensilio que se emplea para limpiar el grano, principalmente el trigo, de la paja, del polvo y otros sólidos no deseados con que se halla mezclado. A esta operación se llama ahechar.
La criba sencilla, que también se llama harnero, zaranda, cribo y juera se compone de un aro ancho y delgado de madera y de un fondo diversamente agujereado y de diferente materia, según la operación y la especie de grano a que se destina.
El fondo de la criba es por lo comun de cuero crudo, taladrado de agujeros proporcionados al objeto de la operación. Si solo se quiere limpiar el trigo del polvo, los agujeros son largos y angostos, si se pretende separar el grano menudo del grueso, los agujeros son proporcionados para dejar pasar los primeros y detener los segundos. Las cribas con el fondo de espartos poco distantes entre sí, llamadas mas comunmente jueras, solo se emplean para separar del trigo el polvo y las semillas menudas.
Había en España aechadores de profesion los cuales tenían sus harneros o cribas agujereados de muchas maneras según las semillas que tienen que aechar y el objeto de la operación. Cogían con la criba una cantidad de grano y apoyándola en su cintura, se movían a un lado y otro y concluían dando a la criba un movimiento circular e inclinado hacia adelante y huyéndola de repente. Este movimiento hace que junto al borde delantero de la criba se reúnan las inmundicias mas ligeras que el trigo y la huida repentina que hacen levantando y baxando un poco la criba, hace que las materias mas ligeras caigan en el suelo y el grano bueno se vaya en la criba. Esta operación que no se puede explicar con bastante claridad solo se adquiría con la práctica. Los menos diestros se contentaban con reunir en el centro de la criba por el movimiento circular las aechaduras y quitar con la mano el remolino de paja y semillas que se forma y que suelen llamar repelón.
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Las cribas de cilindro
En las cribas su cilindro está compuesto de hojas de lata, agujereadas como rallos y de alambres de hierro puestos circularmente unos junto a otros y a una distancia muy próxima para que no pase el grano sino únicamente la basura que está mezclada con él.
Si el cilindro es una criba, no hay necesidad de divisiones pues el grano con el movimiento se frota con fuerza cada vez que alternativamente toca en la plancha agujereada en forma de rallo: el polvo y los malos granos se escapan por las rejillas de alambre, y el grano bueno sale limpio y brillante. Esta criba es excelente, sobre todo para limpiar los granos con carbón o tizón y los que estan picados. Las mejores cribas en este género son las que tienen mayor diámetro y así se les puede dar hasta tres pies.
Las cribas de viento
El grano se echa como en las otras cribas en una tolva y sale por una abertura que se hace mas o menos grande abriendo mas o menos una puerta corredera lo que se ejecuta fácilmente dando vueltas a un cilindro pequeño, colocado encima, alrededor del cual está una cuerda pequeña que corresponde a la puertecilla.
Al salir de la tolva se distribuye el trigo por una criba que tiene unas mallas de alambre amarillo muy anchas para que el trigo bueno pueda pasar por ellas. Los granos abortados y la mayor parte de los de carbón van con el trigo bueno y el aire de que hablarémos luego los saca.
Esta criba se pone en un cajón ligero de madera con los dos lados y el fondo hechos de unas tablas delgadas. Se dispone de manera que la criba esté un poco inclinada por delante y como esta circunstancia hace que el trigo corra con mas o menos ligereza se puede arreglar convenientemente la inclinación de la criba por medio de una clavija cilindrica que da vueltas la cual tiene en uno de sus extremos una ruedecilla dentada que está detenida por una lengüeta. Cuando esta clavija da vueltas, se acorta o se alarga una cuerda que levanta o baja el extremo anterior de la criba.
Uso de la criba
A pesar de esta pendiente, no correría el trigo si no se diese a la criba un movimiento de una parte a otra, cuyo efecto lo produce el siguiente mecanismo. En el extremo del eje, opuesto al en que está la cigüeña hay una rueda que tiene muescas sobre el frente vertical del lado del cajón: una vara o una palanca larga, un poco encorvada, corresponde a estas muescas por la punta. Esta palanca toca y está sujeta al cajón por la parte superior del ángulo muy obtuso o poco sensible que forman sus dos brazos: en la extremidad de la palanca, opuesta a la rueda con muescas, está atada una cuerda, que atravesando por el cajón, va a dar a la criba. Del otro lado del cajón hay otra vara que hace resorte y corresponde, como la palanca de que se acaba de hablar, a la criba por otra cuerda que también atraviesa el cajón. Es claro que quando se mueve el eje, las muescas de la ruedecilla, dan un movimiento de oscilación a la punta de la palanca con quien corresponde y que este movimiento se comunica a la otra punta y de ella, a la criba por medio de la cuerda lo cual causa el movimiento que se desea.
Este movimiento hace pasar el grano poco a poco a la criba, que se halla un poco inclinada y lo que no puede pasar por entre sus mallas o agujeros cae por la extremidad en forma de un caño de agua sobre un plano inclinado que lo echa fuera en frente de la parte anterior de la criba. El que ha pasado por la criba superior cae en forma de lluvia sobre un plano inclinado cosa de cuarenta y cinco grados rodando en el cual encuentra un alambrado o rejilla de alambre, semejante a la primera pero cuyas mallas o agujeros son un poco mas estrechos para que el grano menudo caiga debaxo del cajón en mienrras que el grueso se viene hácia la parte posterior de la criba.
Sobre uno de los lados del cajón se advierte una cigüeña que hace mover una rueda dentada la cual engarganta en una linterna, clavada sobre el eje que hace mover la ruedecilla con muescas de que se ha hablado.
Este eje grande que por medio de la linterna se mueve coa mucha ligereza, tiene ocho alas, hechas de tablillas delgadas, las quales, dando al aire que baten una fuerza centrífuga, producen un viento considerable que arroja muy lejos todo el polvo, la paja y los cuerpos ligeros que se hallan en el grano, sea que hayan pasado por la criba o con los terrones e inmundicias que caen por la parte delantera de la criba.
Para formarse una idea exacta de este instrumento es necesario figurarse un hombre volteando la cigüeña la cual hace dar vueltas a una rueda dentada. Esta rueda, engargantando en la linterna colocada encima, da un movimiento de rotación muy vivo al eje grande que hace dar vueltas a las alas que se hallan dentro del cajón y a la ruedecilla muescada que se halla de la otra parte del mismo cajón. Esta ruedecilla imprime un movimiento trémulo a la palanca que hace mover la criba superior tanto cuanto se mueve la cigüeña.
Otro hombre echa trigo en la tolva. Este trigo cae poco a poco en la criba superior que teniendo un poco de pendiente por delante, y hallándose en una especie de temblor continuo, cierne el trigo, pasándolo poco a poco en forma de lluvia. En esta caida lo sorprende un viento muy fuerte ocasionado por las alas clavadas en el eje grande y cae el grano sobre un plano inferior donde se halla otra criba llamada criba inferior que separa el grano grueso del menudo.
Como las piezas que componen esta criba no exigen una proporción exacta la escala, bastará para indicar con corta diferencia cuál debe ser su tamaño pero es necesario advertir que el eje grande debe ser de hierro y los cilindros o husos de la linterna de cobre, sin lo cual durarían muy poco estas piezas. También convendría mucho que la criba inferior fuese mas grande y así podría tener mas divisiones cuyos agujeros fuesen de diferentes tamaños para separar los diferentes granos y las diferentes semillas.
Esta criba de viento es excelente para quitar al grano bueno el polvo, la paja, las semillas menudas, los granos de tizón, en una palabra, todo lo que es mas ligero o mas grueso que el trigo bueno y separa también exactamente todos los terrones formados por las polillas, los excrementos de los ratones, de los gatos etc.
Para que produzca el mejor efecto posible es necesario que el granero tenga ventanas o lumbreras en los dos lados opuestos; porque colocando el extremo de la crib enfrente de la ventana opuesta al viento, el que entra en el granero se une al que hacen las alas de la criba y arroja a mucha distancia todas las inmundicias.
Su utilidad no está limitada a este solo punto. Es tambien apreciable para separar el grano bueno de todas sus inmundicias a medida que se acaba de sacar de la espiga sin necesidad de traerlo y llevarlo repetidas veces de la era al granero y del granero a la era.
Referencias
Diccionario universal de agricultura, Juan Álvarez Guerra, 1799
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