- Manuel Domingo Larios
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Manuel Domingo Larios y Larios (1836-1895), empresario y aristócrata español, II marqués de Larios. Fue hijo de Martín Larios y Herreros, I marqués de Larios, y de Margarita Larios y Martínez de Tejada, hermana de Carlos Larios y Martínez de Tejada, I marqués de Guadiaro.
Contenido
Biografía
Nació en 1836 en Málaga, España, en una familia perteneciente al Ilustre Solar de Tejada cuyos miembros varones son, en muchos casos, Hijosdalgo Diviseros. Es el segundo marquesado en su sucesión, encuentra prácticamente hecho y consolidado su patrimonio. La historia familiar lo sitúa como figura administrativa de sus bienes y negocios. Al fallecer su padre, en 1873, se convertirá en socio director de la sociedad de hijos de Martín Larios. Su obra de mayor proyección social y urbana para Málaga, dado el impacto económico que traería, fue la construcción de la Calle Marqués de Larios. Por esta obra y también en homenaje a su familia se mandó a realizar la construcción del monumento en su honor. Falleció en 1895 en París, sin descendencia.
Contexto Histórico-Social durante la época de Los Larios
Los Larios se establecen en el sur, así pues, un viudo (Pablo Larios) con varios hijos hacen aparición en Málaga a comienzos del siglo XIX. Debido a problemas se marcharon a Cádiz y Gibraltar; Pablo Larios Herrero y su hermano Martín. Y en Málaga se quedan Pablo Larios y sus hijos Manuel Domingo Larios Llera y Juan Larios Herrero. Una vez establecidos en Málaga, las primeras fundaciones mercantiles de ambos grupos formados por Juan Larios Herrera y Manuel Domingo Larios que fundaron una sociedad de comercio.
En plena revolución industrial española, fundó dos industrias en Málaga: La Aurora, y la célebre Industria Malagueña S.A.. En 1831 se formó la Sociedad Larios Hermanos y Cía, en un 90% propiedad de los Larios, para comerciar con productos textiles.
“Por tanto hubo dos periodos brillantes y activos de la casa Larios, años 1831-1845 y 1846-1861 caracterizados por las importantes realizaciones industriales, mercantiles y promocionales como son los ingenieros azucareros en la zona oriental de Málaga, las fábricas de aceite y jabones…”
Incluso la familia Larios fue recibida por Isabell II, debido a sus grandes aportaciones y mejoras en el ámbito comercial de la España de aquel entonces.
Los hijos del I Marqués de Larios:
1.Don Manuel Domingo Larios y Larios, II Marques de Larios. 2.Don Martín Larios y Larios. 3.Doña Ilimpia Larios y Larios. 4.Doña Ana Maria Larios y Larios. 5.Doña Emilia Larios y Larios.
Monumento en su Honor
La figura de Manuel Domingo Larios y Larios (1836-1895), II Marqués de Larios y socio director de la firma creada por su padre Martín Larios se personificó en la escultura realizada por Benlliure por el presunto sentimiento de gratitud y homenaje de la ciudad hacia el II Marqués de Larios. Pues la ruina de la Casa Heredia y la terrible crisis ocasionada por la plaga de la filoxera redundaron en el esplendor de los Larios, quienes salieron del paso de la pobreza. Esto fue uno de los motivos de la realización de la escultura del II Marques de Larios que incluso Rubén Darío reconoce que los Larios es todo para Málaga: “…Larios y boquerones. La ciudad todo es de Larios…la calle principal de la ciudad es la Calle Larios…”
Además del fomento de la actividad industrial, la saga brindó su apoyo económico, desde 1887 a la apertura de la calle del Marques de Larios; una armoniosa y vía recta trazada por el arquitecto Eduardo Stachan Viana-Cárdebas que abría camino hacia el corazón del casco antiguo, rompiendo una tortuosa trama de antiguas callejas para conectar la Alameda con la Plaza de la Constitución –antigua plaza de las cuatro calles- que permitía el acceso rápido y directo hasta los almacenes de la “Casa Larios”.
Esta calle fue inaugurada el 27 de agosto de 1891 por el alcalde Sebastián Souvirón Torres tras su bendición por Marcelo Spínola y Maestre –por entonces Obispo de Málaga-, fundada como arteria principal de la ciudad para mayor gloria de la burguesía. El 16 de agosto de 1895, el Consistorio tomaba habida cuenta de la iniciativa lanzada por los directores de los periódicos y distintos ediles, cuya masiva comenzaba por recordar a la primera autoridad municipal como los Ayuntamientos. Una vez fallecido el oligarca fue aquí cuando se propuso la realización de la estatua del Marqués de Larios.
A la vista del panorama, el propio Alcalde reconocía taxativamente que sobre este asunto era inútil toda discusión, puesto que Málaga entera conocía los beneficios que le dispensó en vida el Excm. Sr. Marqués de Larios. Así y según la forma habitual en casos similares, de inmediato se procedía a formar la Comisión encargada de analizar las gestiones y allegar los fondos mediante suscripción pública para su consecución. El proyecto pasaría concurriendo las propuestas realizadas por el Sevillano Antonio Susillo, el tarraconense Agustín Querol y el Valenciano Mariano Benlliure. Pero la cuestión trascendía más allá de tres nombres, pues en el evento se daba cita otras tantas poéticas alternativas convertidas en protagonistas de un lance estético entre Romanticismo, Modernismo y Eclecticismo, respectivamente. Finalmente, Mariano Benlliure se hacía con el triunfo, realizando la obra en Roma hacia donde se dirigía en el instante de recibir la invitación para participar en el concurso, encontrándose de paso por Barcelona. Resueltos los problemas, el 24 de marzo de 1896, se suscribía la pertinente escritura de obligación con Francisco Massó Torruella, en su calidad de Tesorero de la comisión promotora, con la pertinente aquiescencia de Antonio Canovas Vallejo, Presidente de la misma. De común acuerdo entre ambas partes contratantes, se adoptó como referencia para la obra; los siguientes puntos:
“El boceto presentado y aprobado (Escala 20%) reservándose a hacer en grande las variaciones que crea convenientes para el mejor resultado del momento…Los materiales que se emplean en dicha obra serán mármol y bronce como indica el boceto…Se establecieron cuatro plazos y de la siguiente forma: El primero, de quince mil pesetas al firmar este contrato. El segundo plazo de quince mil pesetas al tener modeladas en barro las Estatuas del II marques de Larios y el grupo de la mujer y el Niño que representa “la Caridad”. El tercer de veinte mil pesetas, al estar ya fundida las estatuas del Sr. Marques de Larios y modeladas las cuatro figuras, festones, escudos y la estatua del “Trabajo”. El cuarto y último plazo, será de veinticinco mil pesetas, entregándose durante los quince días después de la inaugurado el monumento. El señor Benlliure se compromete a cumplir todas las obligaciones que expresa este contrato, siempre que la Comisión no falte al pago de los plazos convenidos en esta obligación.” (Fuente: A.M.M.,Leg.1963,Exp.57).
Tras los inevitables retrasos –casi un año respecto a la fecha prevista- el 1 de enero de 1899 a las dos de la tarde tuvo lugar la inauguración del monumento, coincidiendo con la entrega a la Diputación Provincial del edificio para Manicomio adosado al Hospital Provincial construido por los Larios. El carácter emblemático de la ubicación subraya el papel del conjunto como hito señero que marca la confluencia de la Alameda con la Cortina del Muelle y, a su vez, con la propia Calle Larios. El acontecimiento quedaría registrado con todo lujo de detalles en el acta levantada por el Secretario Municipal, José Rubio Salinas, y por supuesto por la prensa local que en aquellos momentos fue publicado en un famoso periódico el siguiente párrafo con respecto a esta inauguración “Málaga cumplió anteayer al erigir una estatua al ilustre Marqués de Larios con el más ineludible deber de los pueblos cultos; honrar las memorias de sus héroes…” (Fuente: El cronista, 3-I-1899) Además del concurso de las primeras autoridades civiles, militares y eclesiásticas, el evento contaría con una participación activa del colectivo artístico que, representado por el pintor Joaquín Martínez de la Vega, hizo entrega a Mariano Benlliure de una corona de laurel en señal de rendido tributo a su talento.
El acontecimiento conmovió una muchedumbre, así, a la derecha del enclave del monumento se levantó un pabellón con dosel de terciopelo bordado y áureas sostenidas por lanzones dorados que cubrían la tribuna presidencial. En torno a la estatua, una barandilla de madera acotaba un vasto recinto reservado a las tribunas y palcos habilitados para el convite de invitados.
La propia liturgia de la ceremonia delata el descarado apropiacionismo del monumento y su significación por parte del estamento dominante, de esta manera era nuevamente el alcalde Ramón María Pérez de Torres y Juan Muñoz y Herrera los encargados de descorrer los paños azules que ocultaban la estatua y el pedestal.
Tras el fin de la guerra civil, con la llegada de la dictadura militar, la estatua del marqués de Larios fue de nuevo recuperada del mar y recolocada, situación que se mantiene en la actualidad, tratándose de una de las imágenes más típicas y de los personajes más famosos de la ciudad de Málaga.
El 14 de abril de 1931, con la proclamación de la Segunda república, fue derribada por la multitud. Tras su derribo fue arrastrada por las calles de la ciudad y finalmente arrojada al mar en el puerto. En su lugar se colocó la estatua del obrero anónimo, argumentando que quienes realmente construyeron la calle Larios (cuyo nombre se cambió a calle 14 de abril) fueron los obreros. Poco tiempo después la estatua de Larios fue rescatada de las aguas, restaurada y devuelta a su ubicación original.
La escultura y su análisis formal
Mariano Benlliure Gil. II Marqués de Larios. Málaga (España). Siglo XIX. Es una escultura, es decir, una obra de arte que posee tres dimensiones y que ocupa un espacio.
Se trata de un monumento que forma una “pirámide de gloria” que rinde tributo al homenajeado. Aparece junto a este pero es un piso inferior, a sus espaldas el obrero anónimo, también conocido como “El trabajo” que durante la Republica ocupó el puesto del Marqués de Larios, y en el otro lado, justo delante y también en otro piso inferior la representación de la “Caridad” encarnado en La Madre y El Niño oferentes. Todo este conjunto sobre un plinto cruciforme que asciende hasta el airoso pedestal que brota desde el centro de la planta. Este conjunto arquitectónico del basamento, convierte al monumento en un altar público debido a la supeditación de las figuras secundarias al personaje principal y su distanciamiento jerárquico formando una composición escalonada.
Al analizar la estatua del propio Marqués de Larios, es una obra paradigma de “chistera y levita”. La elegancia de la pose, grave y distendida a la vez, acentúa gracias a la frescura con que sujeta el bastón y el sombrero de copa en la mano derecha, y en la mano izquierda que se la lleva al bolsillo del chaleco; como si el aristócrata simulara una pasada informal dentro de un tranquilo paseo. Rompiendo con el hieratismo y dando sensación de movimiento.
Respecto a las figuras secundarias, las alegorías de la Caridad (o de Málaga agradecida) y de El Trabajo hacen impostación clasicista marcada por la huella realista. La mujer aupa al Niño hacia el pedestal, con un sensual desnudo femenino, cuyas formas acentúan las telas que se descuelgan en cascada desde la cintura y sirven de alfombra al lugar donde la misma figura apoya los pies, revela esos conocimientos del natural. Radiante hermosura que recuerda a las Venus del periodo Clásico. El niño, actualmente tiene uno de sus brazos amputados.
Como contraste a la radiante hermosura femenina de la Caridad; la alegoría del Trabajo, que actualmente se sitúa a las espaldas del Maqués.Encarna la fortaleza viril plasmada en un espléndido desnudo masculino; en la línea de Rodin y a la sombra de Donatello. Aparece en actitud de marcha, con pico y azadón sobre el hombro derecho y coronado con hojas de vid que representan de una manera alegórica el dominio de tierras que los Larios contribuyeron y poseyeron, y también en alusión a los frutos de la tierra. La figura del joven armoniza con la complexión atlética de su anatomía, de modelo naturalista proporcionado a Benlliure por el torero Luís Mazzantini.
En relación con los materiales, Benlliure le dio un peculiar sentido del decoro, reservó el bronce para las figuras masculinas y el mármol blanco de procedencia italiana para la figura femenina y del niño. Este monumento con el paso del tiempo sufrirá y perderá la mayor parte de los elementos decorativos. Como por ejemplo, los llamados genios, que son cuatro pequeñas alegorías situadas en las esquinas del plinto y que sostenían guirnaldas de hojas de hiedra con el escudo de Málaga y el blasón nobiliario de los Larios. Lo que se pudo conservar fue restaurado por Estrella Arcos von Haartman y el equipo Quibla.
Sobre el plinto en el que se sitúa la figura del Marqués de Larios hay unas referencias epigráficas:
- En la cara frontal del pedestal:
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- A don Manuel
- Larios
- II Marqués de Larios
- Málaga
- agradecida
- En el lateral derecho:
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- Nació en Málaga
- en XV diciembre
- MDCCCXXXVI
- En el lateral izquierdo:
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- Falleció en
- XXXI julio
- MDCCCXCV
- En la parte trasera del pedestal:
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- Inauguración
- I enero MDCCCXCIX
- Restauración
- mayo de 1951
Referencias
- Aguilar García, M. D., Una sociedad a finales del siglo XIX: MÁLAGA, Madrid, 1981.
- De Quevedo Pensannha, C., Vida artística de Mariano Benlliure, Madrid, España, 1947.
- Garzón Espinosa, A., El Marqués de Larios y los Republicanos. Historia de Málaga.
- Mateo Avilés, E., Piedades e impediedades y paternalismo burgués y beneficencia religiosa, 1985.
- Sánchez López, J. A., La voz de las estatuas. Escultura, arte público y pasajes urbanos de Málaga, UMA, 2005.
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