Iglesia Ecuménica Reformada de Buenos Aires

La Iglesia Evangélica Reformada de Buenos Aires es una comunidad ecuménica Valdense y Reformada Suizo Francesa y se encuentra adscripta al Sínodo Valdense.

Su historia

La Iglesia Evangélica Reformada de Buenos Aires (IERBA) es una Comunidad Ecuménica, que se conformó en 1972 por la unión de la Iglesia de habla Francesa del Río de la Plata, la Iglesia Reformada Suiza de Buenos Aires y la Iglesia Valdense en Buenos Aires, Argentina.

Estas tres iglesias provienen de la antigua tradición reformada, que se remonta al año 1170 con el movimiento valdense y al 1500 con la gran reforma del cristianismo.

La doctrina de todas ellas fue delineada en aquella época por el reformador Juan Calvino. El término Evangélica refiere a la fidelidad al Evangelio de Jesucristo como se halla en la Sagrada Escritura.

Esta asociada al Sínodo Valdense del Río de la Plata junto a otras comunidades de fe con las que mantiene diferentes obras de servicio.

Su fe es muy antigua y muy actual porque se remite a Jesucristo, y el amor que Dios nos ha mostrado en Él sigue siendo una Buena Noticia para la humanidad. Desean seguir y servir al Jesús de los evangelios en nuestro tiempo y nuestro medio, en comunión con las personas de buena voluntad y en el respeto a todo lo creado.

Celebran los Sacramentos del Bautismo y la Santa Cena como lo mandara nuestro Señor.

Su credo

Creen en un único Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Reconocen a Jesucristo como nuestro único jefe espiritual y a la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento) como regla de fe y conducta.

Creen en un Dios que no se goza en la muerte y los sufrimientos sino en la vida y liberación de sus criaturas a quienes ama profundamente y que por tener todo poder en los cielos y la tierra puede usar incluso al dolor para acercarnos a Él.

Creen en que los seres humanos a pesar de nuestros problemas y limitaciones podemos estar en relación con lo trascendente, porque esto no se da por nuestros medios sino porque Dios mismo se acerca a nosotros y nos ofrece por gracia esa oportunidad. Para esto es necesario pedirle que despierte en nosotros la fe que nos permita entregarle la conducción de nuestra vida.

Creen en la relación personal con Dios el único intermediario es Jesucristo y que el Espíritu Santo puede habitar en nosotros. Esto lejos de aislarnos de las demás criaturas nos mueve a reconocer en ellas a nuestros hermanos y hermanas.

Creen en un Dios de justicia, que nos da el don de la libertad para pactar con Él, dándonos también en la vida de Jesús un ejemplo para la conducción de nuestra propia vida. No nos da normas escritas para decidir ante cada situación, pero nos ofrece una ley que nos permite vivir seriamente la ética. Esa ley se resume en amar a Dios por sobre todo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Historia de su conformación

VALDENSES

INMIGRACION

Durante la inmigración valdense de fines del siglo XIX y principios del XX, las familias que llegaban a la Argentina, si bien tenían a Buenos Aires como punto de llegada, por lo general no se detenían aquí sino que continuaban viaje de inmediato a los puntos de colonización fijados en las provincias de Santa Fe, La Pampa y Entre Ríos. Sin embargo, según Marcelo Dalmás (Historia de los Valdenses en el Río de la Plata, Ediciones La Aurora, Bs. Aires, 1987) con la llegada a Buenos Aires en 1898 del pastor valdense Benjamín A. Pons para hacerse cargo de la Agencia de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, pastor éste de reconocida vocación ecuménica, se inicia lo que Dalmás describe del siguiente modo: “…el Pastor Pons desarrolló en la capital argentina una importante actividad en medio de las relaciones entre las distintas denominaciones evangélicas presentes en dicha ciudad, llegando a ser presidente de la Alianza Evangélica, especie de frente único que habían formado los evangélicos de numerosas denominaciones y que celebraba cultos casi todas las noches en distintos barrios de la ciudad. Por otro lado, marca la primera actividad valdense propiamente dicha en la capital argentina, ya que a pedido de un grupo de italianos radicados en Buenos Aires y que antes habían formado parte de congregaciones valdenses, Pons organizó una pequeña congregación libre que celebró sus cultos en un salón anexo del templo metodista e la calle Corrientes”. Esta acción del Pastor Pons fue en ese momento favorecida por la que en forma paralela efectuaba el prestigioso misionero bautista francés Pablo Besson. Como hecho anecdótico, es del caso señalar que de ese grupo reunido por Besson y Pons se hallaba un médico italiano de apellido Rocchi Lanoir, no valdense él mismo, pero sí su esposa, que era nada menos que hija del Presidente del Comité de Evangelización de entonces, el pastor Mateo Prochet. Lo traemos a colación porque más adelante aparecerá nuevamente el nombre de esta familia que regresó a Italia hacia 1910. En 1905 el pastor Pons vuelve a Uruguay para hacerse cargo de una de las Iglesias de ese país, lo que se tradujo en un languidecimiento progresivo del grupo existente que se fue disgregando entre las diversas denominaciones, particularmente la metodista de habla italiana. Otra “historia” de la Iglesia Valdense de Buenos Aires es la que se vivió al finalizar la segunda guerra mundial en 1945. Al terminar esta guerra, la Argentina, y particularmente Buenos Aires, se había convertido en algo así como una “tierra de promisión”. Abundaba el trabajo y las oportunidades de progreso eran para todos aquellos dispuestos a esforzarse, tanto del exterior, como del interior del país. Si bien al llegar a Buenos Aires no era fácil contactarse con valdenses, en los medios evangélicos se sabía que un grupo de valdenses asistía con cierta regularidad a los cultos dominicales matutinos de la Iglesia Metodista Central de la calle Rivadavia. Efectivamente, a tales cultos concurrían las familias que integraban el grupo valdense de referencia y que comprendían personas venidas del interior por razones de trabajo, como la familia de don Clemente Beux, que oficiaba como leader del conjunto; la numerosa familia Bertinat, los hermanos Bertín, los hermanos Tucat, la familia Barrancos, los hermanos Bertón, primero Norman y luego Norberto, algunos estudiantes universitarios y otros. Del grupo formaban también parte Blanca Mondón, una valdense uruguaya que se desempeñaba como enfermera en un importante hospital, así como las hermanas Sinquet provenientes de Santa Fe y que estudiaban enfermería. Ello sin contar con los estudiantes de la Facultad Evangélica de Teología (hoy ISEDET – Instituto universitario) y entre los cuales cabe recordar los nombres de Mario Bertinat, los hermanos Ribeiro, Daly Perrachón, Inés Rostán y posteriormente Delmo y Carlos Delmonte, así como la asistente social Berta Barolin. A este listado cabría agregar los nombres de algunas familias llegadas de Italia apenas finalizada la segunda guerra mundial: el señor Aldo Rocchi Lanoir y su hija que por ser nativo había podido ser repatriado en plena guerra, la familia Javier cuyo jefe llegaba como representante de una importante multinacional italiana; y las familias Rossi y Bertín para iniciar algún emprendimiento en el área de la fabricación de bicicletas y de los tejidos. Siempre bajo el liderazgo del señor Beux este grupo fue poco a poco organizando actividades como ser cultos valdenses o reuniones especiales en ocasión de la venida mensual que los pastores Ernesto Tron; Juan Tron o Silvio Long hacían a Buenos Aires desde Uruguay para tener a su cargo los cultos en francés de la Iglesia de Habla Francesa, o actos recreativos y devocionales durante los meses invernales, los que tenían lugar en el subsuelo de la Facultad de Teología, o reuniones al aire libre en verano, que no sólo fueron afianzado sino también consolidando el espíritu fraterno del grupo. Así las cosas, en una reunión especial a principios de 1949, el grupo valdense considera oportuno constituirse en Unión Cristiana de Jóvenes, tal cual había ya sucedido en otras ocasiones en el Río de la Plata, como paso preliminar necesario antes de constituir una Iglesia. Por lo demás, de esa manera el conjunto de valdenses en Buenos Aires adquiría consigo mismo un mayor compromiso para mantener su identidad en la comunidad en la que le tocaba vivir. Incluso, en esta misma base, en 1950 se organizó un curso de instrucción religiosa a cargo del estudiante de teología Norberto Bertón destinado a los jóvenes mayores del grupo, ya con la idea de ir formando futuros miembros de Iglesia. Por esa época se integra asimismo un grupo de señoras cuya finalidad, más allá de ser testigos de su fe, fue la de allegar algunos fondos para el sostén de las incipientes actividades desarrolladas. A principios de 1952 llega a Buenos Aires desde Italia y en calidad de profesor de la Facultad de Teología, el doctor Bruno Corsani, quien fue tomando asimismo la tarea de asesorar al grupo valdense sobre los pasos futuros para una siempre mayor consolidación de la obra. Es así que viendo el estado de las cosas lo suficientemente maduro, invita a convocar a una Asamblea que, a falta de la documentación del caso, se estima que fue realizada en octubre de 1952; se decide constituir la Iglesia Evangélica Valdense de Buenos Aires. También se eligen los miembros de su primer Consistorio, el que, de acuerdo al libro de Actas pertinente celebra su primer reunión el día 2 de noviembre de 1952, donde se distribuyen los cargos de la siguiente forma: presidente el Sr. Aldo Rocchi Lanoir y secretario el Sr. Héctor E. Berger. En esa reunión se conviene también abrir los libros de miembros comulgantes en base a las transferencias de la s Iglesias de origen o bien por profesión de fe; el libro de miembros electores y los respectivos libros de actos litúrgicos. Los cultos regulares a partir de entonces se realizaron durante un cierto tiempo en un local de la pro-catedral anglicana ubicada en la calle 25 de Mayo, para pasar luego por razones de comodidad, a la iglesia San Salvador de la misma Iglesia Anglicana, ubicada en la calle Charcas, en Palermo. Finalmente, y hasta la formación de la I.E.R.B.A, los cultos tuvieron lugar por varios años en la Facultad Evangélica de Teología. Desde su constitución como Iglesia Valdense se desempeñaron como sus pastores los profesores valdenses en la Facultad de Teología con la colaboración de los sucesivos estudiantes valdenses que allí cursaban sus estudios. Sucesivamente fueron así los pastores asignados: Bruno Corsani (1952-1955), Juan Alberto Soggin (1956-1960) y Alberto Ricciardi (1961-1972). En 1972 la Iglesia Valdense de Buenos Aires decide fusionarse con la Iglesia Evangélica de Habla Francesa del Río de la Plata y la Iglesia Evangélica Suiza de Buenos Aires para constituir la Iglesia Evangélica Reformada de Buenos Aires (I.E.R.B.A). Este proyecto ecuménico se venía ya incubando desde fines de la década de los años ’50 cuando, dada la relación existente entre pastores y miembros de las Iglesias de Habla Francesa, Suiza y Valdense y considerando la conveniencia de ir incorporando el idioma castellano en los cultos de las dos primeras, se conviene en celebrar un culto mensual único en común, los que generalmente tenían lugar en la capilla de la calle Olazábal. Debemos acotar que para esa fecha la Iglesia de Habla Francesa, había comenzado a reformar para adaptarla a tal fin, una propiedad adquirida algunos años antes. De esta colaboración surgió luego la idea de buscar, ya avanzada la década de los años ’60, el agrupamiento con fines de unión y/o colaboración de todas las iglesias de origen reformado existentes en Buenos Aires que en esa época eran: Iglesia Evangélica de Habla Francesa; Evangélica Suiza de Buenos Aires; Presbiteriana de San Andrés; Presbiteriana Coreana, Reformada Argentina; Reformada Húngara y Evangélica Valdense. Con tal objeto, luego de algunos contactos personales informales, se las invitó a constituir con representantes de todas ellas la Asociación de Iglesias Reformada en la Argentina (A.D.I.R.E.L.A.). Los integrantes de esta posible asociación se reunieron periódicamente durante varios años en los cuales no llegó a plasmarse idea alguna para una unión y/o formas concretas de efectiva colaboración. Así, durante el invierno de 1971 se llega a una reunión en la Iglesia Presbiteriana de la calle Conesa en la cual, luego de un largo intercambio de ideas relativamente inconducente, el representante de la Iglesia de Habla Francesa, Sr. Jacques Combette hace moción en el sentido de que las Iglesias dispuestas a considerar una unión entre ellas lo manifiestan ya en ese momento, sin perjuicio de que otras lo consideren en el futuro. Aceptado que ello fue, la Iglesia Suiza y la Valdense deciden juntamente con la Iglesia de Habla Francesa, constituir una Comisión de tres miembros que las representan, para elaborar un proyecto de Estatuto común que será estudiado en las respectivas Asambleas de Iglesias. Esta comisión estuvo integrada por los Sres. Jacques Combette (Iglesia de Habla Francesa), Roberto Lesser (Iglesia Reformada Suiza) y Héctor E. Berger (Iglesia Valdense) quienes trabajaron en el proyecto a lo largo del segundo semestre de 1971, tomando como base los elementos comunes de las respectivas bases estatutarias de las tres Iglesias involucradas. En noviembre de 1972, en una Asamblea especialmente convocada, las respectivas Congregaciones aprueban el proyecto de Estatuto común y ratifican el deseo de una unión entre las mismas. Así en un proyecto ecuménico inédito en el país se constituye oficialmente la Iglesia Evangélica Reformada de Buenos Aires (I.E.R.B.A.). En una Asamblea posterior se decide que I.E.R.B.A. se integre al Sínodo Valdense en el ámbito regional y global, en el entendimiento de que la actividad misionera valdense es su característica básica. Hoy la Iglesia Evangélica Reformada de Buenos Aires constituye una Iglesia pequeña con una enorme diáspora ciudadana en un conglomerado en la que residen más de diez millones de personas, lo que, por supuesto no facilita su actividad. Sin embargo, y aunque su presencia podría ser calificada como simplemente simbólica en una ciudad como Buenos Aires y sus alrededores, no deja de ser necesaria en un país en que se hallan diseminados reformados y valdense a lo largo de casi todo su territorio y cuya capital, por otra parte, es sede regional de todos los entes ecuménicos de los cuales la Iglesia Valdense forma parte.

Iglesia Evangélica Reformada de Buenos Aires Grupo suizo

Fue durante la segunda guerra mundial cuando los suizos de Buenos Aires, que practicaban el culto reformado en las iglesias alemanas, decidieron formar su propia congregación, como consecuencia, principalmente, de la creciente intolerancia política que lamentablemente también había alcanzado a aquéllas. Durante los primeros tiempos las actividades se limitaron a una escuela dominical para los niños. Concluida la guerra, fue enviado desde Suiza el pastor Pablo Wildi cuyo paso por Buenos Aires es recordado aún hoy por todos aquellos que le conocieron. Su avasallante personalidad logró mantener unida a esta comunidad y darle un impulso como nunca había tenido ni volvería a tener. Fue en esa época que se incrementaron los contactos y actividades con la Iglesia Reformada de habla francesa a cuyo frente se encontraba el pastor Valdo Galland, primero, y luego el pastor Eduard de Montmollin, ambos muy queridos. La actividad con los jóvenes fue importantísima y años mas tarde facilitó enormemente la fusión de ambas congregaciones. Fue en ese año 1955 que se adquirió el edificio propio. Siguieron luego los pastores Guido Niffenegger, Urs Steinemann, Ruedi Renfer y luego, Elizabeth Flach, todos ellos de alguna manera pioneros, ya que para ellos, sin excepción, fue a veces difícil desempeñarse en un medio muy distinto al que estaban acostumbrados en Suiza. Su presencia fue, en todos los casos, renovadora y para muchos compatriotas significó de alguna manera el recuerdo de la Patria lejana. Como a todas las agrupaciones suizas, el paulatino deterioro económico y su inmediata consecuencia, la falta de inmigración, golpeó también a la Iglesia Reformada Suiza y, ante el peligro de desaparición, optó por fusionarse con la Iglesia Reformada francesa y posteriormente con la Iglesia Valdense del Río de la Plata, conformando la hoy denominada Iglesia Evangélica Reformada de Buenos Aires (I.E.R.B.A). El resultado de esta asociación es hoy mirado con mucho interés en Europa ya que, si bien no sea quizás el único caso existente en el mundo, es muy poco frecuente que tres denominaciones distintas en su credo -aunque si muy similares- pero distintas en su origen, en sus idiomas y en sus tradiciones, se unan para formar una sola congregación. Múltiples dificultades y roces ha originado esta particular situación, pero siempre fueron salvados con trabajo, comprensión y la necesaria cuota de sacrificio y renuncia de los miembros de la congregación en aras del objetivo final que es la asimilación al país en que vivimos. Finalmente es importante señalar que, si bien IERBA procura ensamblarse con la sociedad que la rodea, no ha cerrado las puertas a los suizos y franceses que lleguen y sientan la necesidad de contar con un lugar donde practicar su culto, o bien deseen el apoyo espiritual muchas veces necesario. Muy por el contrario; IERBA quiere y espera que esas personas se acerquen así como son, con su idioma, con sus costumbres y sobre todo con su tradición democrática porque no sólo la política hace la historia de los hombres, sino que la religión también es generadora de historia.

IGLESIA EVANGELICA REFORMADA - COPIADO DEL LIBRO Asociaciones Suizas en Argentina

Cuando ya había comenzado la Segunda guerra, los miembros de la comunidad suiza de Buenos Aires que pertenecían a la congregación de la Iglesia Reformada asistían a la Iglesia Evangélica Alemana (Iglesia Evangélica del Río de la Plata). Recién cuando se agudizó la intolerancia de algunos alemanes a partir de la “Gleichschaltung” (literalmente “sincronización”, política mediante la cual el régimen nazi estableció un sistema de control totalitario sobre el individuo), se mudaron de las comunidades alemanas para fundar su propia congregación. Sin embargo en primera instancia este propósito terminó en el establecimiento de una escuela dominical para los niños. Después de la guerra fue enviado desde Suiza el pastor Pablo Wildi que supo reunir su congregación dándole especial impulso a la formación la Iglesia Evangélica Reformada de Buenos Aires (IERBA) conjuntamente con la entonces Iglesia Reformada francesa y la Iglesia Valdense. Siguieron al pastor Wildi, los pastores Guido Niffenegger, Urs Steinemann, Ruedi Renfer y Elizabeth Flach, todos a su manera pioneros a gran distancia de su patria. En 1955 la congregación pudo adquirir su propio edificio. En la década de 1950 se tomó contacto con la Iglesia Reformada Francesa de la que estuvieron a cargo los pastores Valdo Galland y más tarde Eduard Montmollin. En especial la juventud pudo ser convencida de participar en la cooperación de ambas congregaciones. En virtud del deterioro de la situación económica de Argentina y de que ya no ingresaban inmigrantes suizos, también menguó la actividad en la congregación. Se fusionaron entonces las Iglesias Reformada suiza y francesa en primer término y luego se agregó la Iglesia Valdense del Río de la Plata. Hoy las tres congregaciones forman unidas la Iglesia Evangélica Reformada de Buenos Aires . IERBA. Esta fusión es considerada un ejemplo de ecumenismo, ya que cada congregación aportó su idioma y tradiciones diferentes, sin embargo supieron superar dificultades mediante un duro trabajo y enorme comprensión, para convivir armónicamente.

Enlaces externos

• Blog de la Iglesia Evangélica Reformada de Buenos Aires (IERBA)