- Vuelo 508 de Lansa (Perú)
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El vuelo 508 de LANSA fue un accidente aéreo producido el 24 de diciembre de 1971 sobre la selva amazónica peruana con un saldo de 92 fallecidos y con una única joven sobreviviente por cuya insólita historia de supervivencia en condiciones extremas se hizo mundialmente famosa.
Contenido
El accidente
El 24 de diciembre de 1971, Juliane y su madre María se dirigieron al aeropuerto Jorge Chavéz en Lima, Perú y fueron parte de los 93 pasajeros que abordaron un cuatrimotor Lockheed 188 Electra bautizado como Mateo Pumacahua, correspondiente al vuelo 508 de LANSA con destino a la ciudad de Pucallpa, donde su padre, que allí trabajaba, las esperaba para celebrar la Navidad.
Juliane Diller Köpcke (en inglés suele escribirse también Koepcke) era en ese entonces una jovencita de 17 años, hija del biólogo Hans-Wilhelm Köpcke y de una famosa ornitolóloga, Anna Maria Emilia Koepcke de nacionalidad alemana cuyo apellido llevaban al menos tres aves tropicales amazónicas[1]
Juliane había nacido en Lima, Perú, en 1954. En 1971 ya se encontraba cursando el último año de la escuela media y pensaba en estudiar zoología o biología. El vuelo 508 despegó cerca del mediodía con retraso rumbo a Pucallpa para después proseguir a la ciudad de Iquitos en plena selva peruana.
Traspasó los Andes a 7.000 m con buen tiempo y 40 minutos después del despegue se adentró en cielos amazónicos donde se estaba germinando un frente de mal tiempo. El avión perdió altura hasta los 6.000 m y comenzó a sacudirse provocando la inquietud de los pasajeros.
La tormenta en desarrollo era del tipo nimbus cumulus con actividad eléctrica intensa y el avión fue sometido a turbulentas corrientes de aire. La voz de una azafata se dejó sentir[2] por los altoparlantes:
- “Señores pasajeros les informamos que la zona de turbulencias que estamos atravesando se debe a una importante tormenta sobre la selva Amazónica. Abróchense los cinturones"-Esta instrucción de seguridad salvaría a Juliane Köpcke.
Las sacudidas fueron cada vez más violentas y los equipajes de mano se salieron de sus cubículos. El avión descendió unos 4.000 m y el piloto buscaba aire más denso para realizar un aterrizaje de emergencia.
Köpcke describe[2] así los siguientes momentos que ocurrieron:
-" Yo fijaba la vista en el motor derecho como recurso virtual a mi falta de apoyo físico. La fría humedad de la mano de mi madre delataba su consabido sufrimiento. En ese punto, el viaje se tornó en la aventura de mi vida cuando una inmensa y cegadora luz atravesó la hélice que yo contemplaba. El avión se escoró rápidamente y comenzó a caer picado gobernado ahora únicamente por la fuerza de la gravedad"-.
A eso de las 12:36 horas, un rayo alcanzó al avión, en el motor derecho e incendió el tanque de combustible, provocando una cadena de accidentes, el incendio provocó un fallo estructural masivo que partió la aeronave a nivel de la cola:
-" El avión se partió en dos justo delante mí a unas filas de la cola, por momentos la ingravidez acompañó la sensación de vértigo de un abismo visible a nuestro alrededor. Mi madre desabrochó forzada su mano de la mía para no volver a tocarla viva nunca más."-Enseguida cayó desde unos 2.000 metros de altitud y llovieron restos incendiados sobre la selva. Juliane salió despedida del avión, asida por su cinturón a su butaca, y esta cayó sobre una pendiente suave de una ladera luego de un vuelo libre de 2 km de altura para ir a dar sobre las copas de los árboles, cuyas ramas de a poco se quebraron, hasta que terminó en el suelo.
Supervivencia
Juliane estuvo inconsciente unas tres horas, y cuando despertó, se encontraba en tierra, sentada sobre su butaca, y rodeada de la más densa selva. El hecho de haber caído con su butaca, y que ésta cayó sobre la espesa vegetación le salvó la vida.
Juliane miró a su alrededor y junto a ella había[2] solo cuerpos y restos del avión. No lo sabía pero era la única sobreviviente.
-"Me desperté sentada en el mismo asiento, como iniciando otro viaje pero, esta vez, al infierno. Había tres cuerpos desmembrados a mí alrededor, creía que se trataba de una pesadilla y me volví a dormir por unos instantes. Cuando creí volver en sí me atraganté de realidad. Cuerpos inertes colgaban de los árboles, hierros, asientos, ropas y maletas desparramadas por la selva, humo, mucho humo y crepitar de combustiones desperdigadas hasta donde la espesura de la jungla dejaba distinguir"-.Increíblemente, Juliane Höpcke tenía solo heridas mínimas ( una clavícula rota y un ojo morado)[2] y cuando se incorporó encontró el cadáver de su madre tras el asiento.
Juliane pasó los siguientes dos días tratando de buscar alguna ayuda pero lo único que halló fueron los restos calcinados del aparato y los cadáveres de otros pasajeros en rápida descomposición.
Juliane decidió aferrarse a la vida y sobrevivir a toda costa. Recordando los consejos de su padre, que le enseñó nociones de cómo orientarse en un lugar desconocido, Juliane empezó a seguir el curso de un arroyo, con la esperanza de que éste la condujera hasta ríos más caudalosos, en donde podría habitar gente.
Fueron días aciagos, en los que debió hacer frente a un calor insoportable, a las picaduras de los mosquitos, y al peligro, latente, de que se le apareciera un animal salvaje. Juliane no sabía que se encontraba a más de 600 km de cualquier centro habitado, en plena amazonía peruana. Finalmente llegó a un río navegable y caminó por manglares y la orilla hasta dar con una canoa a motor y un refugio de cazadores. Su cuerpo se había emparasitado con larvas de moscas y se roció con combustible para intentar echar fuera a las larvas.
A la mañana siguiente, unos campesinos se presentaron en el lugar, y éstos la llevaron hasta su aldea, donde le dieron comida y le curaron las heridas más graves (tenía la piel infestada de gusanos). Al día siguiente, Juliane fue llevada en canoa (10 horas de viaje) hasta el pueblo de Tournavista, y de ahí trasladada en avión hasta Pucallpa, donde fue internada en el hospital. Allí, se reunió con su padre, en un emotivo reencuentro.
Las indicaciones de Juliane Höpcke ayudaron a dar con los restos del avión ( se encontró la parte delantera casi intacta) y constatar que si bien sobrevieron entre 9 y 14 pasajeros a la caída, estos no vencieron a la selva y fallecieron en diversas circunstancias.
Vida posterior
Juliane regresó a Alemania, donde se recuperó totalmente de sus heridas y continuó sus estudios, obteniendo su título en zoología y biología en 1987. La Dra. Juliane Diller, como se la conoce actualmente, se especializa en mamalogía, sobre todo en el estudio de murciélagos.
Cine
La increíble historia de supervivencia de Juliane dio la vuelta al mundo y fue motivo de numerosos artículos en la prensa internacional. Se han hecho dos películas:
- Miracoli accadono ancora (Los milagros todavía ocurren), dirigida por Giuseppe Maria Scotese, 1974
- Wings of Hope (Alas de Esperanza) dirigida por Werner Herzog, 2000
Referencias
- ↑ «Las aves de Höpcke» (en inglés). StateMaster. Consultado el 8 de noviembre de 2008.
- ↑ a b c d Pérez Íñiguez, Víctor Hugo. «Vuelo 508 de LANSA». Citas Curiosas. Consultado el 8 de noviembre de 2008.
- Este artículo fue creado a partir de la traducción del artículo LANSA Flight 508 de la Wikipedia en inglés, concretamente de esta versión, bajo licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0 y GFDL.
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