- Sinfonía n.º 6 (Bruckner)
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La Sinfonía nº 6 en La mayor del compositor austríaco Anton Bruckner (1824-1896) es una obra en cuatro movimientos compuesta entre el 24 de septiembre de 1879 y el 3 de septiembre de 1881 y dedicada a su mecenas, el Dr. Anton Van Ölzelt-Newin. Aunque posee muchos rasgos característicos de las sinfonías brucknerianas, difiere también sustancialmente del grueso de su producción. Redlich ha ido más allá y señala la ausencia de huellas del estilo bruckneriano de composición de sinfonías en la Sexta, dado el desconcierto de crítica y público ante la obra.
Según Robert Simpson, aunque no es la más interpretada y ha sido muchas veces considerada como el patito feo de la producción sinfónica de Bruckner, la Sexta no sólo produce una rica e inmediata sensación de rica y expresiva individualidad. Sus temas son excepcionalmente bellos, sus armonías contienen momentos audaces y al mismo tiempo sutiles, su orquestación es la más imaginativa que Bruckner ideó jamás y muestra un dominio tal de las formas clásicas que llegó a impresionar a Brahms.
Contenido
Contexto histórico
Para la época en que Bruckner emprendió la composición de la Sexta, sólo tres de sus sinfonías habían sido dadas a conocer al público. El reciente estreno de la Tercera fue bastante cercano al desastre, recibiendo una feroz y negativa crítica de Eduard Hanslick, cosa nada sorprendente debido a que en la batalla entre los partidarios de Wagner y de Brahms que tenía lugar entonces en Viena, el crítico capitaneaba a estos últimos.
La composición de la Cuarta Sinfonía marcó el inicio de lo que algunos han dado en llamar la Tetralogía Mayor, compuesta por las sinfonías escritas en tonalidades mayores. De hecho, dicha tetralogía ocupó a Bruckner una década entera, dedicándose a escribir obras de gran formato en tonalidades mayores, hecho notable si se advierte que las sinfonías anteriores lo fueron en tonalidades menores. La composición del Quinteto de cuerda y de la Sexta Sinfonía supuso la entrada de Bruckner en un nuevo período composicional dentro de la etapa de la «Tetralogía Mayor». No obstante, la Sexta mantiene unos lazos muy intensos con la Cuarta y la Quinta y se considera como la respuesta reflexiva y humanística a sus dos predecesoras. Tal vez por eso algunos críticos le han encasquetado el sobrenombre de Filosófica.[cita requerida]
Rasgos característicos de la composición
Las sinfonías de Bruckner abarcan muy diversas técnicas de composición, pero la que menos variaciones experimentó en el conjunto de su repertorio sinfónico es el singular patrón formal que subyace. De hecho, los cuatro movimientos ampliados deben su factura al tratamiento temático y la estructura de los trabajos del último Beethoven. La única diferencia realmente importante y que rompe el esquema formal respecto de las otras sinfonías es el uso de la forma sonata en el segundo movimiento, en vez de la habitual forma ternaria de grandes proporciones.
Desde el punto de vista temático, existen dos clases de temas en las sinfonías de Bruckner. En primer lugar, los temas claramente definidos en la forma; en segundo lugar, otros temas que operan como motivos, cortos y de un acabado más abierto, como ocurre en la Sexta. Otro rasgo característico de los temas de las sinfonías de Bruckner es la íntima relación entre los movimientos inicial y final, aunque habitualmente en el primer movimiento es donde se enfatiza el contraste temático. Más específicamente, la amplificación de la exposición del primer movimiento se nutre tanto del tema principal como de dos subsidiarios que se desarrollan en este momento; una técnica exclusivamente bruckneriana.
Otras características que encontramos en las sinfonías de Bruckner (y más concretamente en la Sexta) es el exhaustivo tratamiento del acorde de séptima dominante como acorde de sexta alemana en una nueva tonalidad, el uso de cadencias como factor decisivo en atrevidas modulaciones, el uso de pedales de órgano como pivotes armónicos y estructurales, cadenas de secuencias armónicas y, muy visible aquí, uso masivo de motivos rítmicos, especialmente el llamado ritmo bruckneriano: dos negras seguido de un tresillo de negras o a la inversa. Este ritmo domina la mayor parte del tiempo en la Cuarta y es prácticamente inexistente en la Quinta; en la Sexta se convierte en una fuerza impulsora: las complejidades métricas generadas por lo único de su distribución rítmica son más pronunciadas en el primer movimiento de la Sexta que en cualquier otra sinfonía bruckneriana.
Orquestación
La orquestación de la Sexta es la acostumbrada en Bruckner, al margen de algunas peculiaridades técnicas. Como en otras obras sinfónicas, no existen indicaciones de extremo virtuosismo aparente. Más bien al contrario, la orquestación hace gala de una gran sencillez. Bruckner suele alternar las secciones solistas con los tutti y mezcla los instrumentos para crear el tejido musical y mostrar diferentes grupos temáticos.
- 2 flautas.
- 2 oboes.
- 2 clarinetes en la y en si bemol.
- 2 fagotes.
- 4 trompas en fa.
- 3 trompetas en fa.
- 3 trombones (alto, tenor y bajo).
- 1 tuba.
- timbales.
- cuerdas (violines primeros y segundos, violas, violonchelos y contrabajos).
Análisis temático y formal
I: Majestoso
Bruckner titula este movimiento como «Majestoso», no con el habitual Maestoso, probablemente debido a que lo quiso derivar del latino maiestas, -atis, poder soberano. El movimiento, claramente en forma sonata, se abre con el característico ritmo bruckneriano en los violines, si bien Bruckner se cuida mucho de mantener la enigmática atmósfera indicando al ejecutante que mantenga el arco sobre el violín, evitando así que el motivo rítmico sea demasiado animado. En ese ambiente misterioso se escucha el intenso tema principal, paráfrasis del tema inicial de la Cuarta, en las cuerdas graves, por debajo del ritmo bruckneriano de los violines.
Discografía seleccionada
- 1963 Joseph Keilberth / Orquesta Filarmónica de Berlín / Teldec
- 1964 Otto Klemperer / New Philharmonia Orchestra / EMI
- 1966 Eugen Jochum / Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera / Deutsche Grammophon
- 1972 Horst Stein / Orquesta Filarmónica de Viena / Decca
- 1981 Wolfgang Sawallisch / Orquesta Estatal de Baviera / Orfeo
- 1988 Eliahu Inbal / Orquesta Sinfónica de la Radio de Fráncfort / Teldec
- 1988 Gunter Wand / Orquesta Sinfónica de la NDR / RCA
- 1991 Sergiu Celibidache / Orquesta Filarmónica de Múnich / EMI
- 2008 Herbert Blomstedt / Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig / Querstand
- 2009 Marek Janowski / Orchestre de la Suisse Romande / Pentatone
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