Batalla de Queronea
Parte de Cuarta Guerra Sagrada
La estrella de Vergina, símbolo de la monarquía macedonia.
Fecha 338 a. C. Lugar Beocia Resultado Decisiva victoria macedonia
Beligerantes
Reino de Macedonia	Tebas Atenas
Comandantes
Filipo II Parmenio Alejandro Magno	Estratocles Cares Próxeno Nausicles
Fuerzas en combate
30.000 infantería 3.000 caballería	35.000
Bajas
4.000	4.000 atenienses y tebanos 254 infantes del batallón sagrado

Queronea es una antigua ciudad de Grecia situada en la región de Beocia. Esta ciudad se hizo famosa en la Historia por haber sido el escenario de batallas decisivas para el devenir de Atenas. Más tarde, en el siglo I a. C., se produjo en Queronea el último de los combates entre el ejército romano mandado por Sila y el rey del Ponto Euxino, Mitrídates VI Eupátor.

La batalla

La batalla más famosa ocurrida en Queronea fue la que sostuvo Filipo II de Macedonia contra los ejércitos unidos de las ciudades de Tebas y Atenas, en el 338 a. C. Después de este acontecimiento, las polis griegas se aliaron a Macedonia como estados tributarios, aunque conservando su independencia.

Filipo de Macedonia encabezó una expedición por tierras griegas, con la intención de erigirse en dueño y soberano de todas ellas. Como ocurriría posteriormente con muchos pueblos invasores, admiraba y protegía la cultura helena, por lo que buscaba someter a los griegos a su mando, no destruirlos. Los distintos pueblos y polis griegas llevaban años luchando entre ellos por la hegemonía suprema de Grecia: era un caldo de cultivo idóneo para la empresa que se proponía Filipo.

La primera victoria del macedonio en territorio griego sucedió en el 346 a. C., cuando conquistó la región de Focia (en el centro de la península griega). A partir de ese momento Macedonia, con su rey al frente, fue admitida en la Anfictionía. Con su recién adquirido poder, Filipo dominaba los asuntos de Grecia y asumió el control del Oráculo de Delfos, de suma importancia a la hora de tomar cualquier decisión de índole militar o política.

En el año 338 a. C., las ciudades de Tebas y de Atenas se hallaban enfrentadas; pero, ante el peligro que suponía Filipo y su gran ejército, y siguiendo la exhortaciones del gran orador y político Demóstenes, decidieron unirse contra el enemigo común e iniciar la guerra. Los tres ejércitos se enfrentaron en los campos de Queronea. El ejército macedonio tenía como generales a dos magníficos estrategas: Filipo y a su hijo Alejandro, que contaba por entonces 18 años y comandaba 1.800 jinetes. Al principio la victoria pareció favorecer a los griegos, pero los jefes macedonios eran buenos profesionales y Filipo supo engañar de forma contundente al enemigo, que se vio sorprendido de frente y con un flanco al descubierto. Ganó la batalla y después se comportó con sabiduría política, sin humillar a los vencidos —sobre todo a los atenienses— devolviendo la libertad a los prisioneros.

Descripción de la batalla

El flanco derecho y centro del ejército macedonio lo conformaban la falange y los aliados (griegos afines) al mando de Filipo y Parmenio. El flanco izquierdo lo mandaba su hijo Alejandro y su caballería de hetairoi. En el ejército griego formaron los atenienses en el ala izquierda, y los tebanos el ala derecha con el Batallón Sagrado de Tebas en su extremo. Al frente de éstos se encontraba la caballería de compañeros de Alejandro. Filipo movió a su gente oponiéndose a los atenienses y después simuló una retirada. En el momento preciso se detuvo, giró y se enfrentó a los perseguidores atenienses por sorpresa. Mientras Filipo hacía esta maniobra, su hijo se lanzaba contra el batallón sagrado que tenía enfrente, venciéndoles y destruyendo el flanco derecho del ejército griego. Los atenienses huyeron y los tebanos fueron completamente derrotados.

Véase también

• «La batalla de Queronea» (2006). Consultado el 2006.