Besullo
País	España
Comunidad autónoma	Principado de Asturias
Comarca	Narcea
Concejo	Cangas del Narcea

Besullo (Bisuyu en asturiano) es un lugar y una parroquia del concejo asturiano de Cangas del Narcea, en España.

Tiene una extensión de 20,06 km² en la que habitan un total de 253 personas (2005) repartidas entre las poblaciones de Besullo, Cubopuerto, El Otriello, Forniellas, Sanabuega, Pontones, Posada, Faidiel y el Cuarto la Barguera, formado por Cerecedo, Irrondo y San Romano.

Es el pueblo natal del dramaturgo Alejandro Casona. Lamentablemente, la vivienda de su infancia se ha perdido recientemente a causa de un incendio (ver reportaje del 7 de junio de 2006 en La Nueva España)

Sus fiestas más destacadas son las que honran a Nuestra Señora de Las Veigas, a mediados de agosto (13, 14, 15 y 16). Dicha celebración reúne a cientos de personas de distintos puntos de España y es organizada por los jóvenes del pueblo.

El plano religioso consiste en una procesión cuya distancia une la iglesia del pueblo con la Capilla de Las Veigas. En esta pequeña peregrinación, varios voluntarios llevan a la Virgen apoyada en sus hombros hasta Su capilla, donde se le honra con un rito litúrgico, seguido de gaitas, sidra y alegría. La tarde del mismo día (15 de agosto), la Virgen es devuelta a Su iglesia de manos de la Peña El Furmiento (Peña formada por mujeres, vetada a hombres) que organizan una sonora descarga al final de su marcha.

El día 16 comienza con una subida a la Capilla de la Magdalena, (capilla situada en lo alto de un monte, de acceso moderado y distancia corta). Tras la misa, la fiesta comienza de nuevo con la vuelta al pueblo: música, comida y juegos (tanto infantiles como adultos) comienzan a resonar hasta el atardecer. Esa noche, a la una de la madrugada, la Peña CuatroPicos (Peña formada por hombres, betada a mujeres) organiza una descarga de voladores que tiñen de color la última noche de fiesta del pueblo.

Sin embargo, también ha de mencionarse la fiesta de "la Fumaza", celebrada durante Semana Santa y cuya sorprendente característica es una fusión de cultura pagana y religiosa (recordemos que en este pueblo hay indicios de la existencia de capillas católicas Y protestantes). Durante la Fumaza, los habitantes crean una hoguera de grandes dimensiones que comienza a arder en el frío de la noche. Posteriormente es bendecida por el párroco y entonces todos los fieles, acompañados de sus velas, las encienden de la santa lumbre o de la vela de un vecino. Un acto de unión y alegría que se celebra desde tiempos inmemoriables y que culmina con cánticos religiosos y la posterior fiesta popular, donde todos, religiosos y paganos, jóvenes y ancianos, se reúnen para celebrar con alegría una fiesta que el resto de España tiñe de luto.

Sus instalaciones turísticas incluyen visitas guiadas por el pueblo y diversos bares plagados de diversión dispuestos a acoger a cualquier amante de lo montañesco.