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Candidiasis
Cultivo en ágar de Candida albicansClasificación y recursos externos CIE-10 B37.0; B35 CIE-9 112.9 OMIM 606788 DiseasesDB 1929 PubMed Buscar en Medline mediante PubMed (en inglés) Sinónimos Infección micótica de piel Aviso médico La candidiasis constituye un grupo de infecciones causada por un hongo oportunista que puede tener expresión cutánea, gastrointestinal, sistema respiratorio y genitales del género Candida, de los cuales Candida albicans es la más frecuente. Se puede transmitir por ropas, objetos y también por contacto sexual. Estos hongos están siempre presentes en la piel y en la mucosa del tracto digestivo, genitourinario y respiratorio de la mayoría de las personas, pero se encuentran controlados por otros microorganismos no patógenos. Cuando se produce un desequilibrio, el aumento desmedido de la población de hongos produce esta u otras micosis.
Cuando el hongo de la candida se produce, es muy importante buscar un tratamiento para eliminar esta infección por hongos que puede ser vaginal, oral o genital. La candidiasis bucal o candidiasis oral se puede detectar al percibir unas manchas blancas dentro de la boca.
Contenido
Epidemiología
La candidiasis afecta normalmente las zonas húmedas y cálidas de la piel y las mucosas, como las axilas, la boca, uñas, el glande y la vagina; las erupciones cutáneas asociadas con el uso de pañales suelen ser de este tipo. Representa un 25% de las micosis cutáneas.
La candidiasis es la más frecuente causa de vaginitis; se estima que tres de cada cuatro mujeres experimentan al menos un episodio de candidiasis durante su vida. Candida albicans es parte de la flora normal de la vagina; las condiciones patógenas pueden producirse por el uso de duchas que eliminen parte de los microorganismos que lo controlan (como los lactobacilos).
Las probabilidades de contraer candidiasis aumentan en pacientes obesos y diabéticos; el consumo de antibióticos y anticonceptivos también incrementa el riesgo, así como alteraciones hormonales debidas al embarazo.
En pacientes con deficiencia sistema inmunitario, neoplasias, diabetes, lupus eritematoso, y linfomas, la infección puede extenderse, con consecuencias bastante graves.[1]
Etiología
Los hongos están siempre presentes en el cuerpo humano, pero la presencia natural de otros microorganismos previenen su crecimiento descontrolado. Sin embargo, perturbaciones externas, como el uso de ciertos detergentes, variaciones del pH, o internas, como cambios hormonales o fisiológicos, pueden causar alteraciones de la biota y resultar en un crecimiento anormal de los hongos.
El embarazo, el uso de anticonceptivos, el sexo vaginal después del sexo anal y el uso de lubricantes que contienen glicerina son factores relacionados con infección por hongos. La diabetes y el uso de antibióticos también parecen tener incidencia en la micosis. Además, la cándida puede transmitirse sexualmente. Los tratamientos de reemplazo hormonal y de infertilidad podrían también ser factores desencadenantes.
Síntomas
Los síntomas se caracterizan por lesiones cutáneas (enrojecimiento o inflamación de la piel) acompañadas de prurito y sarpullido. En las infecciones vaginales, puede presentarse flujo blanquecino, con un característico olor a levadura. Su periodo de incubación es de 8 a 15 días.
Diagnóstico
El diagnóstico consiste en una inspección visual de las lesiones. Las reacciones con hidróxido de potasio se emplean a veces para determinar la naturaleza de la infección. Un diagnóstico diferencial característico de la cándida con otras lesiones blancas orales, es que se elimina al raspado.
Tratamiento
El tratamiento de la candidiasis se basa en cuatro pilares:
- Realización de un diagnóstico precoz y certero de la infección.
- Corrección de los factores facilitadores o de las enfermedades subyacentes.
- Determinación del tipo de infección candidiásica.
- Empleo de fármacos antifúngicos apropiados.[2]
Los casos ligeros de candidiasis pueden no requerir intervención médica; remedios de uso doméstico incluyen el consumo o aplicación tópica de yogurt, en que los lactobacilos presentes en el medio combaten el hongo, y otros fungicidas, como la alicina obtenida de los dientes de ajo.
Los antimicóticos de laboratorio para el tratamiento de la candidiasis incluyen por lo general nistatina, fluconazol, ketoconazol, clotrimazol, o anfotericina.
El cuidado con la higiene ayuda a mantener a raya las infecciones de candida. Se debe mantener limpia, seca y expuesta al aire la parte afectada. En el caso de infecciones vaginales, se debe seguir los consejos de un ginecólogo.
Complicaciones y prognosis
La candidiasis en general tiene un buen pronóstico, sin embargo a veces es difícil de tratar y puede reaparecer con el tiempo. En individuos con compromiso del sistema inmunológico una infección cutánea, vaginal u oral puede complicarse derivando en una candidiasis generalizada o en una infección que afecte al sistema digestivo (candidiasis esofágica).[3]
Referencias
- ↑ Fitzpatrick TB, Johnson RA. (1994, 2ª ed.), Atlas de dermatología clínica. Mc Graw-Hill. Interamericana, pp. 118-119. Madrid. ISBN 968-25-2046-0.
- ↑ Ashman BR, et al. IL-12 and Related Cytokines: Function and Regulatory Implications in Candida albicans Infection. Clinical and Developmental Immunology. 2010. 2011: 1-9
- ↑ Krugman S., Katz, S. L. Enfermedades infecciosas. México: Interamericana MacGraw-Hill, 8ª edición, pag. 286. ISBN 968-25-1467-3.
Enlaces externos
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