- Central Térmica de la Ciudad Universitaria de Madrid
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Central Térmica de la Ciudad Universitaria de Madrid
La Central Térmica de la Ciudad Universitaria de Madrid, fue construida en el año 1932 para surtir de calefacción a dicha ciudad universitaria, como un elemento importante de la organización del plan urbano.
Su fin era dar energía térmica a los edificios que se iban a construir en el Ciudad Universitaria de Madrid en un sistema de calefacción urbana. El edificio fue proyectado por el arquitecto Manuel Sánchez Arcas y el ingeniero Eduardo Torroja Miret, en estilo racionalista de la época y recibió el premio Nacional de Arquitectura del año 1932.
Contenido
Arquitectura
- El edificio fue proyectado por Manuel Sánchez Arcas tras un viaje de estudios por varios campus norteamericanos.[1] .
- El edificio en su diseño original estaba compuesto por dos volúmenes bien diferenciados acabados en ladrillo dispuesto en hiladas a soga y sin yagas, lo que producía una impresión de plano contínuo de alta belleza a sus superficies.
- La chiminea era abrazada por la construcción constituyendo el único ornamento, que a vez era funcional y representativo, que se permitió el maestro.[2] .
- Se la considera "la obra más auténticamente de vanguardia construida en la Ciudad Universitaria antes de 1936".[3] .
Remodelaciones
- Fue casi destruido durante la Guerra Civil Española, en 1936, pues la Ciudad Universitaria fue frente de guerra durante la Defensa de Madrid, y otros muchos edificios, casi recién construidos, también resultaron seriamente dañados. Se encargó de su reconstrucción Eduardo Torroja, en 1943, procurando conservar el estilo de su diseñador, ya que éste se encontraba exiliado en Polonia, empeñado en la reconstrucción de Varsovia.
- Posteriores remodelaciones no fueron tan respetuosas con el edificio y se le han ido añadiendo diversos cuerpos al volumen original menguando el valor arquitectónico de la obra.
Evolución como Central Térmica
Las facultades y Escuelas Técnicas construidas hasta los años 50 se conectaron a la central, pero después, un mal entendido concepto de la energía, hizo que las nuevas facultades se construyeran con centrales propias.
Algunas facultades se desengancharon de la Central por razones poco serias; por ejemplo, la Escuela Técnica Superior de Arquitectura creo su central propia cuando se construyó un paso subterráneo en la plaza del Cardenal Cisneros, que cortaba el conducto que la unía a la central. Más adelante, cuando la Universidad Complutense se escindió para crear la Universidad Politécnica de Madrid, por razones, parece que burocráticas, el resto de las Escuelas de la nueva Universidad se desengancharon también.
Actualmente la central sigue funcionando, habiendo cambiado de combustible, del inicial, y normal en la época, el carbón, se cambió a gasóleo y ahora funciona con gas natural. Su capacidad es superior a las demanda de los edificios que siguen enganchados a ella, a pesar de que el precio de la unidad de energía térmica es inferior al que cuestan los de las centrales de edificio que hay en otras facultades.
Referencias
Bibliografía
- Arquitectura Española de la Segunda Repúbica, Oriol Bohigas, (1970). ISBN 84-7223-505-X
- Madrid. Arquitecturas Perdidas 1927 - 1986, A. Arean Fernández, J. A. Vaquero Gómez y Juan Casariego Córdoba, (1995). ISBN 84-85941-22-5
- El Racionalismo Madrileño, Juan Antonio Cortés, (1992).
- Historia de la Arquitectura Moderna, Leonardo Benévolo, (1996). ISBN 84-252-1641-9
Notas
Categorías: Arquitectura de Madrid | Arquitectura del siglo XX | Arquitectura Perdida | Ciudad Universitaria de Madrid | Calefacción urbana
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