- Crisis salina del Mesiniense
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Crisis salina del Mesiniense
La crisis salina del Mesiniense consistió en la desecación casi completa del Mediterráneo y tuvo lugar durante la era Mesiniense como consecuencia de la desconexión marina con el Océano Atlántico. La evaporación en el Mediterráneo supera la precipitación recogida por los ríos que en él drenan, por lo que la reducción del intercambio de agua con el Atlántico a través de la conexión del Rif hace 5,96 Ma (millones de años) y su clausura completa hace 5,59 Ma[1] causó una rápida caída del nivel del Mar Mediterráneo al cancelarse el aporte de agua que actualmente proviene del Atlántico. Esta evaporación produjo la deposición de grandes cantidades de sal en el fondo marino.
La crisis salina terminó con la inundación de enormes dimensiones del Mediterráneo por aguas Atlánticas hace unos 5.33 Ma[1] , a través de un paso abierto en el actual Estrecho de Gibraltar.
Contenido
Posibles causas de su inicio
Las posibles causas del cierre de la conexión con el Atlántico en la zona del Paso del Rif (conexión anterior de la Crisis Mesiniense):
- Un levantamiento tectónico de la zona del Corredor del Rif (Arco de Gibraltar). Se han propuesto tres posibles contextos tectónicos para la región geológica del Arco de Gibraltar:
- Retirada de la placa subducente (slab rollback) durante una subducción. Se han propuesto distintas orientaciones para la orientación de dicha subducción.
- Delaminación mantélica y hundimiento de una capa de la litosfera terrestre en la región.
- Colapso gravitacional y desgarre de la raiz litosférica de un orógeno anterior al Messiniense.
- Un descenso global del nivel del mar que dejase emergido un istmo entre Europa y África. El nivel del mar era entre 6 y 23 m más bajo que actualmente hace 5.96 Ma y entre 11 y 19 m hace 5.59 Ma (Miller et al., 2005, Science).
El levantamiento isostático de la zona del Paso del Rif en respuesta a la eliminación del peso del agua que reposaba sobre la litosfera fue de entre decenas y centenares de metros, contribuyendo así a impedir una pronta reinundación del Mediterráneo.
Evolución de la desecación
A partir de la reducción de intercambio de agua con el océano (5.95 Ma) comenzó la precipitación de sales en el fondo del Mediterráneo.
La desecación casi completa del Mediterráneo (5.59-5.33 Ma) provocó un levantamiento isostático de la costa y el fondo de todo el Mediterráneo de entre decenas y centenares de metros para compensar la descarga del agua.
Los ríos que pasaron a recorrer el fondo marino produjeron gargantas en el sedimento marino que ha superaron los 1000 m.
Final de la crisis: la inundación mesiniense
La conexión definitiva del Mediterráneo con el océano hace 5.33 Ma pudo deberse a:
- La captura del Océano Atlántico por erosión remontante efectuada por ríos establecidos durante la crisis en el actual Mar de Alborán.
- Un ascenso global del nivel del mar que desbordase la barrera topográfica que separaba el Atlántico y el Mediterráneo en la zona del Estrecho de Gibraltar.
- Un descenso topográfico de origen tectónico en la zona del Estrecho de Gibraltar.
La duración de la inundación no es bien conocida, aunque pudo estar entre de entre decenas y miles de años.[2] Actualmente el Estrecho de Gibraltar tiene una profundidad de 284 m en el Umbral de Camarinal (punto de ensilladura, es decir, la isobata o curva de nivel más somera que cruza el estrecho). Una subida en el nivel del Océano Atlántico[3] hace 5.33 Ma podría haber contribuido a iniciar la inundación. La inundación vino seguida de movimientos verticales isostáticos de subsidencia para compensar el peso del agua acumulada en el Mediterráneo.
Un pequeño desbordamiento inicial del Atlántico en el estrecho (generado por una marea anómalamente alta o un pequeño tsunami, por ejemplo) produjo probablemente un primer vertido de agua hacia el Mediterráneo vacío a lo largo de un canal con mucho desnivel (el fondo del Mar de Alborán está actualmente a más de 1,000 m de profundidad). La erosión del lecho de un curso de agua es proporcional a la pendiente del mismo. En cambio, la fuente de agua oceánica era muy grande y su nivel permanecía insensible a la pérdida de agua a través del estrecho, de forma que cada centímetro de erosión en el punto de ensilladura implica un centímetro más de paso para el agua. Este efecto de retroalimentación entre erosión y descarga de agua probablemente aceleró el proceso de inundación produciendo velocidades del agua que debieron alcanzar varios centenares de km por hora.
Referencias
- ↑ a b Krijgsman, W.; Garcés, M.; Langereis, C.G.; Daams, R.; Van Dam, J.; Van Der Meulen, A.J.; Agustí, J.; Cabrera, L. (1996). «A new chronology for the middle to late Miocene continental record in Spain» Earth and Planetary Science Letters. Vol. 142. n.º 3-4. pp. 367–380. DOI 10.1016/0012-821X(96)00109-4.
- ↑ Blanc, 2002, Geodinamica Acta
- ↑ Miller et al., 2005, Science
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