- Cristino Mallo
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Cristino Mallo
Cristino Mallo nace en Tuy (Pontevedra) en 1905. Aunque, su vinculación a Galicia es casi nula. Residió en diferentes lugares de España antes de asentarse en Madrid, donde transcurrió toda su vida artística.
Inició su formación en la Escuela de Artes y Oficios de Avilés. En 1923 se matriculó en la de Bellas Artes de San Fernando, compartiendo las clases con las de Artes y Oficios de la capital de España, donde contó con maestros como Capuz y Mateo Inuria.
A partir de 1927 comienza a hacer su vida tradicional, de tertulias intelectuales. Toma contacto con los poetas de la generación que ese año denomina. En 1933 ganó el Premio Nacional de Escultura con su obra «Desnudo con pez». Dos años después se trasladó a Salamanca, para ocupar plaza de profesor en la Escuela de Artes y Oficios de aquella ciudad, donde se relacionó con escultores como Montagurt y Macías.
Concluida la guerra civil se asienta definitivamente en Madrid. Su vanguardismo, de ascendencia, no obstante, renacentista, es un modo nuevo de concebir la escultura. Su primera gran exposición la realiza en Madrid en 1947. En la nacional de Bellas Artes de 1952 gana tercera medalla en dibujo. En 1954 consigue la primera, en escultura.
Crece su fama, se le respeta, tiene prestigio internacional cuando su obra cruza las fronteras y entusiasma en Italia. Mallo, hombre silencioso, parsimonioso, de hablar casticista, es silueta en las tertulias del maestro Eugeni d'Ors, y en el Café Gijón, donde es tan habitual que parece de plantilla, junto a los pintores Arias, Redondela, San José y el gallego Tino Grandío.
Elegido miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, hay problemas para su recepción, porque el gran escultor se niega a vestir el frac que la ceremonia exige en su tradicional solemnidad.
Las obras de Mallo llegan a todos los museos y son monumento público. Influye considerablemente sobre otros artistas. En Galicia la adquieren algunos particulares. Mallo, enjuto, tiene un aire de profesor, que de inmediato destruye cuando habla con su decir castizo y madrileñísimo. Es amigo de grandes escritores, que escriben sobre él páginas admirables, como es el caso de Cela.
Su obra recorre España y el mundo. Cristino Mallo está representado en casi todos los Museos del mundo, con una consideración semejante a la del italiano Marino Marini.
La escultura de Mallo es la alegría, la exultancia de vida, lo lúdico y lo tierno. Volúmenes rotundos, si bien amables, en juegos de niños, en cabezas de cara gordezuela de ojos redondos y expresivos. Estilizaciones exquisitas, dignas de Luca Della Robbia, como ha dicho con razón Gaya Nuño. Deliberadamente reduce los cánones clásicos, para decirnos que la ternura puede ser la esencia de la forma, y que la peculiar caricia del modelado es importante en el resultado de un bronce. Nada más lejos de la frialdad que estas invenciones, pujantes, vitales, bullidoras.
Bibliografía
- Campoy, A. M.: Diccionario crítico del arte español contemporáneo. Madrid, Ibérico Europea de Edic., 1975.
- Azcoaga, Enrique: Cristino Mallo. Madrid, 1947.
- Pablos, Francisco: Plástica gallega. Vigo, Caixavigo, 1981.
- Pantorba, Bernardino de: Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes. Madrid, 1980.
- Cela, Camilo José: Los vasos comunicantes. Barcelona, Edit. Bruguera, 1981.
- Logroño, Miguel: La escultura española del siglo XX. Madrid, Ibérico Europea de Edic., 1976.
- Escultura española 1900/1936. Madrid, Ministerio de Cultura, 1985.
- Gaya Nuño, J. A.: Escultura española contemporánea. Madrid, Edit. Guadarrama, 1957.
Obras del autor
- Obras del autor pertenecientes a la Colección Caixanova
- "Cabeza de Señora", obra de Cristino Mallo de la Colección Fundación Caixa Galicia
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