- Adelina Patti
-
Adelina Patti, soprano italiana (Madrid, 19 de septiembre de 1843 – Brecock, 27 de septiembre de 1919). Prototipo de la diva (Prima donna) de ópera fue considerada la cantante más brillante de su tiempo y fue sin duda la soprano más notable del último cuarto del siglo XIX.
Durante sus años de triunfo entre 1865-1890 su reinado en los escenarios fue absoluto. Supo ponerse a la cabeza de todas sus colegas, si bien rivales como Jenny Lind, Ilma de Murska, Pauline Lucca, Christina Nilsson, Therese Tietjens, Etelka Gerster trataron de destronarla, nunca nadie pudo igualarla en perfección vocal, favor del público y olfato empresarial que la encumbraron según muchos al sitial de la cantante que más dinero ha ganado en su carrera.
Su triunfo estrepitoso se repitió en todos los escenarios donde cantó, dejando un sinnúmero de imitadoras como la Arnoldson, Marcella Sembrich, la Torresella, la Albani y Nellie Melba.
Contenido
Su Voz
Su voz, de características lírico-spinto, se extendía en su época de juventud del do4 al fa6; si bien no poseía un volumen descomunal era timbrada e incisiva y su técnica le permitía hacer frente a cualquier masa orquestal sin dañar su órgano. Dominaba la técnica de coloratura con pasmosa facilidad, lo que le permitió encarnar con total éxito la vasta gama de heroínas de Rossini, Bellini y Donizetti.
Su órgano vocal era también mórbido, pastoso y aterciopelado, y todas sus ejecuciones tenían una precisión increíble de trinos, escalas, cambios de registro y ataques que dejaban pasmados a sus fans como también a toda una generación de sopranos estudiantes de canto que según se dice desistieron de cantar tras pensar “Jamás lograre cantar como la Patti”.
Sus inicios
Adela Juana Maria Patti nació en Madrid el 19 de septiembre de 1843. Sus padres fueron el tenor Salvatore Patti y la soprano Caterina Chiesa Berrilli. Mientras su madre interpretaba a Norma, debió interrumpir su actuación para dar a luz a Adelina.
La familia se mudó a New York en 1847 y se instalaron en el barrio del Bronx en donde aun se encuentra la casa en la que Adelina creció. La familia, como la de muchos otros cantantes, funcionaba como una verdadera empresa ambulante: su padre y madre eran cantantes como también sus hermanas Amalia y Carlota, mientras que su hermano Carlo era director.
A los seis años comenzó a estudiar canto con su cuñado Maurice Strakosch y a los ocho años tuvo gran éxito cuando interpretó “Echo Song” y “I am a Bayadere” de Eckert en el Tripler’s Hall de New York.
Durante un tiempo se presentó como niña prodigio, pero pronto hizo un paréntesis para tomar serios estudios de canto con Elisa Valentini, con su hermanastro Ettore Berrilli y con Emanuele Muzio. Aunque más tarde aseguraría haber sido una autodidacta, lo cierto es que la base de su canto está en la enseñanza de su cuñado Maurice Strakosch, pianista y tenor que tuvo éxito como director de compañías operísticas.
Tuvo su segundo y definitivo debut en la Academy of Music de New York con Lucia di Lammermoor, en noviembre de 1859 con tan sólo 16 años de edad y bajo el seudónimo de “Little Florinda”.
En la temporada siguiente pudo presentarse en Il barbiere di Siviglia, Mossé, La Sonnambula, I Puritani, Don Pasquale, L’elisir d’amore, Linda di Chamounix, Don Giovanni (Zerlina), La Traviata, Rigoletto y además Ernani e Il Trovatore.
La comunidad italiana ya residente en New York la adoptó como su ídolo desde un primer momento y la Patti supo utilizar el favor del público para elevarse a un status de estrella. Ese mismo año de 1860, la Patti se hizo conocer en varias otras ciudades afianzando su status de estrella emergente.
La consolidación
En mayo de 1862 y a la edad de 18 años fue invitada a presentarse por primera vez en el Covent Garden de Londres como Amina en La Sonnambula y en donde actuaría por 25 temporadas consecutivas hasta 1886. El mismo año compro una casa en Clapham, al sur de Londres que le sirvió de base para sus próximos triunfos en Viena y París en donde repitió la Amina de Bellini con tumultuoso éxito. Siguieron también presentaciones en Madrid, Berlín y San Petersburgo.
Al año siguiente se presentó en la Casa Blanca en presencia de Abraham y Mary Lincoln que estaban de luto por su hijo Willie muerto de tifus. La canción elegida “Home Sweet Home” llevo a las lágrimas a los Lincoln y se convirtió en uno de los caballo de batalla de la soprano.
En los siguientes años su carrera se convirtió en un continuo éxito tras éxito. Viajó a lugares tan extremos como San Petersburgo o Buenos Aires, como también por todo Estados Unidos y Europa.
Con los años, su voz fue madurando y pasó de ser una soprano ligera de coloratura a una lírica neta con un canto más reposado y humano. Sus centros y graves adquirieron mayor presencia y la soprano incluyó con éxito a heroínas de corte mas lírico como Julieta en Romeo y Julieta o Marguerite en Faust y otras de tipo más dramático como Elvira en Ernani (En espectacular éxito en el Covent Garden), Semiramide de Rossini, Valentine en Les Huguenots y Selika en L'Africaine de Meyerbeer o Aida en el estreno de la opera en Londres.
Asidua invitada a los "Samedi soirs", veladas sabatinas en casa de Gioacchino Rossini, Patti interpretó ahí cierta vez el aria - Una voce poco fa- de El barbero de Sevilla del propio Rossini, en una manera muy retocada de arreglo probable de su cuñado Maurice Strakosch. Al terminar, Rossini le dijo "Excelente, querida, pero díganos ¿De quién es?.. Sin embargo, en el año de 1868 estaba presente en la casa del compositor durante su agonía y cantó en sus funerales junto a Marietta Alboni, otro fenómeno de su tiempo. El mismo año se casó con el Marques de Caux, escudero del Emperador Napoleón III que era 18 años mayor que ella y con quien estaría casada por más de 10 años.
Con un nombre y una fama ya forjados, la Patti puso en práctica su talento para los negocios, que era tanto o más pulido que su talento vocal.
Éxito económico y amoroso
La Patti pasó a la historia no sólo como la mejor soprano de su generación sino también como la cantante mejor pagada de la historia, tomando en cuenta las sucesivas inflaciones y deflaciones ocurridas desde 1870 sus cachés siguen siendo los más abultados que un cantante haya recibido. Muy a pesar de Pavarotti u otras estrellas posteriores.
En su mejor periodo la Patti cobraba U$ 5.000 dólares en oro por presentación en Estados Unidos y 200 guineas en Inglaterra. La suma se volvió incluso más estratosférica cuando en la temporada 1888-89 llegó a cobrar U$ 500.000 por función.
En 1875 conoció al tenor Ernesto Nicolini y comenzaron a cantar juntos en los diversos tours que la soprano organizaba. Ambos se vieron envueltos en un romance que acabó con el matrimonio de la Patti.
En 1878 compró el castillo de Craig-y-Nos cercano a Abercraf en el sur de Gales por la suma de U$ 5.250 y se mudó a él no con su marido, sino con Nicolini. Solamente en 1886 pudo obtener el divorcio de su marido después de entregarle U$ 96.000 como indemnización.
El mismo año inició una serie de ampliaciones en el castillo que incluían una nueva ala norte y sur, un invernadero, un teatro de 150 plateas réplica de La Scala y una torre con reloj todo por una suma que sobrepasaba los U$ 100.000. Todos estos enormes gastos nos retratan a la perfección el nivel de riqueza que había alcanzado la soprano. Por esa misma época su colección personal de joyas alcanzaba tal tamaño que se dice era la más grande después de la colección de la Reina Victoria.
En la década de 1880 la soprano se paseo por toda América y Europa cobrando por cada nota que salía de su garganta, tanto que se tejieron gran número de anécdotas, leyendas e invenciones en torno a su figura.
El matrimonio con Nicolini se extendió desde 1886 hasta 1898 cuando el tenor falleció. La Patti entonces contrajo matrimonio con el barón sueco Rolf Cederström, de 28 años, quien según los rumores, era su masajista. El Barón redujo el personal del castillo de 40 a 18 pero supo atenderla como ella pretendía. No tuvieron hijos pero a la muerte de la diva, el se volvió a casar y la hija de ese matrimonio, Brita Yvonne Cederström (*1924) fue la única heredera de Patti.
Su última etapa
En la década de 1890 la Patti comenzó a espaciar sus actuaciones y desde 1893 se restringieron mayormente a conciertos. Pudo presentarse ya en el otoño de su carrera en el recién fundado Metropolitan Opera en el curso de una gala en 1892 cantando la escena de la locura de Lucia di Lammermoor y partes de Semiramide.
A mediados de la década comenzó una serie de conciertos cobrados a precios exorbitantes que muchas veces se acercaban al millón de dólares por concierto. La anécdota cuenta que cuando fue criticada por la prensa por ganar más dinero en una noche que el presidente en todo un año la Patti, molesta respondió: “Bien, que cante!”.
En 1897 concluyó su carrera teatral con La Traviata y Lucia di Lammermoor en Montecarlo aunque haría una última aparición como Rosina en Il barbiere di Siviglia pero de manera privada en el teatro de Jean de Reszke en París.
Su último tour de despedida por Estados Unidos en 1903 fue todo un fracaso artístico, pues la voz no era ni la sombra de lo que fuera, aunque la cantante se esmeraba en negarlo siempre.
En 1905 luego de varias tentativas, accedió a grabar para la Gramophone & Typewriter Company, eso sí, bajo sus propias cláusulas que le permitieron grabar en la comodidad de su castillo y a la hora en que ella dispusiese. Se cuenta que tras grabar su primera pieza la Patti insistió en oír la grabación, mientras su voz surgía del altavoz la soprano exclamo:
- “Oh mi Dios, ¡ahora comprendo por qué soy la Patti!... ¡Qué voz! ¡Qué artista! ¡Lo Comprendo todo!”.
Su último concierto data de 1914 en el Royal Albert Hall de Londres, donde cantó “Voi che sapete” en el curso de una gala destinada a beneficencia de la Cruz Roja.
Adelina Patti falleció en su castilo en la localidad galesa de Brecock, el 27 de septiembre de 1919. Se encuentra enterrada en el cementerio parisino de Pere Lachaise.
Su importancia en la evolución vocal
El triunfo de Adelina Patti en el plano de la evolución en el gusto en la ópera marcó el inicio del largo reinado de la soprano ligera de coloratura en el mundo de la ópera.
Siendo una voz clara, ágil y maestra absoluta en el arte de la coloratura la Patti, una vez en la cúspide, arremetió contra cualquier papel que le presentase la oportunidad de lucir sus trinos, agudos y sobreagudos.
Roles originalmente escritos para sopranos de condiciones vocales muy distintas a las suyas se convirtieron rápidamente en vehículo de lucimiento y objeto de la más inmisericorde tergiversación vocal.
Algunos como Amina, Lucia di Lammermoor, Norma, Elvira en Ernani, Semiramide o incluso Leonora en Il Trovatore sufrieron de esta pasión por parte de la artista de hacer oír su voz en todo. Otros como Rosina incluso pasaron de su origen de contralto al de soprano ligera sin la más mínima consideración y con cambio de tonalidades de por medio.
La moda que vendría a partir de la Patti prácticamente adjudico todo el repertorio de coloratura a la soprano ligera, así papeles estrenados por sopranos dramáticas de coloratura comenzaron a sufrir de muchas mutaciones de estilo y nuevas modas y tradiciones implantadas tanto por la Patti como por el sinfín de imitadoras que le siguieron.
Hay que decir que La Patti no fue la primera Rosina soprano ni menos la última pero si fue la más exitosa de su tiempo y su triunfo selló el destino de Rosina-Soprano Ligera por más de un siglo venidero hasta el retorno a la cuerda original de mezzosoprano por Giulietta Simionato a mediado de 1950's o Marilyn Horne y Teresa Berganza en 1960's.
Los entonces precarios registros discográficos la muestran en su ocaso vocal, tenia 63 años de edad.[1] [2] [3]
La documental Queen of Song de 1993 interpretada por la soprano norteamericana June Anderson traza su vida.
Anécdotas de La Patti.
La Patti era inflexible en asuntos de dinero y lo era más cuando se trataba de dinero estipulado por contrato.
En una ocasión mantuvo durante 1 hora el telón sin levantar en New York porque el Coronel Mapleson, al pagarle el precio estipulado en su contrato, se había quedado corto en 200 dólares.
La anécdota cuenta que La Patti se vistió estupendamente como Violetta Valèry en La Traviata con la sola excepción de sus zapatos, los que se negó a usar hasta que recibiera los faltantes dólares. Mapleson desesperado reunió la suma entre el público y sus amistades para que La Patti pudiera salir debidamente vestida a cantar.
Se cuenta que la relación con el Coronel Mapleson fue siempre muy tensa debido precisamente a la exigencia de dinero que siempre ponía La Patti. El mismo coronel contaba que la soprano tenia un loro en su camerín al que había entrenado de tal manera que siempre que él entraba el loro gritaba "Cash! Cash!".
Entre todas las estrellas de la ópera, La Patti fue la más reacia a cantar en fiestas de caridad. Lo que le dio fama de ser una persona sin sentimientos y en extremo fría.
La anécdota cuenta que en una ocasión un niño de diez años tenia tantos deseos de ver a la diva en escena que entro furtivamente a los ensayos, subiéndose a una escalera un piso por encima del escenario para oír mejor a la diva con la mala suerte que resbaló y cayó de cabeza en medio del escenario. Cuando la Patti se unió al grupo de cantantes y empleados que se aglomeraban alrededor del niño, no mostró la menor emoción, diciendo "Todo el mundo debe pagar o morir para oirme cantar". Y se dirigió a su camarín a vestirse.
Otra anécdota cuenta que para mantener su voz en perfecto estado la Patti comía todas las mañanas un sandwich con 12 lenguas de canario.
El anecdotario cuenta también que sus admiradores solían tirar ellos mismos del carruaje de la diva por toda la ciudad tras sus representaciones en los teatros.
Su colección de joyas era la más grande en Europa después de la Reina Victoria y la cantante solía usar muchas de ellas en sus representaciones, fuera encarnando a reinas o humildes campesinas; siempre sabía usar su invaluable colección.
Un día le preguntaron cuál era su público preferido.
Los Reyes - respondió La Patti
¿Y de todos los reyes cuál es el que le cae mejor?
El Zar Alejandro - respondió ella - Es el que regala mejores joyas.
Así también la soprano acostumbraba usar tres tipos de piedras preciosas para los tres actos de La Traviata: Diamantes en el primero, rubíes en el segundo y zafiros en el tercero
Su calidad de diva era tal que se permitía elegir el estilo de letra que se usaría en los tabloides para anunciarla. Así mismo, su nombre tendría que ser siempre más grandes que cualquiera de sus colegas, incluido el del compositor.
En esa senda en su contrato se estipulaba siempre que estaba "Libre de asistir a cualquiera ensayo, no obligada a ir a ninguno".
Bibliografía
- Carmen Verlichak, Las diosas de la Belle Époque y de los años locos, Editorial Atlántida, Buenos Aires, 1996 (ISBN 950-08-1599-0)
- Cone, Frederick (2003). Adelina Patti: Queen of Hearts. New York: Hal Leonard Corporation. ISBN 0-931340-60-8.
- Klein, Herman (1977). Andrea Hicks. ed. The Reign of Patti. Opera Biographies. New York: Arno Press. ISBN 0-405-09686-0.
- Mapleson, James Henry (1966). Harold Rosenthal. ed. The Mapleson Memoirs; The Career of an Operatic Impresario, 1858-1888. New York: Appleton-Century. ISBN 0-370-00080-3.
- Scott, Michael. The Record of Singing to 1914. Duckworth. ISBN 0-7156-1030-9.
Referencias
- ↑ youtube.com. «YouTube - Casta diva - Adelina Patti, 1906» (HTML). Consultado el 31 de marzo de 2010.
- ↑ youtube.com. «YouTube - Jewel song from Faust - Adelina Patti, 1905» (HTML). Consultado el 31 de marzo de 2010.
- ↑ youtube.com. «YouTube - Ah! non credea mirarti - Adelina Patti, 1906» (HTML). Consultado el 31 de marzo de 2010.
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Adelina PattiCommons.
- Adelina Patti en opera-singer.co.uk
Categorías:- Nacidos en 1843
- Fallecidos en 1919
- Sopranos de España
Wikimedia foundation. 2010.