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Domus
La domus era la casa unifamiliar romana de familias con cierto nivel económico, cuyo cabeza de familia llevaba el nombre de dominus.[1] La erupción del Vesubio en el 79 d.C. que sepultó Pompeya ha conservado muchas de ellas en un magnifico estado y ha permitido a los arqueólogos realizar estudios sobre su arquitectura.
Tras acceder a la casa por un vestíbulo de reducidas proporciones se llegaba al atrio a través de las fauces, elemento característico de la domus, cubierto y con una abertura central llamada compluvium por la que entraba el agua de lluvia que se recogía en el impluvium. El atrio constituía el centro de la vida doméstica, en él se exhibían las estatuas de los antepasados (imagines maiorum) y se hacían ofrendas a los dioses protectores del la domus en el lararium. También tenía lugar en el atrio la salutación a los dueños de la casa. El tablinum (anexo al atrio) era una especie de archivo. Los [triclinio]s (triclinium) eran estancias donde se celebraban cenas y se dedicaban al reposo, los comensales se recostaban sobre los klynai. Los dormitorios se denominan cubiculum. Otras estancias eran la coquina (cocina) y los baños. También existían bodegas subterráneas. A partir del siglo II a. C. comienzan a construirse los peristilos, debido a influencia griega. Eran patios ajardinados rodeados de columnas, éstos iran ganado protagonismo en detrimento del atrio, que pierde su función el el siglo I d. C.
Contenido
Origen
El término domus es muy antiguo, se remonta a una etimología indoeuropea (*dom-), la cual designaba a la familia de tres generaciones, y tiene su origen en en la raíz *dem-, construir.
Su forma arcaica es conocida por las urnas funerarias encontradas en las necrópolis del antiguo Foro Romano, las cuales tenían forma de una cabaña redondeada con una única habitación. Les vestigios de encontrados en el Monte Palatino y datados en el siglo VIII d. C. confirman este planta arquitectónica tan modesta.
La influencia etrusca de finales del periodo de la monarquía romana ve nacer la domus con una estructura rectangular y con varias habitaciones. Sin embargo la morada permanecía con un estilo rústico, como testimonia la designación de la casa por la palabra hortus (huerta en latín) utilizada en la Ley de las Doce Tablas,[2] y que se traduce en la relación aún estrecha entre la vivienda y su jardín cerrado.
Véase también: Vivienda (Roma Antigua)Evolución
Una de las casas más antiguas es la denominada "Casa del Cirujano (Chirurgo)" en Pompeya del siglo IV a. C. Con un atrio tipo toscano y una disposición atrio-tablinum. A comienzos del siglo II a. C. el peristilo (peristylum) se convierte en el centro de la actividad social de sus habitantes. Un ejemplo de esta época es la Casa del Fauno de Pompeya. Las domus comienzan a ser cada vez más suntuosas y se construyen varios triclinia (triclinios) alrededor del peristilo. El salón de reuniones columnado, oecus, cubierto por bóvedas aparece en el siglo I a. C. y con él se multiplican las estancias dedicadas al ocio que ahora se distribuyen en torno al peristilo en lugar de en torno al atrio, que pierde protagonismo. Aparecen los mármoles para decorar las estancias principales y el hipocausto que calienta las habitaciones de la casa y permite la construcción de termas.
En el siglo I aparecen impresionantes casas cuyos peristilos con fuentes, grandes jardines e incluso lagos artificiales son sitios para el paseo y la tertulia. Ya en época altoimperial se transforma el peristilo, quedando éste abierto y con una fuente monumental en su centro. Las grandes ventanas y habitaciones para banquetes son características de ésta época a la que pertenece la Casa di Amore e Psiche en Roma.
Referencias
- ↑ Jean Haudry, Les indo-européens, PUF, Que sais-je n°1965, 1Plantilla:Re édition 1981
- ↑ Pierre Grimal, La civilisation romaine
Bibliografía
Lecturas complementarias
- Fernández Vega, Pedro Ángel (2003). La casa romana. Madrid: Editorial Akal. ISBN 978-84-460-2076-9.
Véase también
Categorías: Arquitectura doméstica romana | Vivienda
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