- Vómito
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El vómito, también llamado emesis, es la expulsión violenta y espasmódica del contenido del estómago a través de la boca. Aunque posiblemente se desarrolló evolutivamente como un mecanismo para expulsar del cuerpo venenos ingeridos, puede aparecer como síntoma de muchas enfermedades no relacionadas con éstos, ni siquiera con el estómago (gastritis) como patología cerebral u ocular.
La sensación que se tiene justo antes de vomitar (pródromo) se llama náusea (también llamada coloquialmente arcada o angustia) que puede preceder al vómito o también puede aparecer aislada.
Los medicamentos llamados antieméticos, pueden ser necesarios para la supresión de la náusea y el vómito. Los eméticos (Psychotria ipecacuanha o emetina) ya no se usan desde la generalización del lavado gástrico, pues al provocar el vómito los ácidos del estómago o el tóxico ingerido dañan el esófago (por dos veces en la ingesta de causticos con lesiones gravísimas ya difícilmente remediables después).
Contenido
Mecanismos
Centro del vómito
La emesis está controlada por el centro del vómito en la formación reticular del Bulbo Raquídeo. Ésta puede recibir señales de estimulación de varios orígenes, a saber:
- En el cuarto ventrículo del cerebro existe unos quimiorreceptores que pueden accionarse por sustancias presentes en la sangre, pues están situados antes de la barrera hematoencefálica. Estos quimiorreceptores son de varios tipos: dopamina D2, serotonina 5-HT 3, opioides, acetilcolina y de sustancia P. Así pues son varias las sustancias que pueden originar la estimulación de éstos, originando cada cual una vía de activación. Se cree que la sustancia P esta involucrada en todas ellas, como etapa final.[1]
- El sistema vestibular en el oído, que comunica con el cerebro a través del nervio craneal VIII, el vestibulococlear. Es la via implicada en la cinetosis.
- El nervio craneal X (nervio vago), que actúa cuando la faringe es irritada.
- Sistema nervioso vagal y entérico, responsables de transmitir alteraciones de la mucosa gastro-intestinal.
El acto del vómito
Es un acto complejo que incluye tres acciones básicas sincronizadas, todas ellas con origen en el bulbo: acción motora, acción nerviosa parasimpática y acción nerviosa simpática. En mayor detalle:
- El sistema nervioso (S.N.) parasimpático induce al incremento de la salivación.
- Peristaltismo inverso. A partir de la zona media del intestino delgado, se hace circular en sentido invertido al contenido intestinal, a través del esfínter pilórico ya relajado.
- Descenso de la presión intratoracica, a causa de una inspiración forzada con la glotis cerrada. En combinación con el aumento de presión intraabdominal a causa de la contracción de la musculatura abdominal, ocasiona el ascenso del quimo por el esófago sin necesidad de peristaltismo por esta zona. El esfínter esofágico se relaja. Todo esto forma parte de la respuesta motora.
- El S.N. simpático hace aumentar el ritmo cardíaco y provoca sudoración.
Aunque no esta totalmente definido el papel de los neurotransmisores en la regulación del vómito, clásicamente se han empleado con éxito inhibidores de la dopamina, histamina y serotonina para suprimir el vómito.
Contenido
El contenido expulsado es fuertemente ácido, pudiendo contener restos de comida. El contenido del vómito puede ser útil en la clínica para orientar el diagnóstico, pues puede contener sangre (hematemesis), restos de tóxicos no absorbidos...
Complicaciones del vómito
Véase también: Desgarro de Mallory-WeissAspiración del vómito
El vómito puede provocar la asfixia si alcanza las vias respiratorias en cantidad suficiente. Por lo general, en individuos normales esto es muy infrecuente, pero en personas con estados de conciencia disminuidos es un riesgo grave y tangible. Esto ocurre en intoxicaciones alcohólicas, por anestésicos u opiáceos, o en personas intoxicadas con perdida de conocimiento. La postura lateral de seguridad puede evitar la asfixia en el caso de que una persona inconsciente vomite.
Deshidratación y desequilibrio de electrolitos
Si se vomita de forma continuada, los niveles corporales de agua y electrolitos disminuyen y pierden el equilibrio. Esto puede provocar situaciones muy diversas y de distinta gravedad según el grado de la alteración. La deshidratación y los desequilibrios electrolíticos son más frecuentes en niños y ancianos.
Sangre en el vómito
Véase Hematemesis.
Causas
Son muchas y muy variadas las situaciones que pueden provocar el vómito, por lo que suele ser conveniente un diagnóstico diferencial. Grosso modo, encontramos:
- Desórdenes digestivos: en casos de gastritis, estenosis pilórica, íleo intestinal...
- Sistema nervioso y sentidos: cinetosis, hemorragia cerebral, conmoción cerebral, intoxicaciones, migraña o cefalea intensa...
- Alergias, en especial con alergia a alimentos
- Otros: desórdenes alimentarios, vómito postoperatorio, altas dosis de radiaciones, consumo excesivo de alcohol...
Tratamiento
Se emplean antieméticos, que reducen las náuseas y la frecuencia del vómito. Son ampliamente usados de forma concomitante con citostáticos y anestésicos opioides, y como alivio sintomático en casos de cinetosis. Cuando el vómito ha sido frecuente es recomendable la ingestión abundante de líquidos. Si no fuera posible, es necesario fluidoterapia con suero.
En otras ocasiones es necesario provocar el vómito, por ejemplo en el caso de una intoxicación reciente, antes de que sea absorbida. Se emplea jarabe de ipecacuana, una preparación extemporánea que contiene cefelina y emetina. Es muy importante tener en cuenta que cuando la conciencia de un individuo está comprometida (desorientación, estupor...) no se debe provocar el vómito por el alto riesgo de asfixia. Tampoco debe hacerse si la sustancia es corrosiva o es un derivado del petróleo.
Referencias
- ↑ Hornby PJ. Central neurocircuitry associated with emesis. Am J Med 2001;111:106S-12S
Enlaces externos
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